La primera vez que en La Voz se habló de la cuesta de enero: «Estamos a 8 y faltan 23 días, ¡veintitrés!»
[...] l Terrible cuesta, horror de empleados, espanto de familias modestas. Y el mes es largo, y el frío tan intenso y las necesidades de la vida tantas [...] Así describía La Voz un 8 de enero de hace 116 años las penurias de la cuesta de enero. Claro que aún no se habían inventado las rebajas, ni las tarjetas, ni el fútbol como anestésico del dolor provocado por ?seguía aquel día La Voz? «el pícaro deseo de echar al aire la cana»
Jefe de Cierre
Con la frase que encabeza esta crónica concluía la que el 8 de enero de 1904, y bajo el título «Subiendo la cuesta», publicaba La Voz de Galicia haciéndose eco del fin de las fiestas navideñas y del comienzo del «ayuno forzoso del empleado de corto sueldo que filosofa acerca de lo deleznable de la vida» después de haber gastado «las contadas pesetas que habrían de subvenir, mejor estiradas, al sustento de la familia». [Consulta aquí la página completa]
Es la primera vez que el periódico habla de la cuesta de enero y sirve además de eco a quienes en esa época censuraban que el Estado anticipase a la Nochebuena la paga de enero a los funcionarios: «Les perjudica de un modo atroz, pero años y años se repite el caso y no hay remedio», puede leerse en la reseña, que clava su vaticinio: casi dos decenios después, en una información de comienzos de año de 1921 titulada «La cuesta de enero», vemos que la historia no solo sigue el mismo guion, sino que aún se ha complicado más, puesto que el Gobierno decide entonces adelantar la paga de febrero a enero y, según cuenta la información, seguir pagando por mensualidades anticipadas a los empleados públicos. «Si a Dios se le pide solo el pan de cada día, bastará con que al Estado se le pida el pan de cada mes. Luego, ya veremos...», concluye la crónica con tono sarcástico.
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Porque la cuesta de enero, un asunto que para la mayoría no es cosa de risa, quizás se sobrelleve mejor con un poco de ironía: «La dura cuesta de enero / el lápiz rojo severo / tratándome con rigor/ Haga usted coplas, coplero / y que las cante el censor». Así lucía el ripio publicado en La Voz el 15 de enero de 1928, en plena dictadura de Primo de Rivera y bajo la firma de César, un colaborador habitual de la época con su sección «Coplas del domingo».
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El humor de Gila
Pero para sarcasmo el de Gila, que en enero del 62 daba en el periódico sus burlones consejos anticrisis: «Colocar este mes entre junio y julio, para que así no hiciera frío», «quitarle 15 días y añadírselos a agosto», «llamarle Margarita, que es un nombre más simpático que enero», «darle 16 pagas extraordinarias a los empleados» o «coger la cuesta abajo», recetaba el humorista ante la mirada seguramente atónita del periodista, que aún no había oído hablar de economía de consumo ni de tarjetas de crédito [Consulta aquí la página completa] —«¿Se puede comprar ya sin dinero?: falta poco» (anuncio de una Visa en 1973)— y que desde luego se habría quedado atónito si pudiese leer los eslóganes publicitarios de La Voz de años posteriores: «Le descontamos un 20 % en nuestras cámaras para ayudarles en la cuesta de enero. Por favor, no me hagan cola (1976, una tienda de fotografía) [Consulta aquí la página completa] o «Salte la cuesta de enero en nuestro tobogán gigante de precios» (1978, una boutique). [Consulta aquí la página completa]
Quienes dudan ahora entre saltar en un tobogán gigante, o directamente tomar la cuesta abajo de Gila, son los funcionarios, eternos protagonistas en el periódico de las tribulaciones postnavideñas que, como recordaba La Voz este mismo sábado, «afrontan la cuesta de enero con el salario congelado». Y es que, como también pensarán el resto de las economías maltrechas de este país, estamos a día 8 y faltan 23 días, ¡veintitrés!
LA PRIMERA VEZ QUE EN LA VOZ SE HABLÓ DE...
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