Ricardo Pérez Lama, abogado de la acusación en el caso Asunta: «La docuserie de Netflix blanquea a Basterra porque va contra las pruebas»
GALICIA
Ricardo Pérez Lama es el abogado ejerció la acusación popular en el crimen de la niña de Santiago
27 sep 2024 . Actualizado a las 00:36 h.Ricardo Pérez Lama es, desde hace dos décadas, delegado en Galicia de la asociación Clara Campoamor. Ejercitó la acusación popular en el caso Asunta representando a esta entidad y fue también el abogado del padre de Diana Quer en el juicio por la violación y asesinato de la joven madrileña en Barbanza. Desde que Rosario Porto y Alfonso Basterra fueron condenados, este letrado ferrolano ha estado callado, pero ahora ha decidido romper su silencio. Fue el último encargo que le hizo antes de fallecer la presidenta de su organización, Blanca Estrella. «Ella estaba indignada por la aparición de libros y, sobre todo, por la última docuserie de Asunta, la de Netflix, y me encargó que dejara claras algunas cuestiones».
—¿Qué tiene la última serie de Asunta que le ha hecho romper un silencio de once años?
—Este tipo de docuseries, como la de Asunta, solo generan confusión, y nosotros no participamos en la ceremonia de la confusión. Trasladan a los ciudadanos dudas y los llevan a equívocos sin respetar la enorme cantidad de pruebas que fueron en las que se basó el jurado para emitir su veredicto, que fue por unanimidad. Como por unanimidad fueron las sentencias del Tribunal Superior de Xustiza de Galicia y del Supremo que confirmaron las condenas. Como me dijo Blanca Estrella, ¿quiénes son el verdadero centro de la docuserie? Desde luego, no la niña. ¿Quién se interesa ahora por lo que vivió y padeció Asunta, a no ser para ganar dinero a su costa? Ella sostenía que la serie no debió llamarse Caso Asunta, sino Caso Basterra, pero eso no hubiese generado tanto interés ni los consiguientes beneficios.
—Dice que la serie genera confusión, ¿en qué en concreto?
—De la señora Porto desliza que se creía la desaparición de su hija cual disociación de personalidad, lo que está más que alejado de la realidad, ya que en una exhaustiva pericial psicológica se demostró que tenía sus facultades volitiva y cognitiva conservadas. Es decir, que sabía y entendía lo que hacía. En cuanto al padre, la docuserie blanquea al señor Basterra porque va contra las pruebas que se presentaron en el juicio. Blanquea su conducta al introducir la alternativa de que Rosario Porto fue la única culpable, lo que es contrario a todo lo que quedó probado en la vista oral, en la que quedó más que demostrada su implicación directa en el asesinato.
—¿Cree que la figura de los jurados sale mal parada?
—Sí, y es algo profundamente injusto. En el caso Asunta, los jurados emitieron un veredicto basado en las pruebas que se practicaron en el juicio, que eran muchas y muy contundentes, y nunca tomaron en consideración, como se hace ver en la docuserie, diligencias que fueron declaradas nulas como las grabaciones en el calabozo. El veredicto fue el mejor fundado que he podido ver en mi carrera profesional.
—¿Está el llamado true crime yendo demasiado lejos?
—En el caso concreto de Asunta, sí. Al menos en lo que respecta a la gran mayoría de documentales, series y libros que han ido apareciendo. Mezclar documentos, fotografías o sentencias reales con elementos ficcionados, de inventiva pura, hace que las personas que lo ven y no tienen un conocimiento en profundidad del asunto se confundan. Es peligroso.
—Ahí está el caso del niño Gabriel Cruz, que su madre está batallando para que no se haga la serie.
—Claro, pero Gabriel tiene quien lo defienda, tiene a sus padres, pero ¿a quién tiene Asunta? A nadie. Sus padres fueron los que la asesinaron y por eso nosotros siempre quisimos ser la voz de Asunta. Pero ahora no podemos luchar en los tribunales para honrar su memoria. Solo podemos hacerlo intentando aclarar las enormes dudas que algunas personas, de forma interesada, levantan sobre un caso que está más que claro. El asesinato de cualquier niño no debería ser espectáculo ni negocio y no hay que olvidar que el centro del caso Asunta es una niña asesinada de 12 años, no los condenados.
«Hay que regular el ‘‘true crime’’ en los casos en los que se ficciona la realidad»
Visto lo que ha pasado en el caso Asunta y la lucha de la madre de Gabriel Cruz para que no se haga una serie sobre su asesinato, Ricardo Pérez Lama es de los que está convencido de que ha llegado el momento de tomar medidas «para proteger a las víctimas, que también tienen sus derechos, y a su imagen». El abogado considera que «hay que regular el true crime en los casos en los que se ficciona la realidad» porque «el derecho de información solo protege a la información, que debe ser veraz y, por lo tanto, basada y fijada en unos parámetros, en este caso en una verdad objetiva que son unas sentencias judiciales y en unas pruebas. Cuando se empieza a hacer ficciones sobre los crímenes ahí no hay derecho de información, porque lo que se está haciendo en realidad es desinformando», señala.
—No es un asunto sencillo de acotar.
—No lo es, no, pero podría fijarse un tiempo mínimo, prudencial, antes de permitir hacer estas series, como veinte o 25 años. Esto es algo que tienen que analizar las autoridades, que deben intervenir para poner coto a todo lo que está pasando. En casos como el de Asunta, que no tiene quien la defienda, podría habilitarse a la Fiscalía para que lo haga, o a nosotros que ejercimos como acusación popular. Porque en casos como el de Gabriel Cruz o Diana Quer los productores saben que se van a encontrar con querellas en los tribunales y eso hace que se lo piensen dos veces, pero Asunta está desamparada. Lo estuvo antes de ser asesinada, porque sus padres la estaban drogando y ella percibía que algo malo sucedía, y lo está también ahora. También podría exigirse el permiso obligatorio de los padres para este tipo de docuseries.
—No veo a ningún padre o madre concediéndolo.
—Pues entonces habría que, al menos, dejar pasar ese tiempo prudencial del que hablo para evitar un dolor añadido a las familias que ya han sufrido algo tan terrible como es el asesinato de un hijo.