Crimen de Muimenta: el guardia que analizó la escena dice que «la madre mató a la niña» y que «nada concuerda con una intoxicación»
![André Siso Zapata](https://img.lavdg.com/sc/1Bf8if5XF2HJ_8fD6ysMBmymzbU=/75x75/perfiles/1618303088603/1637523067427_thumb.jpg)
GALICIA
Una de las psiquiatras que trató a Ana Sandamil, la única sanitaria que apoyó la versión de la defensa al decir que «esa noche, estaba psicótica». El exnovio reveló que la madre le dijo que «todo había terminado» tras el crimen
02 mar 2023 . Actualizado a las 17:42 h.La cuarta jornada de la repetición del juicio del crimen de Muimenta arrancó este jueves, al filo de las diez de la mañana, en la Audiencia Provincial de Lugo. En las tres primeras, Ana Sandamil, acusada de asesinar a su hija Desirée el 3 de mayo del 2019, negó la autoría del crimen. «Jamás le haría algo así a mi niña conscientemente», dijo, dejando la puerta abierta a haber cometido el crimen sin ser plenamente consciente.
Sus familiares y entorno han defendido la versión de la acusada en sus declaraciones, afirmando que «estaba muy mal mentalmente» o que «creía que la espiaban». La Fiscalía y las acusaciones, sin embargo, dicen que sí era consciente de estar cometiendo el crimen y que «no existen síntomas de psicopatía» y que es solo «una excusa para evitar la prisión permanente revisable».
En la jornada de este jueves, testificaron diez sanitarias y dos guardias civiles. Las declaraciones más esperadas eran las de las psiquiatras y psicólogas que atendieron a Sandamil tras el crimen y la del agente de la Guardia Civil que realizó la primera inspección ocular. Ellas, en el primer juicio (anulado por el TSXG), declararon en su mayoría que la madre presentaba una leve afectación mental, pero solamente una de ellas considera que no era consciente de sus actos y que su trastorno era grave. El agente, el año pasado, llegó a decir que la única duda que tenía era si Ana Sandamil había matado a Desirée en la cama o en el suelo, pero que no había otra explicación sobre la autoría. Sus declaraciones este jueves han ido por el mismo camino.
![Ana Sandamil llegó a la Audiencia de Lugo por cuarta vez esta semana.](https://img.lavdg.com/sc/rTQqV1GDEuIfpNJDqQ9wsLizYVA=/480x/2023/03/02/00121677749222452478605/Foto/i02m3029.jpg)
La psiquiatra que la atendió bajo custodia dice que «presentaba un trastorno psicótico cuando yo la traté»
La primera gran declaración del día, la única de la sesión que se salió de la versión mayoritaria, fue la de la psiquiatra que atendió a Ana Sandamil meses después de su ingreso, cuando ya estaba custodiada en el ala de psiquiatría del HULA. Según su opinión, la acusada, «esa noche estaba psicótica, sí».
Relató una serie de encuentros con Ana Sandamil en las que apreció el trastorno en la madre de Desirée Leal. «Me pareció que tenía síntomas psicóticos, pero no di un diagnóstico claro. Al mes, ya lo tuve más claro y lo plasmé en un informe. En mi opinión, presentaba un trastorno psicótico cuando yo la traté», declaró.
La acusación: — «¿No es incompatible que intentase suicidarse por la muerte de la niña si luego dudaba de que se hubiese muerto?»
La psiquiatra: — «No tiene por qué en el contexto del duelo».
No obstante, ella misma admitió que su juicio como profesional está limitado. «Al final del ingreso, hablamos de sus síntomas psicóticos. Creo que no los simulaba, pero no le hice ninguna prueba. Mi opinión está basada solamente en lo que me contó la paciente. Mi trabajo era tratar a Ana, no cuestionar lo que decía. No me importaba nada lo de fuera, solo lo que pasaba en el hospital», explicó al jurado popular.
«Mi trabajo era tratar a Ana, no cuestionar lo que decía»
De hecho, no llegó a hablar con los técnicos y facultativos que la trataron y la analizaron psicológicamente tras el crimen. Ni siquiera sabía que Ana Sandamil estaba siendo investigada por asesinar a su hija. «Mi trabajo es clínico, no forense. No me importaba lo que había hecho antes, solo debía tratarla médicamente y analizarla psiquiátricamente», concluyó.
Al preguntarle la abogada de la acusación popular por su opinión personal, la facultativa terminó diciendo que «no creo que matase a la niña para protegerla. Creo que lo hizo porque se sentía amenazada o creía que podía hacerle daño».
![Ana Sandamil, acusada de matar a su hija Desirée Leal, mirando fijamente a la cámara en la tercera sesión del juicio.](https://img.lavdg.com/sc/fH5dKoQvjFXTKuZ_HWg4QP2ZLvQ=/x75/2022/02/09/00121644399902189300367/Foto/i09f2007.jpg)
Sanitarias que no pudieron extraer conclusiones contundentes
La primera mitad de la sesión, en resumen, estuvo protagonizada por psiquiatras y sanitarias del ámbito facultativo. Ninguna fue tan radical en su planteamiento como la anterior, que expresó que Sandamil estaba psicótica aquella noche de forma contundente, sino que alegaron que sus exámenes y sus funciones no permitían sacar una conclusión evidente.
Tras esta psiquiatra, por ejemplo, compareció una médica internista. Ella, simplemente, le hizo un análisis superficial en Urgencias del HULA, a donde llegó tras intentar quitarse la vida ingiriendo unas pastillas de trazodona. «Presentaba un estado estable y colaboró con nosotras. Buscamos signos de autolesiones, que no se percibieron en esta paciente. No nos llamó nada la atención. Las únicas lesiones eran moratones o roces, derivados de labores del día a día, no violentas ni autolíticas. Ni siquiera eran del día del crimen», resumió.
«Podría ser que viviese en una realidad paralela, pero no hay nada que lo pruebe de forma irrefutable»
La primera psiquiatra que atendió a Ana Sandamil aquel día defendió en su turno de palabra que observó «pensamientos críticos» en la paciente, algo que no se correspondería con un trastorno psicótico habitual. Su relato «no era firme» y se planteaba que sus pensamientos podrían no ser ciertos. «Podría ser que viviese en una realidad paralela, pero no hay nada que lo pruebe de forma irrefutable», según dijo la facultativa.
«Yo tenía muchas dudas en el diagnóstico. No sabía exactamente qué le pasaba. Veía indicios de varios trastornos, pero no pude profundizar más. Tampoco sabía nada de las circunstancias de la muerte de la menor. Vi a guardias civiles por allí, pero no me dijeron que estaba siendo investigada», añadió.
La facultativa afirmó que «podría ser» que Sandamil se comportase como se comportó tras el crimen «aun teniendo un trastorno psicótico», aunque dijo no saber con exactitud las circunstancias concretas de este caso. En la observación, «presentaba rasgos psicóticos como ideas delirantes, sin estructuración, una manifestación inadecuada y demás detalles. Creo que no estaba en condiciones de explicar la muerte de su hija», concluyó la psiquiatra.
«Al hablar con ella, no me pareció que tuviese ideas alucinatorias o psicóticas»
Una de las primeras especialistas que la atendió fue una psiquiatra de urgencias. Ella dio la orden de ingresar a Sandamil tras atenderla. «La madre ingresó porque presentaba unos síntomas extraños, que hacían sospechar de un trastorno psicótico, pero no teníamos ninguna prueba todavía. Al hablar con ella, no me pareció que tuviese ideas alucinatorias o psicóticas. Sobre la muerte de su hija, no me dijo nada relevante. En algún momento, decía que no creía que hubiera muerto, pero en otros se echaba a llorar», afirmó.
Esta facultativa presentó serias dudas sobre un supuesto trastorno de su paciente. «Yo tenía dudas sobre lo que ella me contaba del curso, de que el navegador le cambiase las rutas sin ella querer... No tengo el recuerdo de que tuviese ideas alucinatorias», dijo. «Un trastorno psicótico es algo continuo, como una depresión, no sucede en un momento concreto. Puedes tener momentos mejores o peores, pero es mantenido en el tiempo», añadió.
![Llegada de Ana Sandamil, madre de Desirée Leal, al juicio. Al fondo a la izquierda, el padre de la niña, agarrado por unos familiares](https://img.lavdg.com/sc/ZqSel9LjxfNm4yIdYJsdz5e9Wk0=/x75/2022/02/07/00121644230342104140120/Foto/i07f2034.jpg)
La psicóloga que la trató en el 2012 dice que solo tenía estrés
A continuación, compareció una psicóloga que trató a Sandamil en el año 2012. Su testimonio era importante para entender si el supuesto trastorno de la acusada venía de atrás o si se presentó solamente en la época del crimen. «Ella refería sintomatología ansiosa, que es lo que observé. Ella decía que, desde que había nacido su hija, estaba muy pendiente de ella y que toda su vida era la niña», alegó la sanitaria.
En su declaración, explicó que le recomendó una terapia, pero que la madre nunca llegó a ir: «Yo le recomendé unas técnicas de relajación que hacía un compañero, para que ella pudiese afrontar el tiempo con su hija. Que aprovechase el tiempo que ella estaba en la guardería, por ejemplo. No llegó a ir a las clases».
Finalmente, la psicóloga resumió que «el factor principal de su visita era la ansiedad que le daba separarse de la niña». «Estaba muy pendiente de ella, me pareció que la quería mucho», añadió.
Tras ella, y como último testimonio antes del receso, compareció el primer médico que atendió a Sandamil en el HULA. «En la entrevista, la vi estable y orientada. Nos dijo que había tomado diez comprimidos de trazodona en un intento autolítico. La exploración duró apenas cinco minutos. La noté ausente, pero plenamente consciente. Tras analizar su estado y ver que no había ningún riesgo, la pasamos a psiquiatría por un intento de suicidio», contó el sanitario.
Al regreso del descanso, la primera testigo que compareció fue la médica de familia de Ana Sandamil. Ella la trató durante años, pero las preguntas fueron dirigidas a los últimos meses previos al crimen. «Según su expediente, ella tenía problemas de espalda y de oído. Hasta el 2019, no había presentado más patologías. Entonces, vino a consulta por un episodio de estrés agudo, derivado de un curso al que iba. Después de verla, le receté la trazodona para dormir mejor. Constaba que ya la había tomado en el pasado, así que no vi problemas», empezó diciendo la facultativa.
Sin embargo, la acusada rechazó más tratamientos en las primeras consultas. Hasta que, luego, fue ella misma la que acudió a pedir una solución. «Le ofrecí algún tratamiento para el insomnio en una primera consulta, pero se negó. Tampoco quiso ir a psicoterapia, que era una alternativa. En una tercera consulta, creo, fue ella la que me pidió que le diera algo, porque no podía dormir, y fue cuando le receté esa medicación», contó la médica.
Era el mes de febrero del 2019, cuando la sanitaria le diagnosticó a Ana Sandamil un trastorno adaptativo. «Estrés, vamos», sintetizó en el juicio.
«Su capacidad de razonar iba contra cualquier sospecha de un trastorno de tipo psicótico»
Parece que la medicación surtió efecto, ya que, el mes siguiente, la madre de Desirée volvió a consulta, pero para darle una noticia positiva a su médica. «Vino a consulta tiempo después, en marzo, para avisarme de que iba a dejar la medicación, porque ya se encontraba mejor. Ahí fue cuando me explicó todo el asunto del curso. Que pensaba que sus compañeros hablaban y se reían de ella a sus espaldas, y que eso le resultaba muy hiriente porque le recordaba a cómo la había tratado una expareja en el pasado. En marzo, entonces, me contó que había dejado el curso y había empezado a trabajar, por lo que ya no iba a necesitar más la medicación porque era el curso lo que la hacía dormir mal», esgrimió la médica.
De hecho, aquella consulta fue para preguntarle cómo dejar la trazodona, ya que se sentía mejor. «Desde luego que no vi nada compatible con un trastorno delirante ni psicótico. Si no, no habría podido darme una explicación tan coherente y con sentido con respecto al curso. Existía una crítica de su pensamiento. ¡Hasta me dijo que podría haber sobrerreacionado con lo de que sus compañeros hablaban de ella! Eso iba contra cualquier sospecha de un trastorno de tipo psicótico», concluyó la doctora.
Dos sanitarios que atendieron a Desirée notaron a la madre desinteresada por su hija
Tras ella, comparecieron dos sanitarios que no trataron a la madre, sino que acudieron a la casa para intentar salvarle la vida a la niña tras el aviso del 061. Estos dos facultativos eran compañeros de las sanitarias de urgencias que comparecieron el martes, y que relataron que la niña tenía sangre en la boca y en la ropa, y que la actitud de Ana Sandamil no era acorde a la situación.
Estos dos sanitarios expresaron este jueves una idea que fue por esa misma vía. «Cuando llegamos, la niña estaba ya fallecida. Nunca mostró signos de vitalidad. Tenía sangre en la boca, en la faringe, en la cama, en la almohada y en unos calcetines. Tampoco sospechamos de que había sido un homicidio, no era nuestra labor», dijo el doctor, que añadió que «lo único que nos llamó la atención fue que la madre no parecía interesarse por nuestro trabajo, por la salud de la niña». Su compañero, de la misma forma que él, se sorprendió por la presencia de sangre en la habitación.
El guardia que realizó la inspección ocular: «Las pruebas no concuerdan con una intoxicación; la madre mató a la niña»
Obviando la primera intervención del día, que fue la de un guardia civil que se limitó a supervisar la inspección ocular y que testificó muy brevemente, la única declaración de la cuarta jornada del juicio que no era del ámbito sanitario fue la del agente encargado de revisar la habitación en la que murió Desirée Leal. Este testigo era visto por las acusaciones y por la Fiscalía como uno de los técnicos con más conocimiento del crimen, y su testimonio no defraudó.
El agente, perteneciente a la sección de Criminalística, analizó de forma minuciosa el escenario del crimen aquel 3 de mayo del 2019. En el juicio, se le expusieron imágenes de la casa, para que le explicase al jurado qué vio aquel día en Muimenta. El agente dijo observar manchas de sangre en la almohada, en la ropa de la niña y en el propio cadáver.
Al igual que hizo su sargento en la anterior sesión, el agente relató que encontraron el pijama ensangrentado de la madre escondido debajo de la cama. «Lo que vi allí es compatible con que la acusada la agrediese, ubicándose encima de ella, y resultando manchada con sangre de la niña».
«Esa niña fue asfixiada y creo que pudo defenderse»
«Esa niña fue asfixiada. Presentaba petequias en la cara, que son pequeñas microrroturas de venitas, que indican que ejercieron fuerza sobre ella. Había salpicaduras del agua de una botella que estaba en la mesa de noche y que tenía trazodona, que indicaban que se había sacudido. Es lógico pensar que hubo un forcejeo entre la niña y la madre al tratar de darle de beber a la fuerza. Creo que la niña pudo defenderse. Entre eso y la sangre en la ropa de la madre...», sugirió el agente.
Fue entonces cuando, de manera contundente y a preguntas de la fiscal, pronunció las palabras más esperadas del día. Según él, las pruebas recogidas en el lugar de los hechos «no concuerdan con un envenenamiento o intoxicación por un medicamento» y expresó su convencimiento de que fue la madre, Ana Sandamil, la que «mató a la niña».
Esta fue la última declaración de la sesión. Pasadas las dos de la tarde, esta se dio por concluida. La quinta vista se celebrará a partir del viernes, a las 09.45 horas. En ella, declararán más guardias civiles que analizaron la escena y el comportamiento de la acusada, y forenses que realizaron la autopsia de Desirée Leal. Será la última sesión de juicio como tal. El lunes, habrá una sexta vista, pero será solamente para que las partes expongan sus conclusiones definitivas y para otorgarle a Ana Sandamil el derecho a la última palabra. Entonces, será el turno del jurado popular, que deberá deliberar y elaborar un veredicto que se espera que se haga público el martes.
![José Manuel Leal, padre de Desirée, este sábado, en Xermade (Lugo).](https://img.lavdg.com/sc/Dp9VqUzVEWu6S4VQA2yBCtS7Zek=/x75/2023/02/25/00121677343682448307484/Foto/L25F3085.jpg)
El crimen
Ana Sandamil está acusada de asesinar a su hija, asfixiándola hasta la muerte, el 3 de mayo del 2019. Ella ha negado la autoría durante el juicio, pero dejó una puerta abierta en su declaración, afirmando que jamás le haría daño a su hija «conscientemente». La Fiscalía y las acusaciones creen que mató a su hija durante la noche, pero ella dice que se la encontró muerta al amanecer. Tras el crimen, trató de quitarse la vida y tuvo que ser hospitalizada. «Cuando la fui a visitar y le pregunté qué había pasado, me dijo que todo se había terminado», dijo su exnovio en el juicio este martes.
Ana Sandamil ya fue condenada a prisión permanente revisable el año pasado por estos hechos. Sin embargo, el TSXG anuló la sentencia y obligó a repetir el juicio porque el jurado popular no razonó correctamente su veredicto. Según el Alto Tribunal, la Audiencia Provincial de Lugo debe justificar por qué la afectación mental de Ana Sandamil era leve y no grave, ya que esa es la gran cuestión del juicio. Nadie discute la autoría del crimen, ni siquiera ella la rechaza directamente, sino que la defensa cree que lo hizo «estando fuera de sí». Las acusaciones, sin embargo, creen que era plenamente consciente de lo que estaba haciendo. Se enfrenta, de nuevo, a una pena de prisión permanente revisable.
![Ana Sandamil, madre de Desirée Leal, durante una sesión del juicio en el que se la condenó a prisión permanente revisable.](https://img.lavdg.com/sc/BSp8nFY6DCrWTBxbKmAKl_F0ysI=/x75/2022/09/28/00121664366221726531714/Foto/L14F2053.jpg)