La integración se hace visible con la suma de Leiceaga y otros once nombres a la ejecutiva; Ricardo Varela vuelve a la primera fila para la comisión de ética
06 mar 2022 . Actualizado a las 20:48 h.El equipo que acompañará a Valentín González Formoso en la dirección del PSdeG es amplio, una ejecutiva de talla XL formada por 58 personas, 30 mujeres y 28 hombres, a la que aún hay que sumar los miembros natos, como el portavoz del Parlamento o los secretarios provinciales. El nuevo jefe político de los socialistas gallegos no tuvo inconveniente en ampliar el número de asientos para poder contentar a todas las familias del partido y cumplir otro de sus objetivos: plasmar con una docena de nombres la integración del sector que no apoyó a Formoso en las primarias o que avaló a Gonzalo Caballero.
La lista definitiva de la ejecutiva, aprobada con un respaldo del 81,47 % (343, votos a favor y 78 en blanco), no ofreció sorpresa alguna por la parte alta, con la alcaldesa de Lugo, Lara Méndez, promovida como vicesecretaria xeral del partido y número dos de Formoso, y el portavoz del PSOE en el Concello de A Coruña, José Manuel Lage, como secretario de organización.
La integración de la influyente agrupación de Vigo, que o bien optó por apoyar a Gonzalo Caballero en las primarias o bien por ser neutral, se materializa con el nombramiento de Carmela Silva como presidenta del PSdeG, pero también con la incorporación del secretario local, Abel Losada, y el de la concejala Patricia Rodríguez Calviño. Además, entran en la cuota de integración otros dos nombres que están en la esfera de influencia de Vigo, como son la alcaldesa de Redondela, Digna Rivas, y la exalcaldesa de Silleda Paula Fernández Pena.
De la provincia de Ourense, Formoso capta para la dirección apoyos que tuvo Gonzalo Caballero como el alcalde de O Carballiño, Francisco Fumega, o el de Entrimo, Ramón Alonso, así como el portavoz socialista en A Estrada, Luis López Bueno.
Fichaje de Leiceaga
Pero si hay alguien en el nuevo equipo que se pueda asociar nítidamente con la ejecutiva saliente sin duda ese es Xoaquín Fernández Leiceaga, al que Gonzalo Caballero convirtió en uno de sus principales colaboradores nombrándolo además presidente del PSOE en Galicia. La secretaría que asumirá es la de política económica. La integración, continuando por la provincia de A Coruña, se completa con la captación otras tres personas: Rafael Arangüena (A Coruña), Carmen Fernández Morante (Santiago) y Ana Isabel Galego (Ferrol).
Una de las áreas importantes en la estructura del PSdeG es la de igualdad, que asume la exdiputada Silvia Fraga, y la de políticas sociales, que recae en la exconcejala ourensana Marga Martín. De especial relevancia es la estructura que se creará en torno a la secretaría de política municipal, que asume el regidor de Vilagarcía y presidente de la Fegamp, Alberto Varela, que tendrá el respaldo en la ejecutiva de un batallón de hasta 15 alcaldes, como José Miguel Alonso (Cariño), Marisol Morandeira (Guitiriz), Paco Ferreira (Gondomar), Ángel Mato (Ferrol) o Mónica Rodríguez (Vimianzo). De nuevo cuño es la secretaría de ciencia y transformación digital, asignada al exrector de la USC Senén Barro, que aceptó la llamada de Formoso.
Llamativa es la recuperación para primera línea de Ricardo Varela, conselleiro de Traballo y número dos del PSdeG con Touriño, que presidirá la comisión de ética y garantías. La alcaldesa de A Coruña, Inés Rey, encabeza la larga lista de miembros para el comité nacional del PSdeG que se elige en el congreso, que a la vez designa otros siete representantes para el federal: César Mogo, Lara Méndez, Lage Tuñas, Natalia González Beneitez, David Regades, Marta Giráldez y Bernardo Fernández.
Gonzalo Caballero no consigue presentar la lista alternativa y su respaldo cae del 40 al 19 %
El ex secretario xeral del PSdeG, Gonzalo Caballero, y sus afines llevaban días amagando con que presentarían una lista alternativa a la oficial a los órganos del partido. La noche del martes, tras la bronca que estalló dentro del congreso, solicitaron ampliar el plazo para registrarla, algo que se les concedió, pero lo dejaron correr sin presentarla en tiempo y forma.
Tras las tensas escenas vividas dentro del cónclave, a Caballero empezaron a marchársele algunos apoyos de su lista y si para algo sirvió el congreso fue para medir su apoyo interno, que pasó del 40 % de las primarias al 19 % (entre 74 y 88 delegados) que se hizo visible con los votos en blanco de la ejecutiva, la comisión de ética o los comités nacional y federal.