Pontón, Rego y la ejecutiva lanzaron mensajes de paz con distintos matices
05 mar 2022 . Actualizado a las 05:00 h.El BNG, en su dinámica de los últimos meses de tratar de controlar su agenda pública para escapar del estereotipo de oposición previsible, preparó con mucho tino y antelación la visita de tres días de Ana Pontón al País Vasco, con un plan de trabajo cargado de intencionalidad política. Si la explosión del PP y su derivada gallega amenazaba con engullir la actualidad, la guerra en Europa acabó por diluir la entrevista con el lendakari Íñigo Urkullu y otros contactos institucionales de calado con los que buscaba reforzar su discurso de autogobierno en Galicia.
Acabó siendo una semana de matizaciones para el BNG, cuyo equipo de comunicación se ha visto en la obligación de recordar que la línea política la marca Ana Pontón. Y nadie más. Que la portavoz y referente político comenzase la semana denunciando «as consecuencias dunha cruel invasión de Rusia» no fue casual. Ese hecho incuestionable no aparecía citado en ninguno de los cinco puntos de un comunicado firmado días atrás por la Executiva Nacional del BNG en el que también se exigía al Gobierno de España que mantenga una «neutralidade activa» en el conflicto. La evidencia de que la postura oficial de la formación se había quedado corta en su análisis es que en la web de la formación se colgó el texto consensuado por la cúpula junto a un enlace con las declaraciones de Ana Pontón en las que condena «a invasión rusa». Los colaboradores más estrechos de la portavoz reforzaron en sus redes sociales esta idea, tratando de reorientar el foco del problema a Moscú.
La intervención de Néstor Rego en el pleno del Congreso celebrado este miércoles con la guerra como asunto monográfico buscaba despejar cualquier duda, de ahí que el único diputado del Bloque fuese explícito al condenar la «intervención militar rusa», aunque acabó enmendando otras aseveraciones del primer comunicado de la ejecutiva. En el texto difundido a las pocas horas de comenzar la invasión se apelaba a la vía diplomática, pero se exigía un compromiso de la OTAN «de non incorporación de Ucraína á mesma». Rego fue más allá al defender, primero, la disolución de la Alianza Atlántica; y, a continuación, «a soberanía de Ucraína». Su solidaridad hacia ese pueblo, sin embargo, presenta algunas aristas, porque el diputado cree que ahora padece las consecuencias de la «guerra lanzada pola Rusia», pero recuerda que antes sufrió «un golpe de Estado, a violencia política, a persecución da disidencia, o enfrontamento armado e os bombardeos no Dombás».
El PSdeG, al quite
El PSdeG ha estado atento toda la semana para amplificar las variaciones del discurso nacionalista, con el objetivo de poner en duda la actualización ideológica del que es su socio en concellos y diputaciones, pero rival en las urnas. Es la primera fricción con el BNG bajo la dirección de Valentín González Formoso, que también ha dejado algunas pistas de su estrategia. De momento, esta semana preservó el perfil institucional, dejándole las cargas de profundidad al secretario de Organización, José Manuel Lage, y al eurodiputado Nicolas González Casares, que fueron los más críticos.
Fuelle al concierto vasco y al sistema de ciencia, y viaje a Chile para apoyar a Gabriel Boric
El BNG compartió durante la etapa de Beiras y Quintana ideas y plataformas electorales con el PNV y CiU. Su actual alianza con Bildu y ERC es, para el PP, la prueba definitiva de la «radicalización» del Bloque dirigido por Ana Pontón, que sin embargo no ha tenido reparos en poner por las nubes la gestión del partido vasco, «moi distinto», reconocen, pero con una búsqueda persistente del autogobierno que encaja a la perfección con su discurso. Además de visitar la lendakaritza, la delegación mantuvo contactos con los consejeros que mejor conocen los entresijos del concierto económico; y con responsables del Ikerbasque, el órgano que coordina el sistema de ciencia y que ya tendría nombre en Galicia, el Innogal.
Pontón abrirá aún más su agenda la próxima semana, ya que viajará a Chile para participar en la toma de posesión del nuevo presidente, Gabriel Boric, en la que también estará el rey de España.