Algunos se declaran críticos y otros reniegan de las siglas que los sentaron en los escaños de O Hórreo
14 jun 2018 . Actualizado a las 11:22 h.De aquella foto cariacontecida de la noche del 25 de septiembre del 2016, cuando del sueño del asalto a la Xunta pasaron a la pesadilla de la oposición, vienen estos lodos. Los remiendos que a correr se cosieron ese verano para confeccionar el patchwork que tapó la cama común de En Marea deshilachan por cada costura. Hasta el punto de que, de los catorce diputados que entonces tomaron posesión de sus escaños en el Parlamento de Galicia, solo cuatro siguen fieles a la dirección de En Marea. Los hay que no la niegan, pero que no se reconocen en ella y piden una refundación del partido. Los hay que hacen como si las siglas no existiesen, pese a dar las ruedas de prensa con el cartel de En Marea detrás. Y otros prefieren mirar de perfil para no mojarse.
El principal defensor de En Marea es, lógicamente, su portavoz, Luís Villares. Aunque a veces para disimular las guerras internas tenga que hacer encaje de bolillos. Hay quien le responsabiliza directamente de lo ocurrido por apoyarse en Cerna para hacerse con la portavocía. Hay quien dice que no tenía otra salida. En todo caso, Villares es portavoz de En Marea y forma parte tanto del consello das mareas como de la coordinadora.
La portavoz de Cerna, Paula Vázquez Verao, es diputada, miembro del consello das mareas y pieza clave en las decisiones de la dirección. Más discreto pero leal a En Marea es el diputado por Ourense y militante de Anova Davide Rodríguez. La lista la completa Pancho Casal, que aunque de Podemos, fue nombrado enlace entre el grupo parlamentario y el partido y, como tal, acude a las reuniones y presenta puntualmente sus informes.
Hasta ahí las lealtades. Porque en las filas de Podemos está la secretaria xeral del partido en Galicia, quien una y otra vez se desvincula de las siglas que la hicieron diputada. Como Carmen Santos hace Eva Solla, coordinadora nacional de EU, que compareció hace poco en una rueda de prensa en la que su secretario de organización, Rubén Pérez, sorprendió diciendo que EU nunca se había planteado ser de En Marea. Luca Chao o Paula Quinteiro tienen más relación con la dirección de En Marea, pero siempre dentro del sector crítico. Lo mismo que Antón Sánchez, que como portavoz de Anova, reclama un giro radical en la nave nodriza.
Hay otro grupo que prefiere no meterse en lodazales. No lo hace Marcos Cal, de Podemos, pero su distancia con el partido es significativa. Manuel Lago, Magdalena Barahona, Ánxeles Cuña y Julia Torregrosa -esta última acaba de llegar y todavía busca su sitio- miran para otro lado. Y lo mismo se podría decir de los diputados en Madrid, donde nadan como pez en el agua Yolanda Díaz, Gómez-Reino y Ánxela Rodríguez. Fernán-Vello y Alexandra Fernández guardan las formas, pero más que con En Marea, su lealtad está con su mentor, Xosé Manuel Beiras.