Netflix y A3media tendrán que suprimir la escena de sexo de Laureano Oubiña en «Fariña»

Serxio González Souto
Serxio González VILAGARCÍA / LA VOZ

GALICIA

Laureano Oubiña, en la vista de Vilagarcía en la que se dirimió en primera instancia su demanda contra Netflix, Bambú y A3media
Laureano Oubiña, en la vista de Vilagarcía en la que se dirimió en primera instancia su demanda contra Netflix, Bambú y A3media Martina Miser

La Audiencia de Pontevedra acepta parcialmente un recurso del antiguo capo del hachís y marca una indemnización de 15.000 euros por vulneración de su intimidad personal

26 jun 2024 . Actualizado a las 19:36 h.

En noviembre del año pasado, Laureano Oubiña regresó a los juzgados de Vilagarcía. Lo hizo para defender la demanda civil que había interpuesto contra la productora Bambú, A3media y Netflix por supuesta intromisión en su derecho al honor, a la intimidad y a la propia imagen a raíz del contenido de la serie Fariña. Dos meses después, la sala número 3 de la capital arousana desestimaba todas sus acusaciones y le imponía los costes del proceso al antiguo capo arousano del hachís. Disconforme con este fallo, Oubiña planteó un recurso de apelación que la Sección Tercera de la Audiencia Provincial de Pontevedra acaba de resolver. Aunque rechaza la inmensa mayoría de sus argumentaciones, el tribunal acepta parcialmente su apelación y condena a las entidades demandadas por intromisión en su intimidad personal. Algo por lo que las tres tendrán que indemnizarle con quince mil euros.

En buena lógica, razona la Audiencia, esa intromisión debe cesar. La sala únicamente da la razón a Oubiña en lo que se refiere a una escena de sexo que el actor que lo representó en la serie, Carlos Blanco, mantenía explícitamente en su primer capítulo. En consecuencia, el dictamen requiere la supresión «de tales concretas imágenes y escena en todas las plataformas de Antena 3 y de su web desde la firmeza de esta resolución y en el futuro». Contra esta decisión cabe todavía un recurso de casación ante el propio tribunal provincial, por lo que esa firmeza que requiere todavía no se da en la práctica. En caso de que Netflix, A3 y Bambú apelen, la eliminación de los escarceos sexuales tendrá que esperar.

Por lo demás, el dictamen judicial recuerda a Oubiña que él mismo se ha reconocido como un narcotraficante de hachís, con el «notorio reproche social y penal» que conlleva dicha condición, el ambiente de violencia e intimidación que rodea a las organizaciones del ramo y que sus propias iniciativas, erigiéndose en un personaje público que ha editado su libro, concedido entrevistas y protagonizado un documental, casan mal con su intención de acogerse, ahora, al derecho al olvido. Al de Cambados no le gusta que la serie, basada en el libro de Nacho Carretero, lo retrate como «un hombre brusco, violento, ignorante y capaz de proponer atentar contra autoridades judiciales, arrepentidos y el colectivo de madres Érguete». Sin embargo, la Audiencia nada encuentra de punible en ello. Es más, trae a colación, también, que «él mismo reconoció haberle dado ''dos hostias y una patada en el culo''» al arrepentido Portabales.