Las aseguradoras indemnizan siempre a las víctimas de los accidentes, pero lo repercuten al responsable; reclaman más controles para acompañar a los atestados
30 oct 2019 . Actualizado a las 15:35 h.El seguro del coche es poco más que papel mojado si va empapado de alcohol. Tres lustros después de que se redactase la ley de responsabilidad civil, y pese a que las pólizas lo ponen cada vez con letra más grande, los infractores y las víctimas siguen dudando sobre sus derechos y el paraguas que les resguarda. «Para la víctima, todo, para el infractor, nada», resume Adolfo Campos, director de la Fundación Inade, el Instituto Atlántico del Seguro, que alerta del desconocimiento generalizado y de la falsa percepción de que una póliza a todo riesgo incluye todos los supuestos, también los siniestros en los que el conductor da positivo en alcohol o drogas.
Casos como el de la pasada primavera en Ribeira, en el que una pareja murió al ser arrollado su coche por un BMW que iba a 130 en una zona de 70 y cuya conductora dio positivo, son de los que hacen sudar a las aseguradoras, al margen de las consecuencias penales. Las víctimas, en este caso sus familias, tienen garantizada la indemnización por parte del seguro del vehículo que supuestamente provocó el accidente, pero una vez pagada, y solo cuando esté todo abonado, la compañía puede ejercer su derecho a repercutir el importe íntegro al infractor. «Se empieza a reclamar por la vía amistosa, pero casi siempre se acaba en los juzgados porque las cifras son muy importantes», apunta Campos. Son cantidades que en los casos más graves alcanzan varios cientos de miles de euros, como para arruinar a cualquiera.
Entre las compañías aseguradoras cunde el convencimiento de que la efectividad para erradicar las sustancias prohibidas al volante aumentaría si calase la idea de que cualquier siniestro con daños o víctimas, por pequeño que aparente, llevaría aparejado un control por parte de Tráfico o de la policía, extendiendo la realización de test y análisis de sangre en el caso de que exista hospitalización para que los informes de los atestados sean más completos y que no haya resquicios para la duda. En su caso, para que el infractor no se beneficie.
Cada semana, las aseguradoras cumplimentan en España miles de partes de accidentes, y a pesar de estar constatada la relación entre los siniestros y el alcohol, los lazos en el mundo asegurador todavía son débiles. Según la DGT, en una de sus últimas campañas de controles intensivos, que suelen realizar a principio de verano, los agentes requirieron para pasar las pruebas a 200.000 conductores, la mayoría interceptados en vías interurbanas. Casi dos mil personas dieron positivo, de las que 1.700 cayeron en controles preventivos; 128 tras haber cometido una infracción; y solo 99 por estar implicados en accidentes.
La incidencia de las drogas
El sector asegurador también alerta de la incidencia de las drogas en los casos que luego tienen que cubrir o repercutir. En proporción a los controles de alcoholemia, los positivos en estupefacientes empiezan a imperar, y además son más habituales entre los conductores profesionales. «Estamos muy preocupados», sostiene el director de Inade. Las cifras de Tráfico le dan la razón. En la misma semana de junio de este año, la DGT hizo 3.826 test de detección de drogas, con un resultado de 139 positivos tras haber cometido una infracción y 55 por haberse visto implicado en un siniestro.
Mil conductores cazados se juegan penas de cárcel cada mes en Galicia
Los agentes de la Guardia Civil interceptan cada mes en Galicia a casi mil conductores que dan positivo en alcohol por superar la tasa máxima y que, por tanto, cometen una infracción grave castigada con multa de entre 500 y 1.000 euros y con la retirada de entre 4 y 6 puntos del carné. Si el positivo es superior a 0,60, el conductor comete un delito y tiene que someterse a un juicio en el que puede ser condenado a entre 3 y 6 meses de cárcel, a una multa o a una pena de trabajos en beneficio de la comunidad. La revisión del Código Penal endureció las penas para las imprudencias graves con muertes al volante (homicidios imprudentes): ahora son 6 años de prisión en el caso de que se produzcan dos muertos, y hasta 9 años si el número de fallecidos es «elevado».