Feijoo confirma su candidatura: «No vengo a insultar a Pedro Sánchez, sino a ganar a Pedro Sánchez»

Xosé Vázquez Gago
Xosé Gago SANTIAGO / LA VOZ

GALICIA

 «Estoy aquí porque tengo la convicción de que el PP puede gobernar España» proclamó esta tarde Alberto Núñez Feijoo, ante los 200 componentes de la junta directiva gallega, la cúpula del PPdeG, reunidos en el Pabellón Multiusos Fontes do Sar de Santiago para escuchar el discurso en el que anunció su decisión de liderar el PP nacional. Que diera ese paso era un clamor entre los barones de la formación, ante la grave crisis en la que ha caído el principal partido de la oposición a Pedro Sánchez.

Incluso más fuerte fue el clamor de los asistentes cuando confirmó que presentaría su candidatura al congreso. Un aplauso jalonado por el grito de una mujer del público: «¡Presidente, España te necesita!». Feijoo contestó explicando después los motivos por los que ha decidido presentarse: «Me siento en la obligación institucional de ponerme a disposición de mi partido para garantizar el gobierno sólido y solvente que necesita España». Más tarde, subrayó qué estilo de oposición quiere hacer: «No vengo aquí a insultar a Pedro Sánchez, vengo a ganar a Pedro Sánchez», una frase a la que siguió un aplauso ensordecedor y que viene a enmendar la actitud que mantenía Pablo Casado.

En un ambiente eléctrico, ante muchos más miembros del PP que los miembros de la junta, el presidente de la Xunta verbalizó así lo que ya había anunciado por la mañana en el Museo Santiago Rey Fernández-Latorre, cuando contestó al director de La Voz de Galicia, Xosé Luís Vilela, que hoy adoptaría «una decisión que nunca pensé que iba a tener que tomar».

Feijoo, que ha insistido en respetar a los plazos y procedimientos del partido a pesar de las muestras públicas de apoyo de los barones regionales, se ciñó al calendario que él mismo había marcado y solo cuando estuvo en presencia de sus compañeros del PP de Galicia enunció su decisión sin rodeos.

El anuncio provocó una reacción mixta, de alegría pero también vértigo ante la transición que se avecina en el PPdeG. Detrás de Feijoo, justo a su izquierda, una mujer lloró después de que confirmase su convencimiento de que debe dar el paso.

Más que de despedida, su discurso fue el de una presentación de candidatura en la que se fijó dos objetivos: rearmar al PP y gobernar España. Repasó los grandes problemas que atraviesa el país atrapado en una «tormenta perfecta» de inflación y déficit desbocados mientras suben los impuestos. Todo ello bajo el «peor Gobierno de España de la historia reciente». Un Ejecutivo que «no cree en las instituciones españolas, no cree en las instituciones europeas y no cree en las instituciones atlánticas». Un Gobierno, añadió «que está debilitando la gobernabilidad y la imagen interna de España». El país, añadió, «está en situación límite» y desde Moncloa, remachó, «no son capaces» de abordar esos problemas.

Frente a ello mostró su deseo de forjar un «partido unido», que no renuncie al legado de José María Aznar, Mariano Rajoy y Pablo Casado. Un partido, añadió, capaz de «aglutinar a los millones de españoles que quieren un Gobierno diferente» y que debe volver a sumar los «diez millones de votos» de las mejores épocas del PP.

En esa búsqueda de un partido fuerte cuenta, dijo, «con todos aquellos que queran trabajar unidos», incluyendio a todos los anteriores presidentes del partido, autonómicos y provinciales.

Entre las claves de su política destacó la defensa de la Constitución, no caer en la confusión entre negociación y sometimiento -una clara alusión a la compleja política de alianzas del Gobierno central- y retirar la «ideología» de las aulas. Se trata, resumió, de tener «un gobierno que gobierne».

Terminó subrayando que «ocurra lo que ocurra seguiré siendo el mismo servidor publico» y explicó que en cuanto saliese del acto se pondría a «preparar el consejo de la Xunta que vamos a celebrar mañana». Volvieron los aplausos ensordecedores, y las dificultades para abandonar el recinto entre peticiones de fotos y saludos. Él se dirigió primero a su padre político, el expresidente del Consejo de Estado José Manuel Romay Beccaría. Después dio un abrazo fuerte a su vicepresidente, Alfonso Rueda; e inmediatamente después al vicepresidente del Parlamento y presidente del PP coruñés, Diego Calvo. Siguieron otros conselleiros y colaboradores, alcaldes y concejales. Ya en la puerta, simpatizantes y miembros de Nuevas Generaciones.

Con su candidatura al congreso extraordinario del partido, que se celebrará los días 1 y 2 de abril en Sevilla, el titular de la Xunta pone fin a una semana larga de especulaciones sobre el futuro del PP, que arrancaron a raíz de la crisis interna abierta a raíz del enfrentamiento entre el aún presidente popular, Pablo Casado, e Isabel Díaz Ayuso, presidenta de la Comunidad de Madrid. Feijoo intervino en esa crisis para exigir que Casado y Ayuso se reuniesen para buscar una solución. La respuesta de Casado dinamitó esa posibilidad y provocó que cientos de militantes se plantaran ante la sede de la madrileña calle Génova cuestionando su liderazgo. Ante ese riesgo de desintegración del PP, la formación clave del centroderecha español desde la Transición arrancó lo que se convirtió en una cascada de dimisiones en el equipo de Casado, y los barones regionales, uno tras otro, pidieron que se convocase un congreso extraordinario y anunciaron su confianza en Feijoo para evitar el naufragio.

Pese a esa aclamación pública, el titular del Gobierno gallego insistió en que se debían respetar los plazos y en que solo anunciaría su decisión cuando el congreso estuviese convocado. Ese plazo terminó hoy por después de las seis de la tarde. La decisión de Feijoo, lejos de ser el final, es el principio de una nueva etapa tanto en el PP nacional como en el gallego, donde confían en que su liderazgo permitirá disputar la presidencia al PSOE de Pedro Sánchez en las próximas elecciones generales.

Una de las primeras tareas que deberá abordar Feijoo en Madrid es cerrar las heridas causadas por el choque Casado-Ayuso. Este mismo miércoles, la presidenta de Madrid exigió la marcha de los implicados en la trama de espionaje. Sin embargo, Esteban González Pons, uno de los cargos populares de confianza de Feijoo y responsable de organizar el congreso de Sevilla, señaló unas horas más tarde que pedirá tanto a Casado como a su ex secretario general, Teodoro García Egea, que continúen en el partido.

Feijoo anuncia en Santiago su candidatura para presidir el PP  y convertirse en el líder de la oposición a Pedro Sánchez
Feijoo anuncia en Santiago su candidatura para presidir el PP y convertirse en el líder de la oposición a Pedro Sánchez Xoán A. Soler

Esa diferencia de criterios también se dejó entrever por la mañana. Justo después de las declaraciones del presidente de la Xunta en la sede de La Voz, Díaz Ayuso hizo público un mensaje en sus redes sociales que decía: «El paso de Alberto Núñez Feijoo es de agradecer por todo el PP. Solo hay un camino para cambiar el Gobierno de Sánchez: mirar hacia delante y entregar lo mejor de nosotros mismos». La baronesa de Madrid daba así por hecha la decisión del líder gallego, adelantándose a su comparecencia ante la junta directiva gallega.

En Galicia, Feijoo tendrá que pilotar la transición después de más de 16 años al frente del PPdeG y casi 13 en la presidencia de la Xunta. El titular del Gobierno gallego subrayó en el Museo Santiago Rey Fernández-Latorre que no va a «dejar Galicia en un mes». También recordó que es «perfectamente posible presidir una comunidad y un partido» y añadió que habrá que esperar «para ver qué ocurre» en el congreso extraordinario y «qué responsabilidades» le otorgan los afiliados, antes de hacer «el calendario que mi conciencia me dicte» para efectuar la transición.