Los problemas del corredor atlántico: trazados del XIX y tramos a 30 por hora

Pablo González
pablo gonzález REDACCIÓN / LA VOZ

GALICIA

Una locomotora de mercancías en la estación de Monforte
Una locomotora de mercancías en la estación de Monforte ALBERTO LÓPEZ

Un informe de la Xunta calcula en 2.350 millones las mejoras ferroviarias que necesita el noroeste

30 ene 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

El corredor atlántico de mercancías conectará sin fronteras Galicia con el corazón de Europa. Concretamente, con la ciudad alemana de Mannheim, desde donde los trenes mercantes podrán circular hacia el norte. Se hará de una manera uniforme e interoperable y con una ventanilla única -ya en funcionamiento y localizada en Madrid- para gestionar las peticiones de las grandes operadoras logísticas, en un contexto global en el que la intermodalidad gana fuerza, con el objetivo de que al menos el 30 % de las mercancías vayan en transportes sostenibles -ferrocarril y barcos- a partir del 2030. En España, solo el 1 % de las mercancías circulan por la red ferroviaria.

El noroeste español empezará ahora a formar parte de esta liga, la primera división del transporte, después de que la Comisión Europea aceptara integrar esta zona, inexplicablemente excluida del diseño de la red básica transeuropea. De esta forma, se podrán optar a las ayudas comunitarias para mejorar estos itinerarios, que en el caso del corredor atlántico sufren un deterioro evidente debido a la falta de modernización.

Un informe de la Xunta que sirvió de base para el encuentro de Galicia, Asturias y Castilla y León celebrado el lunes en Santiago detecta múltiples problemas en la infraestructura, donde deben invertirse la mayor parte de los 3.100 millones que reclaman los tres Gobiernos autónomos para invertir a medio y a largo plazo. Concretamente, 2.350 millones.

Así, un porcentaje importante de los 893 kilómetros de la red ferroviaria que comparten estos territorios «fue diseñada y construida en el siglo XIX». Se exceptúan el eje atlántico entre A Coruña-Vigo y la conexión de alta velocidad exclusiva para viajeros entre Santiago y Ourense. «Estamos ante una red que presenta una obsolescencia importante que penaliza su competitividad y fiabilidad», se asegura en el informe elaborado por la Consellería de Infraestruturas e Mobilidade.

La apuesta por la alta velocidad y el abandono de algunos trazados convencionales está detrás de esta obsolescencia a la que se refiere la Xunta, que enumera las dificultades que habrá que superar para adaptar este corredor a las necesidades logísticas del siglo XXI. «Existen importantes limitaciones en la red ferroviaria básica de mercancías que impiden alcanzar los estándares de productividad y eficiencia adecuados. Tanto las condiciones orográficas como las condiciones de diseño del siglo XIX y el paso del tiempo (en líneas a las que afecta de forma importante la climatología)», explican. Estas limitaciones se reflejan en trazados sinuosos, «con importantes desniveles y rampas de 23 milésimas»; limitaciones de velocidad «importantes», que a veces son de 30 km/h, a menudo motivadas por problemas de infraestructura que llevan años sin solucionarse; límites a la longitud de los convoyes, que no pueden superar los 450 metros por culpa de los lugares de estacionamiento; falta de electrificación en numerosos tramos; necesidad de mejora de las instalaciones de control y gestión de tráfico; gran número de pasos a nivel y una falta de renovación de los elementos de vía (balasto, traviesas y carriles).

En esta dirección, creen las tres comunidades autónomas, deben orientarse las «acciones prioritarias» para que el corredor sea competitivo y equiparable a las prestaciones genéricas comunitarias. Y es imposible que el mecanismo Conectar Europa pueda financiar estas reformas. Será necesaria la aportación presupuestaria del Estado.

Inversiones

Así para electrificar los tramos pendientes se necesitarían 500 millones de euros, mientras que el coste para renovar la infraestructura alcanzaría los 1.500 millones, que se invertirían en rectificaciones de trazado, eliminación de pendientes elevadas (como la del puerto del Manzanal, cerca de Ponferrada) y mejoras necesarias para permitir la circulación de convoyes de 750 metros o más largos. También habrá que revisar las estructuras de paso y los gálibos, y habilitar puntos de adelantamiento. Para renovar la vía se necesitarían 350 millones y otros 350 para mejorar o construir las terminales intermodales. Finalmente, se precisarían otros 400 para actuaciones portuarias y de gestión.

Fomento ultima un plan director para mejorar la red optando a fondos europeos

El Ministerio de Fomento está a punto de presentar su plan director para el corredor atlántico, un programa de actuaciones en las líneas ferroviarias incluidas en la red básica, pero también en la secundaria. Así, por ejemplo, se incluye la línea convencional Ourense-Zamora, que quedaría prácticamente liberada de trenes de viajeros cuando se ponga en servicio, en algún momento del año que viene, el nuevo acceso ferroviario de alta velocidad. De esta forma, esta red quedaría liberada en casi todas las franjas horarias para los trenes mercantes, a menudo obligados a circular solo en horario nocturno o de baja demanda de circulación. La línea de Zamora, explica el experto Xosé Carlos Fernández, «es 160 kilómetros más corta que la de Ponferrada, tiene un perfil idóneo para los tráficos mercantes y es 80 años más joven».

El plan director será en realidad una evaluación del estado de la red ferroviaria convencional en el noroeste, centrándose en el corredor estratégico que va desde León a Monforte para después conectar con el eje atlántico de alta velocidad y en otros seis trayectos secundarios.

La conselleira de Infraestruturas e Mobilidade, Ethel Vázquez, destacó ayer la necesidad de que Asturias, Galicia y Castilla y León centren los esfuerzos en «solicitar inversiones concretas, reales y efectivas» en relación con el corredor. Así, defendió la elaboración del plan director anunciado por Fomento, para que se puedan materializar las infraestructuras demandadas «no menor tempo posible» y así poder «ser competitivos, igual que o resto dos territorios».