La Galicia más alejada del AVE

Pablo González
pablo gonzález REDACCIÓN / LA VOZ

GALICIA

XOAN A. SOLER

A Mariña y la montaña lucense, así como la Costa da Morte, son los territorios con peor accesibilidad a la alta velocidad ferroviaria

06 dic 2021 . Actualizado a las 11:28 h.

Galicia entrará en la era de la alta velocidad el próximo 21 de diciembre, aunque no todos los territorios de la comunidad tendrán un acceso igualitario a los trenes rápidos, bien sean los Alvia que llegan a las ciudades atlánticas, bien los AVE estrictos que se quedarán en Ourense hasta que el año que viene lleguen los trenes Avril de ancho variable, en fase de homologación. La accesibilidad al ferrocarril se mide por la distancia que tiene un determinado territorio con respecto a la estación más cercana, pero en la alta velocidad intervienen otros factores. Por ejemplo, Ferrol y Lugo cuentan con estaciones ferroviarias, pero su acceso al tren de altas prestaciones está penalizado por un trazado decimonónico en sus accesos ferroviarios.

A esto hay que añadir los territorios con menor accesibilidad al ferrocarril, como puede ser A Mariña y la montaña lucense, las comarcas de la Galicia central y, sobre todo, la Costa da Morte. El sureste de la provincia de Ourense y la comarca de Valdeorras, que históricamente estuvo desconectado, tendrá un acceso directo a los trenes rápidos con la nueva estación de alta velocidad de A Gudiña, que dispondrá de cuatro frecuencias diarias por sentido.

Así, Ferrol seguirá siendo uno de los puntos más alejados del país en la movilidad ferroviaria, pues a pesar de los recortes de tiempo con la puesta en servicio del tramo Pedralba-Ourense, estará a cinco horas y cinco minutos de Madrid con los dos Alvia diarios que también darán servicio a A Coruña. Frente al caso de Lugo, donde existe un plan para mejorar la línea hasta Ourense vía Monforte, en la línea que une esta ciudad con A Coruña solo está prevista la ejecución del baipás de Betanzos, pero no una mejora integral de la línea. Esta conexión es un auténtico embudo (en el mejor de los casos se tarda una hora y cinco minutos y, en el peor, casi hora y media) e impide un recorte significativo de los tiempos, como sí disfrutarán otras ciudades.

Lugo está en una posición mejor que Ferrol, tanto en el presente como a medio plazo. A partir del 21 de diciembre habrá un tren directo con menos de cinco horas de trayecto. Saldrá de Lugo a las 11.20 horas y llegará a la estación de Chamartín a las 16.06 horas (cuatro horas y 46 minutos). Supone una reducción de casi una hora frente al trayecto actual: el viaje se hace ahora en un Alvia, y se hará también así desde el mes próximo.

Hay otra opción para viajar en tren de Lugo a Madrid: haciendo transbordo en Ourense. Por la mañana se sale de Lugo a las 08.52 y se enlaza en Ourense con un AVE (11.02 horas) que llega a Madrid a las 14.41 tras dos horas y cuarto de viaje.

Hay dos ciudades relevantes de Galicia, por tanto, a las que los beneficios máximos de la alta velocidad tardarán más en llegar, mientras que las grandes áreas metropolitanas de A Coruña y Vigo mejorarán sus tiempos actuales en el segundo semestre del año que viene, cuando estén en funcionamiento los AVE de ancho variable, los Avril que están siendo homologados por Talgo. Las zonas próximas a Vigo podrán conectarse con la estación de Urzaiz a través de la terminal de autobuses que se pondrá en servicio durante el primer trimestre del 2022, formando un gran complejo intermodal para sacar partido a la alta velocidad. La intermodal coruñesa tardará algo más, mientras que las de Santiago y Ourense ya están en funcionamiento, pendientes quizás de ajustes para sincronizar los horarios con las nuevas frecuencias que ya ha dispuesto Renfe a partir del día 21. Esto favorecerá el acceso a los territorios rurales circundantes o de las villas intermedias.

En el caso de Barbanza, existe una estación de tren que se llama Padrón-Barbanza, que está en A Escravitude, pero desde cualquier municipio de la comarca barbanzana la opción más factible para llegar a ella es en coche, ya que no hay autobús directo. Desde esta estación se podría viajar a Santiago, Vigo, Ourense y A Coruña, pero las frecuencias son muy escasas. Para subirse al AVE la opción más factible sería desplazarse a la capital de Galicia por carretera.

Situación diferente es la de las comarcas de la Galicia central como Deza, que son atravesadas por el eje de alta velocidad entre Santiago y Ourense pero, a pesar de los intentos, no se habilitó una estación de alta velocidad en esta zona. La única opción por tanto son los autobuses en las dos direcciones, que tardan una hora. Existe la posibilidad de viajar en tren por la vía antigua a Ourense y Santiago, pero solo hay una conexión al día. No es nada operativo, pues la estación está en Botos, a 3,6 kilómetros del casco urbano de Lalín, lo que explica que lleve años prácticamente muerta.

Sin acceso ferroviario

En la Costa da Morte y Bergantiños no hay acceso ferroviario. Hubo un proyecto bastante solvente hace algo más de cien años, pero no cristalizó. La única estación en este territorio tan heterogéneo es la de Cerceda, a 35 kilómetros de Carballo, pero en esta pequeña terminal no pararán los trenes de alta velocidad. Las conexiones con autobús con la estación de A Coruña son bastante útiles, pues paran en las inmediaciones de la terminal.

Aunque A Mariña lucense es atravesada por la línea de la antigua Feve, se trata de un trazado de ancho métrico que no es interoperable con el resto de las vías gallegas. Las opciones pasarían por conectar con Lugo y Ferrol, precisamente las ciudades que quedan más descolgadas de la alta velocidad.

El reportaje fue elaborado con información de Beatriz Couce, José María Palacios, S. G. Rial, Rocío Pérez Ramos y Fran Brea.