Una representante del comité electoral del sector crítico presenta una comunicación telemática a los agentes en la que asegura que Daniel Conde, afín al sector oficial de Villares, ha vulnerado su derecho al secreto en un grupo de Telegram
18 dic 2018 . Actualizado a las 20:26 h.La crisis abierta en En Marea terminó en la Fiscalía, y ahora también ha salpicado a la Guardia Civil. Los tres miembros cesados del comité electoral a los que la comisión de garantías acusa de haber entrado de forma irregular en el censo se niegan a abandonar sus cargos. Martiño Ramos, Pablo Nieves y Raquel Bernárdez no se dan por aludidos al entender que el órgano controlado por los afines a Villares no está capacitado para adoptar una decisión que supondría tumbar una elección adoptada por el plenario, es decir, por la asamblea. Pero no queda ahí la cosa. Esta misma tarde los críticos han hablado a las puertas de la sede del partido, donde no han podido entrar a dar una rueda de prensa que se ha celebrado en la acera. La convocatoria ha estado precedida de una desconvocatoria anterior, lo que había sembrado el desconcierto en los medios. Al parecer, según el relato de los críticos, los tres nuevos representantes que tenían que entrar en el comité electoral, y que son afines a Villares, han dado por cesados a los tres miembros en el grupo telemático de Telegram -en el que celebran las reuniones porque todos son de distintos puntos de Galicia- y han procedido a desconvocar la comparecencia de las seis.
La persona de los críticos que ha comparecido en la calle es Sonia Mauriz, quien esta misma tarde ha enviado una comunicación a la Guardia Civil, que es el paso previo para formular una posible denuncia. «Hola, pertenezco a un grupo de telegram de una organización política, se ha unido gente desconocida sin consultarme por lo que considero vulnerados mis derechos al secreto a mis comunicaciones telemáticas. El grupo de telegram corresponde al Comité Electoral de En Marea. E o compañeiro que vulnerou tales dereitos é Daniel Conde», dice literalmente el escrito remitido a la página web del cuerpo.
Esta situación añade todavía mucha mayor incertidumbre a cuál será el desenlace del conflicto, y aleja todavía más la posibilidad de una convocatoria inminente de elecciones, tal y como desea el sector crítico, en el que está buena parte de Anova y de Podemos, además de Esquerda Unida y los tres alcaldes de las mareas, con Martiño Noriega como principal impulsor de un cambio para que la dirección del partido instrumental pueda responder, según sostiene, a la verdadera pluralidad del llamado espacio de unidad popular. Fuentes consultadas en la corriente crítica han revelado esta misma tarde que lo que persigue el sector oficial afín a Villares es alargar la crisis, de forma que no se puedan celebrar unas elecciones en las que saldrían derrotados. «Solo buscan una cosa, quedarse con la marca y el partido, y forzarnos a nosotros, los críticos, a que nos marchemos», aseguraba una de ellas.
A lo largo del día de hoy han vuelto a aparecer las voces del sector crítico que critican a la coordinadora de Villares por tener secuestrado el partido y que reclaman la convocatoria inminente de elecciones. El alcalde de Ferrol, Jorge Suárez (FeC), ha vuelto a pedir que se vote «de una vez» en el proceso interno abierto en En Marea para renovar su dirección de forma que se «solucione el conflicto interno» y los integrantes se puedan dedicar a lo que tienen que «hacer», que «política limpia» y la «búsqueda del bien común». El regidor ferrolano ha advertido este mismo martes que los últimos acontecimientos vividos en En Marea, como acabar en la Fiscalía o las suspensiones, son asuntos que nada interesan a la ciudadanía y que terminarán provocando en la ciudadanía una desafección y una desidia. «Hay que dar los pasos para que se pueda votar ya de una vez», ha insistido.
También se ha pronunciado sobre el conflicto Xulio Ferreiro, alcalde coruñés, quien ha mostrado su «pesar» por lo sucedido y ha hecho un llamamiento para que impere el sentido común y se puedan celebrar unas elecciones «con garantías». Martiño Noriega ya se manifestó hace días, pero ha optado en los últimos tiempos por colocarse en un segundo plano sobre un conflicto que amenaza a los tres alcaldes de las mareas a las puertas de las municipales. El regidor de Santiago contrapuso la dinámica de Compostela Aberta, preocupada por los problemas ciudadanos, a la de En Marea, lastrada por una guerra orgánica que cuestiona la eficacia del propio partido como alternativa de cambio. El sector oficial, afín a Villares, acusa al alcalde compostelano de colocase ahora de perfil, cuando fue el impulsor de un proceso de cambio para revocar una dirección que había sido democráticamente elegida, pero en la que los suyos no ostentaban la mayoría.