Tres de cada cuatro concellos tienen activadas alertas extremas en sus zonas
11 jul 2022 . Actualizado a las 16:52 h.Los gallegos miran a Portugal. Temperaturas que pueden alcanzar los 45 grados, fuertes vientos del este, noches tropicales y tormentas secas. Ese es el peligroso cóctel que ha devuelto a la memoria en el país vecino el incendio de junio del 2017 en Pedrogâo Grande, en el que murieron más de sesenta personas. Aunque en Galicia la combinación de factores no es tan peligrosa, al no darse las mismas condiciones de viento que en Portugal, el conselleiro do Medio Rural, José González, reconoció este fin de semana que «a climatoloxía nestes momentos é complicada para toda a comunidade galega».
Ayer, pese a la niebla que comenzó a entrar por la costa y que previsiblemente durará hasta la mañana de hoy, toda Galicia estaba al menos en un nivel alto de riesgo de incendio, salvo algunas partes de A Mariña que estaban en riesgo moderado. Y tres de cada cuatro ayuntamientos tenían activadas alertas extremas, según el índice de riesgo diario elaborado por la Consellería do Medio Rural.
El mayor peligro se concentraba en la provincia de Ourense y también en comarcas como la Terra Chá, Deza, Ortegal, Ferrol, O Condado o Paradanta. En este contexto y, coincidiendo con el comienzo el pasado día 1 de la temporada de alto riesgo de incendio en la comunidad, se ha desplegado en los montes gallegos todo el contingente de prevención y lucha contra el fuego, supervisado por el Comité Integrado de Prevención de Incendios de Galicia, que coordina las actuaciones de la Xunta y del Gobierno central. «Non ten por que pasar nada, pero se algo pasara, estamos preparados e atentos e dende logo atentos e vixiantes fronte a esta lacra de incendios forestais», dijo el sábado en Ponteceso el conselleiro, según informa Marta López. En estos momentos hay 148 cámaras capaces de leer la matrícula de un coche controlando lo que pasa en los montes gallegos, unas labores de vigilancia que se completan con el uso de drones.
Con todos los ojos puestos en lo que ocurre en el monte, desde la Consellería do Medio Rural apelan a la prudencia y a la concienciación ciudadana para evitar actividades que pudieran favorecer la aparición de las llamas, alertar sobre fuegos o conatos y avisar de cualquier sospecha de algún comportamiento que pueda dar lugar a incendios.
De hecho, en las zonas que tienen un índice de riesgo de incendio extremo están prohibidos los desbroces en superficies forestales. Pero además desde el 29 de abril y hasta nuevo aviso no está permitida la realización de quemas en terrenos agrícolas, forestales o en zonas cercanas a los árboles.
Recomiendan que en el campo se eviten las labores donde puedan saltar chispas
Más allá de las quemas de restos agrícolas o de la prohibición de los desbroces en terreno forestal ubicados en áreas con riesgo extremo de incendio, la Lei de Prevención e Defensa contra os incendios forestais de Galicia no regula las actividades que pueden realizarse o no en terrenos agrícolas durante las épocas de mayor peligro de fuego.
De todas formas, desde Medio Rural recomiendan que estos días en los que los termómetros están disparados no se realicen labores donde pueda haber peligro de que salte una chispa y acabe provocando un fuego de forma no intencionada. O en caso de tener que realizarlas, piden extremar la prudencia a la hora de manejar motosierras u otras máquinas eléctricas o de batería.
Trabajos en el campo
Más allá de los incendios, las temperaturas registradas durante los últimos días en Galicia traen de la mano el riesgo de que se multipliquen los golpes de calor durante la realización de trabajos en el campo al aire libre. Es este un momento en el que los agricultores apuran las labores de recogida de la hierba seca.
De ahí que entre las recomendaciones que realizan desde la Consellería do Medio Rural está también la de evitar las horas centrales del día para la realización de ese tipo de trabajos. Con todo, añaden que en caso de que sea necesario realizarlos, aconsejan llevar bebidas frías para poder mantener el cuerpo hidratado.
