Cien días del nuevo gobierno: Feijoo arenga a los nuevos altos cargos y pide a su equipo trabajar con unidad

Juan María Capeáns Garrido
juan capeáns SANTIAGO / LA VOZ

GALICIA

Feijoo, en su intervención por los cien días de su toma de posesión
Feijoo, en su intervención por los cien días de su toma de posesión Lavandeira jr

Tras una profunda renovación, insta a su equipo a asumir nuevos retos durante tres horas de intervenciones a puerta cerrada

15 dic 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

Cuarenta minutos para la galería, con los medios de comunicación escuchando, y más de tres horas de intervenciones a puerta cerrada. Así celebró Alberto Núñez Feijoo los cien primeros días que han transcurrido desde su cuarta toma de posesión, una barrera temporal simbólica que hoy alcanzarán sus conselleiros. Entre ellos, todos presentes en un salón de actos del Gaiás, había dos novatos -el titular de Sanidade y la de Emprego- que se estrenaban en esta suerte de reunión para hacer equipo, pero todos los directivos siguieron la arenga por vía telemática.

Uno de los veteranos que acompaña al presidente desde el 2009 admitía al acabar el encuentro que todavía no reconocía a un buen número de directores y secretarios generales que se habían incorporado a la Xunta en las últimas semanas, después de que el presidente haya acometido la renovación de cargos más profunda y larga en el tiempo desde que llegó al poder. Casi el 35 % de los puestos más relevantes los ocupan ahora recién llegados a la Administración, o directivos que han promocionado o cambiado de departamento.

Aunque muchos de los mensajes iban dirigidos a los nuevos, también hubo encomiendas colectivas, como trabajar con mayor unidad en torno a las cuatro ideas transversales que están plasmadas en la estrategia de la Xunta para la década que comienza en un par de semanas. Trabajar por una Galicia más joven, más verde, más familiar y más innovadora es un encargo lo suficientemente genérico como para que todos se sientan apelados al desarrollar proyectos en cada departamento, pero les obliga al mismo tiempo a no perder de vista lo que hacen los demás compañeros y a tener una perspectiva más amplia del Gobierno.

A pesar del esfuerzo por enviar un mensaje de transversalidad, la jerarquía y la estructura tradicional siguen teniendo su peso y cada conselleiro tuvo una breve intervención de cinco minutos para dar unos brochazos del trabajo a medio plazo, más allá de los avances puntuales que se elevan semanalmente al Consello.

La pandemia fue el eje sobre el que giraron la mayoría de los discursos, pero Feijoo ya advirtió en su primera alocución en abierto que «despois seguirá habendo tarefas». Para el Ejecutivo, por supuesto, pero también para el poder legislativo, porque el inicio de mandato ha supuesto un extenso despliegue de textos legales, un impulso alimentado en buena medida por un tercer mandato de baja intensidad. Entre los trámites que decayeron por la convocatoria anticipada y los que se han incorporado a la agenda en los últimos meses suman una docena de leyes, entre ellas el presupuesto más alto de la historia, que conlleva un reto desconocido: gastar más que nunca con la máxima eficacia.

La captación de fondos de la UE y la organización del Xacobeo más atípico como plataforma para la recuperación turística de las próximas temporadas son los elementos diferenciales con respecto a objetivos de pasadas legislaturas, de las que se rescatan otras dos teimas de las que no dan frutos inminentes: la potenciación del medio rural y la lucha contra la crisis demográfica, cuestiones que contarán con ley propia y respaldo presupuestario.

 Feijoo solo se alejó por momentos de su discurso pragmático -«lo que hicimos, lo que vamos a hacer»- para agradecer el un esfuerzo de cien días «frenéticos» que no puede cesar. «Non podo prometer que isto sexa sinxelo e relaxado, pero pagará a pena cada día que cheguedes a casa máis tarde da hora de cear». Ayer, tras cuatro horas de oratoria y arenga, casi se quedan sin comer.