«Cuanto más mayores son los niños, más cara es la vuelta al cole para sus padres»
GALICIA
El regreso a las aulas se encarece entre un 9 y un 13 %, y costará de media casi 400 euros por niño a cada familia gallega, solo contando el material
02 sep 2024 . Actualizado a las 05:00 h.Con la llegada de septiembre se acerca una de las fechas de mayor impacto en los bolsillos de los padres: la vuelta a los colegios. Se estima que cada familia gallega se gastará unos 400 euros, según la media de varios estudios. Esta cifra está entre un 9 y un 13 % más que en cursos precedentes, y se mantiene por debajo de la media en el resto del país, situada algo por encima de los 415.
«Así como han subido los precios de la luz, los alquileres, la comida… Todo sube, y los libros también», afirma Isabel Calvete, presidenta de la confederación de ANPA de Galicia. «Consideramos que la vuelta al cole supone un desembolso absurdo. No tiene sentido que, si la educación es pública, tengamos que hacer frente al gasto de los libros, el material escolar…». Según la OCU, el precio solo de los libros de texto está entre 147 y 250 euros por alumno, según su etapa educativa.
Para hacer frente a estos gastos, la Xunta ofrece unos bonos tanto para la compra de libros de texto y de material escolar para familias con recursos económicos más reducidos, pero dichas ayudas en ocasiones no impiden que también en esos hogares haya que hacer un desembolso importante. Las ayudas para libros no reutilizables también se dividen por tramos. A rentas iguales o inferiores a 6.000 euros para 1º y 2º de primaria se aportan 240 euros; las superior e igual o inferior a 10.000 euros, la aportación es de 160 euros. En el caso de educación especial o el grado de discapacidad igual o superior al 65 %, la aportación será de 300 euros con independencia de la renta.
En lo que respecta a la compra de material escolar, la cuantía de las ayudas más habituales asciende a los 75 euros por niño, que pueden ser gastados a lo largos de varios meses. Es gracias en gran parte a estos bonos que muchas librerías pueden mantener su número de ventas en estas fechas. «Es muy sencillo, los padres vienen, eligen su material, y a la hora de pagar descontamos el precio del bono. Luego nosotros les pedimos ese dinero directamente a la Xunta», asegura Consuelo López, dueña de la librería Couceiro, en A Coruña. «A pesar de que es una gran ayuda para los padres —añade—, normalmente tiene que gastar algo más de dinero del que el bono les cubre».
Y es que la subida de los precios se ha notado también en este sector. «Es cierto que todo ha subido, y nosotros lo notamos. Año tras año nos sale cada vez más caro comprar nuestros productos a nuestros proveedores, con lo que también tenemos que subir nuestros precios para poder mantener el negocio. Si una cesta hace unos años nos habría costado unos cuarenta euros, ahora ronda ya los 65. Es una subida muy importante», explica Carla Ríos, trabajadora en una de las tiendas de la cadena Carlin en Vigo. Estas subidas en los precios han afectado al número de ventas, que caen más y más año tras año. «Se ha notado una bajada considerable en los encargos de libros escolares. Ya sea porque los compran de segunda mano o porque se los prestan en los colegios, este año hemos vendido muchos menos. Si en otras ocasiones se han vendido, por ejemplo, 300 conjuntos de libros, este igual hemos llegado a los 200 con suerte», añade.
«De media un niño se gasta en cada vuelta al cole unos 250 euros en libros de texto y unos 90 euros en material escolar. Pero claro, cada caso es un mundo. Dependen muchos factores: los libros específicos que solicita cada escuela, el año que estudien, la cantidad de extras que necesiten… Cuanto más mayores son los niños más cara es la vuelta al cole para sus padres», asegura esta profesional.
«Depende casi todo de los colegios. Los padres pueden decidir sobre el material, pero al final ese gasto es el más bajo de los dos, y sobre qué libros se compran no tienen capacidad de decisión», añade Consuelo López. Cada vez más centros cuentan con iniciativas como los bancos de libros, pero aún así septiembre siempre arranca con una cuesta empinada.