Caso Déborah: la policía propone a la jueza cotejar en las bases de datos el ADN hallado en el cuerpo
GALICIA
La familia pide recuperar el pelo de un varón para secuenciar sus genes. Hoy el único investigado declarará ante la jueza
11 mar 2022 . Actualizado a las 10:07 h.La investigación del caso de la muerte de Déborah Fernández se centra ahora en secuenciar el ADN de un varón hallado en un pelo y en un fragmento bajo una uña para que se ponga nombre y apellidos a quien acompañaba a la joven cuando desapareció la víspera de su cumpleaños en el año 2002. Policías y familia están haciendo requerimientos al juzgado para que autorice cotejos en bases de datos o secuenciaciones para extraer el perfil genético que aclare la muerte.
El paso más reciente lo ha dado la Policía Nacional, que ha presentado una propuesta para hacer una nueva prueba que ayude a resolver el caso de esta joven viguesa que desapareció cerca de Samil y fue hallada muerta a 40 kilómetros diez días después. Los investigadores han solicitado permiso al Juzgado de Instrucción número 2 de Tui para cotejar en las bases de datos el ADN hallado en el cadáver de Déborah. Puede tratarse de semen, la única huella genética que ha sido secuenciada en los 20 años de investigación y cuyo perfil genético ya se puede comparar con otros para identificar con nombre y apellidos al acompañante. Inicialmente, los agentes sospechan que el semen hallado en un preservativo junto al cadáver es una pista falsa y que el escenario fue manipulado para despistar a la policía, pero quieren agotar esa posibilidad.
Este tipo de pruebas propuestas por la policía ya han sido denegadas en anteriores ocasiones por el juzgado. Se opuso con el argumento de que requiere un acceso a bases públicas de datos de perfiles genéticos. En este caso aún no se ha opuesto nadie, y la familia de la joven se muestra favorable a dicha propuesta.
Por otra parte, los allegados quieren que se secuencie el rastro de ADN hallado en una uña del cadáver de Déborah cuando fue exhumada en el 2021. El Instituto Nacional de Toxicología determinó que el fragmento genético corresponde a un varón, pero es necesario realizar la secuenciación —si es que es viable— para extraer el perfil genético.
A mayores, la familia también se ha interesado por recuperar un pelo hallado en el cadáver en el 2002 para secuenciar su ADN, del cual solo saben que corresponde a un varón caucásico (europeo). Su perfil genético no fue extraído en su día, pero creen que la prueba se conserva y sigue almacenada en los sótanos del juzgado de Tui junto a otras cajas con evidencias del caso.
Declaración clave hoy
El cómputo de la prescripción del caso fue suspendido cuando solo faltaban dos meses para archivar el delito porque hay un investigado y es necesario resolver sobre su situación. Hoy tendrá que declarar el exnovio de Déborah por primera vez en el juzgado de Tui, tras casi 20 años de investigación, y como investigado. La Audiencia ordenó interrogarlo para que aclare unas contradicciones sobre sus movimientos el día de la desaparición y los diez siguientes. El investigado puede acogerse a su derecho a guardar silencio o a responder solo a preguntas de su abogado.
Sospechas de que el cuerpo de la joven fue embalado con film
Lo que los forenses creían que era un pelo hallado en una uña de Déborah resultó ser una fibra de cloruro de polivinilideno (PVDC), un polímero de recubrimiento que es un material plástico muy familiar porque se usa en los hogares para envolver los alimentos y protegerlos en las mismas condiciones que el vacío. Es el llamado film de embalar. Este hallazgo ha llevado a la familia, según fuentes próximas, a sospechar que el cuerpo de la joven fue embalado con este film para mantener su estado de conservación durante diez días antes de depositarlo en una cuneta. Es solo una teoría, dicen estas fuentes, pero explicaría cómo se conservó en buen estado el cuerpo sin necesidad de un habitáculo frío o por qué estaba limpio.
Las mismas fuentes no descartan que la presencia de este envoltorio bajo una uña de la joven pudiese deberse a otras circunstancias, como el hecho de que ella hubiese rasgado el plástico que envolvía una comida, un objeto o un regalo, por ejemplo. O pudo ser, simplemente, una transferencia de material que portaban los profesionales al trasladar o examinar el cadáver.
En todo caso, al entorno familiar le resulta cuando menos preocupante que en el 2002 se hubiese pasado por alto la presencia de ese material de embalar en el cadáver de la joven. Y les hace pensar que tampoco se buscaron restos bajo las uñas aunque fuentes policiales, en su día, aseguraron que sí se habían examinado. Para el entorno familiar resulta un «milagro» que, casi 20 años después, los forenses pudiesen recuperar ocho uñas en la exhumación, lo que ha permitido detectar esa fibra del film y un fragmento de ADN que, si se secuencia, podría delatar la identidad del hombre que estuvo con Déborah en el momento de su muerte.
EL PROCESO
La desaparición
30 de abril del 2002. Déborah Fernández-Cervera, de 22 años y residente en Alcabre, salió a correr por la zona de Samil esa tarde. Volvía a casa cuando se pierde su pista.
El cuerpo
10 de mayo del 2002. El cadáver de Déborah fue hallado desnudo y sin signos de violencia en una cuneta de O Rosal, a 40 kilómetros de Vigo. Estaba colocado con una escenificación y pruebas falsas para despistar a la policía.
La reapertura del caso
7 de noviembre del 2019. Tras años con el caso cerrado, la familia aporta un testimonio que obliga a practicar nuevas diligencias. La jueza de Instrucción número 2 de Tui reabre la investigación y cita a declarar a varios testigos. A ello se suman otras prácticas, como el análisis del disco duro del ordenador de la joven, cuyo resultado no ha trascendido.
La exhumación
18 de mayo del 2021. Los forenses extraen el cadáver y hacen un tac. Recuperan ocho uñas y las envían al Toxicológico de Madrid para extraer fibras y ADN.
La inhumación
27 de mayo del 2021: La Justicia devuelve el cuerpo de la joven al cementerio de Pereiró tras realizar la segunda autopsia.
Nuevas vías de investigación
19 de junio del 2021: Aparecen pelo y fibras en las uñas de Déborah. Este hallazgo abre nuevas vías de investigación.