Obligación de declarar más de diez litros de alcohol, dos cartones de tabaco o 10.000 euros
GALICIA
Gracias al espacio de Schengen, las fronteras entre los países europeos solo existen en los mapas, pero, aunque hace ya más de dos décadas que los españoles y las mercancías pueden circular sin fronteras interiores, sí es necesario declarar las que superen los máximos establecidos legalmente.
Los límites son precisos y cualquiera que los exceda incumple la legislación. «No se puede cruzar la frontera sin declarar más de dos cartones de tabaco, más de 10.000 euros o más de diez litros de alcohol», recuerda el agente responsable del escáner móvil de la Guardia Civil, Andrés Mosquera. Él, al igual que sus compañeros del Pafif desplegados ayer en Tui, tuvieron que acudir a un curso en Salamanca para poder dominar el sistema de rayos X que desde ayer vigila la frontera miñota del sur de la provincia de Pontevedra.
En los años cincuenta, el contrabando era una actividad de subsistencia en el Miño. Los honrados pisqueiros, de sucata (chatarra de cobre o estaño) y de productos de primera necesidad, sobre todo de café, cobre, combustible o bacalao, debían jugarse la vida a diario y dibujaron la historia de la comarca de O Baixo Miño durante los duros años de la posguerra. Pero ahora se trata de peligrosos piratas comercializadores. La Guardia Civil detecta un ligero pico en el contrabando de tabaco procedente de terceros países como China, «aunque no es un repunte excesivo de momento». El agente, guardia civil desde hace 17 años y componente de la Pafif de la comandancia de Pontevedra desde hace una década, indica que, en el ránking encabezado por el tabaco, le siguen de cerca el contrabando de ropa falsificada, el dinero, el alcohol y las armas. En el apartado de narcotráfico no destaca ninguna sustancia estupefaciente en concreto.