Aficionada a la hípica y al piragüismo que el domingo cumplía 18

Manu Otero REDONDELA / LA VOZ

GALICIA

De carácter alegre, se había adaptado a la perfección a Redondela

31 may 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

Ser una recién llegada a Redondela no supuso para Sara Cal ningún impedimento para integrarse rápidamente en el instituto Mendiño en el que se matriculó para estudiar bachillerato. Quienes la conocían destacan de ella su carácter alegre y su sonrisa contagiosa, cualidades que le facilitaron una tarea, la de tratar con desconocidos en un sitio extraño, que a muchos jóvenes de su edad les suele resultar muy complicada. Antes de ganarse a sus amigos de Redondela, con los que este domingo iba a celebrar su mayoría de edad, había hecho lo mismo con los de su Vilaboa natal. Creció en la parroquia de Figueirido, donde está la casa familiar de los Veiga, y a los doce años, en una actividad escolar, descubrió una de sus más grandes aficiones: el piragüismo.

«Llegó en el 2013, le gustó y se quedó dos temporadas más», explica Cuqui, su entrenadora en el Club Piragüismo Vilaboa, en cuyas redes compartieron una foto suya remando con la leyenda: «Nunca olvidaremos tu sonrisa». A pesar de iniciarse a una edad tardía, esta palista de apellido ilustre, destacó por sus buenos resultados en categoría Alevín e Infantil. En los campeonatos solía moverse entre las diez mejores clasificadas. Pero con el paso de los cursos, tanto los estudios como los deportes comienzan a requerir más tiempo. Y el corazón de Sara latía más fuerte por la hípica, deporte que también practicaba desde niña y siempre a lomos de un caballo del que no podía separarse, que por la piragua. Así acabó su periplo en un club en el que dejó una huella imborrable. La misma que en Figueirido, donde esta tarde tendrá lugar un funeral al que asistirá todo el pueblo, pues su familia -es bisnieta del fotógrafo y exconcejal de UCD, Manuel Dacosta- es muy conocida en Vilaboa.