No cabe duda de que entre Donald Trump y Dolores Leis hay un parecido más que razonable
25 abr 2018 . Actualizado a las 05:00 h.No cabe duda de que entre Donald Trump (Nueva York, 1946) Dolores Leis (Coristanco, 1948), una mujer que lleva casada cuarenta años en Cabana de Bergantiños, hay un parecido más que razonable. Más allá de que los nombres de ambos comiencen por D, para muestra están las fotos de la derecha, tomadas con tan solo unos días de diferencia en lugares tan distantes como Washington y Cabana de Bergantiños.
En ellas se ve al presidente norteamericano posando, pala en mano, después de haber plantado un árbol en el jardín de la Casa Blanca con su huésped, Emmanuel Macron. Al lado está la instantánea tomada a Dolores por nuestra compañera de la edición de Carballo, Paula Vázquez. La mujer aparece armada con el sacho con el que quita las malas hierbas de entre las plantaciones de patatas o nabos.
La foto ha dado la vuelta al mundo, no solo en forma de tuit. Revistas del otro lado del charco como Clarín o Newsweek se han hecho eco de este parecido más que razonable. La revista norteamericana hace un guiño al hecho de que son tan semejantes como podrían serlo unos hermanos separados al nacer. No solo eso. También bromea con que la mujer podría prestarle su sacho al presidente para ahuyentar a cualquiera que rebusque en la investigación de la trama rusa de Robert Mueller. También habla que, al igual que Trump, está preocupada por la llegada de extranjeros a su tierra. Pero en su caso no por el desembarco de mexicanos o de ilegales procedentes de otros estados del cono sur, más bien por la llegada de la polilla guatemalteca, azote de las pataqueiras.
En paralelo han surgido teorías sobre las causas del parecido. Hay quien apunta a que puede ser por el supuesto origen suevo de ambos. Cerca de donde vive Dolores hay un lugar llamado Seavia, en honor a los suevos. Los ancestros de Trump, concretamente su abuelo nació en Kallstadt, al oeste de Alemania, que en su día perteneció al reino suevo. La teoría es rebuscada, pero por qué no. A ver qué pasa mañana con esta historia.