Tras cuatro días tirada en su baño, 134 euros por ser rescatada por bomberos

Cándida Andaluz Corujo
cándida andaluz OURENSE / LA VOZ

GALICIA

Santi M. Amil

Una ourensana se ve incapaz de pagar el coste por ser auxiliada tras cuatro días atrapada en su bañera

29 oct 2019 . Actualizado a las 14:28 h.

Mediodía del 24 de octubre del 2018. La ourensana Elvira Fernández Pérez, de 67 años, acababa de lavarse los dientes en el baño de su casa y solo recuerda que se sentó en el borde de la bañera y se cayó. «Me di un golpe en la cabeza, menos mal que no fue grande», dice. No sabía entonces que tendrían que pasar cuatro días antes de ser rescatada. «Había dejado el móvil en una mesa de la sala de estar y no podía avisar a nadie ni levantarme. Tengo poca movilidad y no sé si serían los nervios, pero no podía moverme», explica. Durante ese tiempo algunos familiares estuvieron pendientes de ella -que vive sola-, enviándole mensajes al móvil y llamando. Fue al pasar varios días cuando una sobrina alarmada avisó a una amiga de Elvira para que se acercase a ver qué pasaba. Y así descubrieron que estaba atrapada. «Durante ese tiempo recuerdo que bebía agua de la alcachofa. Tengo que usar inhaladores y esos días no podía, así que lo que hacía era pedir a Dios que me ayudase y que me diese fuerza para poder llevarlo. Pero no tuve miedo», relata.

El día 28 aparecieron su ángeles de la guarda: los bomberos de Ourense, para los que solo tiene palabras de agradecimiento. «Hicieron su trabajo perfectamente». Subieron por una escalera al piso y la recogieron de la bañera. Elvira estuvo ingresada en el hospital por seguridad y se fue a vivir unos días con un hijo fuera de Ourense.

Estuvo cuatro días atrapada en su bañera, bebiendo agua de la alcachofa de la ducha

Una vez superado el trauma, llegó un segundo susto. Se enfrenta al pago del rescate que, aunque sabe que es perceptivo, no puede afrontar. Elvira está jubilada y cobra menos de 400 euros al mes por una pensión no contributiva. Antes contaba con una ayuda de la risga.

El Concello de Ourense le reclama por el rescate 134 euros. «He hecho varias reclamaciones porque no puedo hacer frente a ese pago. Solo me contestaron una vez diciendo que debía hacerlo. Un día me acerqué a Facenda del Concello y di un pago de 10 euros para ir tirando. Pero mientras voy reclamando, me va aumentando el pago por superar plazos», explica.

Para entender la situación, Elvira Fernández relata que en el pasado estuvo atendida por los servicios sociales municipales, durante mucho tiempo, y que entre otros gastos se enfrenta actualmente a un pago de más de 300 euros del IBI de su vivienda, a varias derramas de su comunidad de vecinos y a otros desembolsos básicos. La ourensana sabe que la ley no la ampara, ya que el reglamento especifica que solo están exentos del pago de un rescate en el concello de Ourense aquellas personas que sean perceptoras de la risga: «Reconozco que el servicio hay que pagarlo, pero no pueden sacar de donde no hay. Si pudiese, bien lo sabe Dios que no estaría pendiente de todo esto. Por desgracia, y como le ha ocurrido a muchas mujeres, he tenido que trabajar en la economía sumergida, por tonta, pero eso ya pasó».

«Si el Concello me diese de comer, podría pagar el rescate»

La ourensana defiende la labor de los bomberos, de los profesionales, pero denuncia el trato del Concello. «Si me vuelve a pasara, ¿qué hago entonces? ¿Me paso un mes sin pagar otros recibos para poder abonar esto? Si el Concello me diese de comer, podría pagar el rescate de los bomberos. Si no, me resulta imposible», dice.

«Que dejen de exprimir como limones a quienes no tenemos un céntimo»

El Concello de Ourense demanda a Elvira Fernández Pérez 134,20 euros por el rescate en su casa, casi la mitad del dinero que entra en su cuenta corriente al mes. La ordenanza reguladora de la tasa por el servicio de extinción de incendios (bomberos) estipula el pago: 104 euros por el uso de una auto escalera; 17,30 por la participación en el rescate de un cabo; y 12,90 euros por el trabajo de un bombero. Si al lugar hubiese acudido el jefe de servicio, entonces pagaría 34,55 euros más.

«No estoy pidiendo un favor, estoy pidiendo que me dejen vivir. Reconozco que todos somos números para montones de cosas, pero que le digan a los que tienen más que paguen y dejen de exprimir como limones a las personas que no tenemos un céntimo y tenemos que depender de otras para llegar a final de mes», señala. Es más, explica que si vuelve a tener otro problema en casa, tendría que pensarse en llamar o no a los bomberos. «Entiendo que tienen que quitar dinero de algún sitio, pero que no nos asfixien a los que no tenemos para llenar las arcas de los que tienen muchísimo más que nosotros», lamenta.

«Es un atraco de guante blanco»

La ourensana es consciente de que quizás no supo solucionar su problema económico a tiempo y que la situación que vive no es culpa de nadie pero subraya: «Sé que no tiene solución pero por lo menos intento que no me intenten quitar lo poco que tengo. Es un atraco manifiesto, pero con guante blanco». De momento, el recargo sigue sumando y su situación se sigue agravando día a día.

Disparidad en los concellos a la hora de cobrar este tipo de servicios

Existe cierta creencia generalizada de que los servicios de los bomberos son gratuitos. Pero esa creencia no se ajusta a la realidad. Una revisión de las ordenanzas fiscales de varios ayuntamientos permite localizar listados pormenorizados con las tasas asignadas a la prestación de servicios de extinción, prevención o salvamento. Tasas dispares tanto en los precios como en las exenciones a esos pagos. Criterios distintos también a la hora de reclamar de manera efectiva el pago de las cantidades correspondientes.

En Vigo, por ejemplo, la normativa municipal establece que las intervenciones de los bomberos que se realicen dentro del término municipal serán gratuitas excepto si han de actuar en lugares donde haya sustancias tóxicas, inflamables o explosivas en cantidades o condiciones que no cumplan con las normativas. Desde el Concello también apuntan la posibilidad de cobrar cuando la actuación se derive de una negligencia.

 

Más allá de los servicios prestados en favor de una parte importante de la población del municipio, o en casos de calamidad o catástrofe pública, exentos de pago en la mayoría de ayuntamientos, son varios los concellos que eximen del pago por actuaciones para particulares a las personas con pocos ingresos. En Lugo no pagan quienes perciben anualmente menos del salario mínimo, y en Ourense están excluidos los perceptores de la risga. En la capital ourensana, además, se realizan gratuitamente las actuaciones que tengan que ver con la presencia de velutinas, al considerarlas una plaga. En el caso de A Coruña la diferencia la marca el estar al día en el pago de tributos locales: no se cobran las intervenciones en edificios situados dentro del municipio o provocados por vehículos que tributen en la ciudad, siempre y cuando hayan abonado los impuestos correspondientes.

30 euros por bombero y hora

Los precios también varían de unos concellos a otros. Así, la intervención de un bombero de A Coruña está valorada en 10 euros la hora, mientras que la de uno vigués asciende a 30. En Santiago, dependiendo de la categoría profesional del interviniente, el importe oscila entre 14 y 18 euros.

A los gastos de personal se pueden sumar todo tipo de extras. Una hora de trabajo de una motobomba en Santiago supone añadir a la factura 47,95 euros. El uso de un extintor en A Coruña, 55 euros. Si en Ourense fuese necesario un equipo especial, habría que sumar 86 euros a la hora. Y en Vigo cada vehículo de rescate en altura supone 250 euros por cada sesenta minutos de labor.

Con todo, hay actuaciones habituales que los concellos ya tienen valoradas de manera global. Por ejemplo, si no se puede abrir la puerta de casa y se opta por llamar a los bomberos en lugar de a un cerrajero, en Ourense habría que desembolsar casi 129,85 euros, y en A Coruña, 70.

Pero, ¿se pasan estas facturas realmente a los auxiliados? Pues depende. Desde algunos servicios de bomberos aseguran que nunca se cobra a los particulares por una actuación de urgencia. Otros apuntan a que solo se remite factura en el caso de existir un seguro al que repercutir el cobro. Y casos como el de la mujer rescatada en su baño en Ourense demuestran que, en ocasiones, algunos ayuntamientos ejercen su potestad de requerir el pago de unos servicios que las ordenanzas municipales no garantizan que sean gratuitos.