Ganaderos de A Mariña cuentan su experiencia con el lobo y piden medidas
14 feb 2021 . Actualizado a las 05:00 h.La recuperación del lobo está generando problemas de convivencia, sobre todo con los ganaderos que ven atacados y menguados sus rebaños por los ataques de estos animales.
Pedro Pérez Pedre, ganadero de xove
«Matounos catro poldros e cortoulle o rabo a unha vaca ao pé do mar»
Pegada al mar y al mirador Punta da Mansa, de Xove, donde el oleaje del Cantábrico bate con extraordinaria fuerza, se encuentra la granja en la que Pedro Pérez Pedre y su hermano Severino crían desde hace más de 30 años vacas y caballos, y en la que actualmente tienen unos 130 animales. Una explotación familiar que provee de carne de primera calidad, entre otros, a parte de los barcos con base en el cercano puerto de Celeiro (Viveiro), donde ambos hermanos dirigen desde mediados de los ochenta un ultramarinos-carnicería de referencia. Sin embargo, su instalación ganadera se enfrenta ahora a una «amenaza» con la que no contaban: el lobo. «Hai pouco matounos catro poldros, cortoulle o rabo a unha vaca e atacou a un becerro, e todo aquí, ao pé do mar», explica Pedro. «Nunca na vida se acorda tal cousa nesta zona. Isto é unha praga que acaba con todo, como a do xabarín!», sostiene, antes de afirmar que en los últimos meses se han avistado lobos junto a las playas de Esteiro, Portocelo o Area, en parajes que podrían calificarse de semiurbanos. «Dentro de pouco van vir comer a xente ás casas», aventura un hombre que considera que «os mandatarios» deberían bajar al terreno antes de legislar y vetar, por ejemplo, la caza del lobo bajo cualquier circunstancia, como planea el Ministerio de Transición Ecológica. «Nós temos catro cans e a finca ben pechada, pero o lobo entra igual. Por aquí leva matado todo de a feito: ovellas, cabras, ponis, cabalos… Se ata está matando e comendo os cans…», indica Pedre. «Antigamente o animal morría no monte ou se morría abaixo levábalo ao monte para que os lobos tivesen carroña para comer, pero agora os mandatarios obrigan a retirar os animais e estamos como estamos», reflexiona.
Francisco Javier Fraga Corbelle, presidente de la comunidad de montes de Miñotos (Ourol)
«Un dos últimos poldros comeuno a cincuenta metros das casas, en Zarza»
Hace apenas diez días que el lobo le mató dos potros a Francisco Javier Fraga Corbelle. El presidente de la comunidad de montes de Miñotos, en Ourol, que es criador de caballos de pura raza gallega, casi ha perdido la cuenta del número de cabezas de ganado que han perecido en los últimos años por la acción del cánido silvestre. «Un dos últimos comeuno a cincuentra metros das casas, en Zarza», relata un ganadero que ha denunciado en numerosas ocasiones ante las autoridades competentes la sobrepoblación que, según los datos que maneja, existe actualmente del lobo en la Serra do Xistral, una extensión que abarca unas 5.000 hectáreas entre Ourol, Viveiro, Xove, Cervo, O Valadouro, Alfoz, Mondoñedo, Xermade, Muras y As Pontes. «O último censo oficial do lobo é do 2014 e fala de seis manadas nesta zona, pero temos constancia de que a día de hoxe hai máis de vinte», asegura Fraga, que tiene sin cobrar las ayudas del 2020 e incluso alguna del 2019 con las que la Consellería de Medio Ambiente compensa en teoría las pérdidas ocasionadas por el lobo. «O problema non son axudas, o problema é que no Xistral o lobo está comendo ao redor de 150 poldros ao ano e á volta de pouco tempo non van quedar cabalos. De que vale se logren dous ou tres de casualidade?», se pregunta. Este ganadero ourolense sostiene que los lobos que actúan ahora en la costa mariñana, donde están atacando de manera casi continua ovejas, cabras, ponis o perros, son animales «solitarios» que han sido expulsados de las manadas de la montaña. Si la protección del lobo queda blindada, cree que será el fin. «Tal e como está todo, que máis dá ter que pechar agora xa que dentro de seis anos!», considera.
Francisco Galdo Goás, ganadero de Viveiro y presidente de la comunidad de montes de San Pedro
«A solución non a sei, pero o Goberno ten que ver o desastre que hai no medio rural»
Como una estocada al mundo rural de Galicia define Francisco Galdo Goás, ganadero de Viveiro y presidente de la comunidad de montes de San Pedro, lo que está ocurriendo con el lobo. Sus animales -cría en torno a doscientas vacas y caballos en una superficie de monte que supera las 160 hectáreas- llevan alrededor de cuatro meses sin sufrir ataques del lobo, pero la situación puede empeorar en cualquier momento. «Nos últimos anos matoume trinta e pico cabezas de gando», explica un hombre que ha cumplido los 85 años y que fundó uno de los negocios hosteleros más conocidos de A Mariña, el Hotel Val do Naseiro. «A 600 metros do hotel matoume ovellas. Non lle ten medo a nada. Vino un día en Fontecova e cruzou a estrada coma se nada. Eu funme para o coche porque non tiña defensa ningunha», recuerda, y critica que Medio Ambiente solo apruebe la concesión de ayudas cuando quedan muchos restos. «Dun dos poldros que matou encontramos só unha pata e unha orella coa chapa, pero aínda así non valeu», apunta. También señala que las subvenciones nunca cubren el valor real del animal. «Por un dos poldros que me matou dábame un rapaz 500 euros, e o día que o fumos buscar ao monte encontrámolo medio comido polo lobo. A axuda foi de 138 euros», expone. Galdo Goás ha solicitado en numerosas ocasiones a la Xunta de Galicia batidas que ayuden a controlar la población del animal salvaje en esta zona. «Eu non digo que o lobo non teña que existir, pero si que non pode estar no medio das casas», afirma. «Como se pode solucionar o que está pasando non o sei, pero o Goberno ten que ver o desastre que hai no medio rural porque o debe coidar doutra maneira».