El bloqueo dará lugar a unos presupuestos autonómicos muy restrictivos para priorizar los gastos esenciales
22 ago 2019 . Actualizado a las 05:00 h.La situación de bloqueo político que impide la formación de un nuevo Gobierno tiene como una de sus principales consecuencias la imposibilidad de aprobar los Presupuestos Generales del Estado para el 2020, lo que en la práctica significa estrangular la financiación de las administraciones territoriales. De ellas, las más perjudicadas son las comunidades autónomas, dado que, en el modelo vigente de las de régimen común, son las encargadas de gestionar el
36,26 % del total del gasto público en España (sobre todo sanidad y educación) con cargo a los impuestos que la Hacienda central recauda, y posteriormente distribuye en forma de anticipos a cuenta.
Los Gobiernos autonómicos dependen así financieramente del Estado, lo cual supone que cualquier problema que tenga Hacienda repercute de forma negativa en la disponibilidad de dinero para prestar los servicios públicos que son de su competencia. Esta es precisamente la situación actual tras prorrogar los presupuestos del 2018 y limitar la disponibilidad de fondos después de que la mayor parte de las comunidades aprobaran los suyos para el 2019 contando con unos ingresos que probablemente, de seguir así la situación, no lleguen. Así, el sistema de financiación autonómica tiene disponibles con la prórroga presupuestaria solo 18.266 millones de euros. Y en consecuencia, las haciendas autonómicas se enfrentan a un problema de falta de fondos. Y, lo que es peor, con escaso margen de maniobra. Con datos del 2018, Galicia es una de las regiones más dependientes de las transferencias del Gobierno central, dado que solo el 1,5 % de la recaudación tributaria se obtiene por impuestos propios (cánones e impuestos medioambientales).
Dada esta situación, es probable que este año se presenten por primera vez en mucho tiempo -y de forma generalizada- presupuestos autonómicos de carácter restrictivo para concentrar los recursos disponibles en el gasto esencial.
A la espera de que Hacienda articule algún tipo de mecanismo que le permita reanudar el flujo de fondos, la alternativa más rápida -pero que no está al alcance de todas las comunidades- es recurrir al endeudamiento a corto plazo. No deja de ser un parche lejos de una solución racional en la que debería trabajar Hacienda más que utilizar esta situación para obtener rédito político.