Los mayores gallegos se suben a la revolución digital: menos memoria, pero más ganas
GALICIA
En solo cinco años se ha duplicado la cifra de personas de más de 65 que usa Internet en Galicia
07 feb 2022 . Actualizado a las 05:00 h.«Agora vas á pizzería e xa non tes nin carta. Colles o móbil, escaneas un código e ves o menú». Así resume Indalecio Prieto, un jubilado de Ortigueira, cómo la tecnología lo ha cambiado todo. A sus 66 años y tras una vida en la construcción, Indalecio no contaba con hacer ni la mitad de lo que hace ahora con su teléfono móvil. «E tamén co ordenador, que comprei un cando empecei con todo isto», añade en referencia a lo que ha ido aprendiendo estos años como usuario de uno de los centros de formación tecnológica de la Rede CeMIT.
«Empecei con medo porque non sabía nada de mecanografía. O meu era o mundo da obra e nunca vira nada disto, pero teño que dicir que ao final os teclados son máis fáciles que a construción», bromea Indalecio, que repite una y otra vez lo agradecido que le está a su monitora por todas las dudas que le resuelve. «A memoria é a que é. Para a xente nova a tecnoloxía é fácil, pero a nosa mente vai fallando», explica. Ahora, ya con un móvil con WhatsApp, el hombre disfruta de las videollamadas que hace con su hijo y su nieta de diez años, que viven en Cataluña. «Cando aprendes, a vida cámbiache ben».
Por gusto o necesidad, cada vez son más los mayores que se suben a la revolución digital. En Galicia, el uso de Internet en la franja de 65 años en adelante aumentó más del doble en solo cinco años: pasó del 12,5 % del 2015 al 33,6 del 2020, según los datos del IGE. Y entre los de 65 a 74, según la Amtega, aumentó del 21 al 53 % en ese mismo período. Estas cifras muestran un aumento en el uso de las nuevas tecnologías por parte de los mayores, si bien todavía quedan lejos del 99 % de uso de Internet entre los jóvenes de 15 a 34 años en el 2020 o del 83,7 de los que están entre los 55 y los 64 años.
La velocidad a la que avanza la tecnología no le pone las cosas fáciles a los mayores, pero la constancia y las ganas de aprender acaban pesando más que el desconocimiento. «Se non aprendes nun minuto, aprendes en cinco», subraya M.ª Dolores Pedre, de 71 años y compañera de aula de Indalecio. Ella lleva varios años asistiendo a los cursos de formación y, al igual que otros, se vale de las nuevas herramientas para estar en contacto con la familia. Tiene una hija y dos nietas que viven en Estados Unidos, por lo que aunque quisiese recurrir a su ayuda en temas digitales tampoco lo tendría fácil. Para ello, agradece, está su monitora: «Con calquera dúbida chamo e xa me soluciona». La aplicación del Sergas, la edición de fotos y la consulta de sus movimientos bancarios lo domina a la perfección. Eso sí: con las transferencias, por el momento, no se anima por el temor a confundirse.
Lo que les aportan estos cursos de modernización tecnológica a Indalecio, M.ª Dolores y al resto de sus compañeros no es poco. Y no solo tiene que ver con lo digital, sino también con lo humano. Ella lo explica claro: «A min chámanme a delegada porque son a que organiza as ceas. Aquí tamén se fan amigos, sabes?»