Juan Carlos Monedero: «Si Yolanda Díaz no entiende la firmeza de Podemos, estamos regresando al pasado»
GALICIA
«Gonzalo Busqué rompe con los errores de Podemos Galicia», advierte el cofundador de Podemos, que arropará al candidato crítico este miércoles en el cierre de las primarias gallegas de la formación morada
12 dic 2022 . Actualizado a las 05:00 h.Cofundador de Podemos y director de su think tank, la Fundación Instituto República y Democracia, Juan Carlos Monedero (Madrid, 1963) interrumpe su agenda en México para atender el teléfono. El miércoles arropará al candidato crítico Gonzalo Busqué en el cierre de primarias de Podemos Galicia.
—¿Por qué se implica en las primarias gallegas?
—Yo creo que Gonzalo Busqué y Rexurdir representan el momento actual de Podemos. Una fuerza política que, después de la salida de Pablo Iglesias y del señalamiento a Yolanda Díaz como la que tendría que articular todo el espacio de la izquierda, decidió aprobar la asignatura pendiente que era la organización territorial. La nueva dirección de Podemos ha entendido que necesita consolidarse como partido teniendo una presencia en los territorios. En cuanto en tanto Yolanda consolida su propio proyecto y cuenta al resto de las fuerzas cuál es su plan, Podemos tiene la obligación de consolidarse como partido para no decepcionar a los 5 millones de personas que en su día nos votaron.
—¿Ahí encaja Rexurdir?
—Lo hace perfectamente con esa dirección de Podemos y el intento de lo que he reclamado desde el comienzo, que tiene que ver también con mi salida de la Ejecutiva, y es el abandono de los círculos. Frente a otras candidaturas más continuistas y que no han prestado atención a los círculos, Rexurdir entiende esa tarea. No es construir la casa por el tejado buscando un liderazgo, sino construir buenos cimientos anclados en el territorio y con unos círculos que estén muy vivos, que se les escuche. Y, al mismo tiempo, el reconocimiento de que se han hecho mal las cosas. Esa candidatura [la de Gonzalo Busqué] que claramente expresa un cambio respecto a la dirección anterior, tiene que permitir que toda esa gente que se ha desencantado por el proyecto regrese.
—¿La poca implantación territorial de Podemos en Galicia es consecuencia de haberlo fiado a las mareas? ¿Cree que hubo dejadez en ese sentido?
—Sí, creo que ha habido un error de concepto, donde la dirección de Podemos en Galicia no estaba presente en los territorios. Eso llevó a debilitar los círculos, que son la fuerza vertebral de un partido que quiere estar en movimiento. Hoy Podemos ya sabe que todos los intentos alternativos donde desaparecía la marca Podemos han salido mal. Tenemos que recuperar la marca Podemos porque es el partido que más ha hecho por la izquierda desde que recuperamos la democracia. Los errores tienen que solventarse. No es un momento en el que la continuidad dé credibilidad a la voluntad de hacer las cosas de manera diferente.
—Se lo dijo a Antón Gómez-Reino.
—Sí, se lo planteé en su momento a él, que es amigo y a quien tengo mucho cariño, que la dirección tenía que asumir todas las responsabilidades después del gran fracaso electoral. Hay unas sinergias incomprensibles que justifican una candidatura que rompa con los errores del pasado.
—Hay un choque sobre la estrategia con Yolanda Díaz en estas primarias. La lista continuista ve un sinsentido cualquier alternativa que no sea ella como candidata.
—De entrada, todos compartimos que la unidad es el horizonte necesario. Desde que nace Podemos, tenemos claro que hay que construir un frente amplio. Es una de las primeras discusiones con Errejón, que no quería pactar con nadie. Eso era arrogante y no realista. Hay que buscar el entendimiento con el partido de Yolanda o lo que finalmente construya. Pero la garantía de que eso llegue a buen puerto es que Podemos tenga la consolidación y la fuerza para articular ese espacio. Hay un riesgo muy grande: escuchar los cantos de sirena de quienes llevan 8 años buscando firmar la defunción de Podemos. Eso se ve en los medios y en las encuestas. En la pugna entre Iglesias y Errejón, este despuntaba en las encuestas, y al final sacó un diputado y Podemos perdió entre 10 y 15. Podemos tiene la obligación de que no naufrague el espacio de la izquierda. No puedes rearmar toda la izquierda pensando que basta con un liderazgo que recibe muchos apoyos de quienes quieren acabar con Podemos, y no tiene sentido que no esté absolutamente vinculado con la fuerza política que ha transformado este país.
—¿Peligra Podemos en cómo se dé esa integración con Sumar?
—No lo sabemos, porque Yolanda no ha explicitado aún lo que va a hacer ni cómo lo hará. Podemos tiene derecho a ser prudente, sobre todo si quiere ser responsable con los millones de votos que representa. Aquí vimos ya como Errejón y Manuela Carmena tomaron decisiones equivocadas, de las que Carmena se disculpó y Errejón no. Podemos ha esperado durante mucho tiempo a que Yolanda explicitara si se va a presentar o no, cómo lo hará, con quién. Creo que en esa espera, Yolanda ha decidido tomar sus propias decisiones y consolidar su espacio político. En cuanto explicite lo que va a hacer, tendrá a Podemos con la mejor de las disposiciones para discutir cómo se va articular ese espacio de la izquierda. Hubiese sido una irresponsabilidad que Podemos no hiciese sus deberes durante todo este tiempo y que, cuando Yolanda reclame a todo el espacio para articularse, Podemos estuviese sin claridad. Los pasos que ha dado Podemos son las garantías para que el espacio político que quiere superar el bipartidismo no naufrague. Rexurdir ha entendido que para no naufragar, es necesario que Podemos esté bien consolidado.
—En la Universidad de Otoño, Pablo Iglesias le urgió desde el atril a que lo hiciese y le reclamó que respetase a Podemos.
—Cuando Pablo la señala como quien podría representar al espacio, se le encarga, además de ser vicepresidenta, articular políticamente el espacio. Y a eso no ha dedicado tantas energías como en otros menesteres. Ha habido desencuentros, como en la estrategia diplomática en Ucrania, la renovación del CGPJ o el veto a Victoria Rosell al CGPJ. Ahí Podemos ha dicho: “Oye, aquí estamos nosotros. Somos la fuerza política que ha hecho a Yolanda ministra”. Porque aunque ella sea militante del Partido Comunista, el PC no quería que lo fuese y Pablo Iglesias insistió en que sea vicepresidenta. Es solo recordar que, en el momento en el que estás representado al conjunto del espacio, sería bueno que no te olvidaras de Podemos. Ese fue el recordatorio que se le hizo en la Universidad de Otoño.
—¿Todavía duda de si Yolanda Díaz puede representar a Podemos?
—Creo que para representar el espacio hay que entender también lo que significa. Desde que recuperamos la democracia, Podemos ha demostrado una consistencia y firmeza que ha permitido entrar en el Gobierno, subir el salario mínimo, hacer los ERTES, el impuesto a grandes fortunas… Sin firmeza, Podemos no existe. Si Yolanda no entiende la importancia de esa firmeza, estamos regresando al pasado. Yolanda tiene que clarificarnos si tendrá la firmeza que tuvo Podemos cuando aguantó las presiones para apoyar a un Gobierno en solitario del PSOE o uno en coalición con Ciudadanos. Si Podemos no hubiese tenido la firmeza ante los ataques brutales que sufrió, hoy sería ministro Girauta y vicepresidente Albert Rivera. Estoy expectante por escuchar a Yolanda en esa firmeza. Yo creo que es la mejor candidata en cuanto en tanto represente esa firmeza que tuvo Podemos. Como ha habido dudas, yo también he dudado. Pero las dudas venían de ella. En cuanto las disipe, también lo haré yo.
—¿Les llama la atención no haber tenido ninguna respuesta pública por parte de Díaz? Desde su entorno dicen que quieren huir del ruido en un contexto en el que Podemos mete prisa a Sumar.
—Cuando se deja fuera a Victoria Rosell, para mi no es ruido, es un estruendo. Tenemos que ser honestos todos. Cuando uno denuncia lo que se hace mal en política no lo puedes llamar ruido. Eso es muy injusto. Para mi es ruido callarte cuando quieren regresar a las malas artes del bipartidismo. Podemos tiene que estar firme y nosotros no podemos plantear la defensa de principios firmes con ruido. Eso es lo que quiere la derecha. Cuidado, porque si llamamos ruido a la defensa de principios ideológicos firmes, le hacemos el juego al bipartidismo.