Obtuvo el 84,14 % de los votos y 16 de los 19 puestos en la ejecutiva
01 dic 2024 . Actualizado a las 22:41 h.El BNG renovó hoy domingo su confianza en el liderazgo de Ana Pontón con el apoyo del 84,14% de la militancia en la XVIII Asemblea Nacional de la formación. El resto de los votos fueron a las dos candidaturas alternativas, la del Movemento Arredista liderada por la parlamentaria Noa Presas, que obtuvo el 12,35 % de los sufragios, y la del colectivo Alicerce que lideraba Gustavo Barcia, concejal en el Concello de Mos, que tuvo el restante 3,5 %. Con esos porcentajes, la lista de Pontón obtendrá 16 de los 19 asientos en la ejecutiva. La candidatura de Presas tendrá dos y la de Barcia, uno. Participaron, según fuentes de la organización, cerca de 2.500 personas.
Pontón obtuvo un apoyo muy similar, solo unas décimas inferior, al que alcanzó en la XV asamblea celebrada en el 2016, cuando fue elegida por primera vez portavoz nacional. Entonces llegó al 85 % de los votos frente a Carlos Branco, que era concejal en Boiro. En las dos siguientes asambleas, la candidatura encabezada por ella fue la única que se presentó. Esta vez, tras lograr el mejor resultado del Bloque en unas autonómicas el pasado febrero, pero sin lograr el Gobierno de la Xunta, se presentaron las dos listas alternativas.
Ese hecho enrareció la última semana del proceso interno del BNG. A ese ambiente contribuyó la publicación de un comunicado de la Unión do Povo Galego (UPG), tradicionalmente la formación más potente dentro del Bloque, que se interpretó como un correctivo a la línea política marcada por Pontón y su equipo durante los últimos años.
Sin embargo, la plana mayor de la UPG concurrió en la candidatura de la portavoz nacional como «garantía» de que la nueva dirección «funcionará sobre a base do diálogo, a negociación e o consenso e de que será reactivado o papel do Consello Nacional como órgano de dirección». Pese a esa supuesta condición, la composición de la lista no dejaba dudas de que Pontón renovaría.
De hecho, la asamblea, celebrada en el Palacio de Congresos de Santiago, se centró en ella. Solo se hicieron públicos sus discursos de apertura y clausura, el resto de la jornada fue a puerta cerrada. En su discurso inaugural, la portavoz nacional reivindicó sus ocho años al frente de la formación. Recordó que en el 2016 el BNG era «un barco á deriva con risco de afundirse», e «dentro e fora» del partido había quien lo consideraba «morto e amortizado», quien pensaba que «non resistiría» y desaparecería del Parlamento gallego, o incluso que habría que «chamar a un remolcador de empresa allea» —una referencia a las Mareas y otros partidos satélite de Podemos— para que lo rescatase. Pero hoy «o BNG ten máis iniciativa que nunca», y lo atribuyó en parte a una «maneira diferente de facer política, firme pero amable», más «próxima as preocupacións da sociedade» que permitió «chegar a máis sectores».
Ese y otros pasajes del discurso fueron interpretados como una respuesta al comunicado de la UPG, que aboga por «operar (...) sobre un discurso decididamente soberanista».
Su discurso de clausura estuvo más centrado en el futuro
No hizo mención a Presas ni a Barcia, sus dos oponentes ayer, y reivindicó al BNG como «única alternativa ao PP». Como antes de las elecciones autonómicas de febrero, dio por seguro el cambio político: «Os grandes cambios as veces tardan máis do que nos gustaría, pero o país xa mudou e de nós depende que non haxa marcha atrás».
Aunque el PPdeG obtuvo la mayoría absoluta hace unos meses, afirmó que «somos a esperanza da maioría que non se resigna a que o país siga retrocedendo» e invitó a su partido a preparar las municipales de dentro de tres años, que serán «cruciais». La clave en ese tiempo es «seguir ensanchando» la base del BNG, y planteó un «proceso de acumulación» de apoyos basado en el refuerzo de la organización, el trabajo en la sociedad y un mayor poder municipal que sirva como ejemplo de gestión a los electores.
Lejos de debates teóricos, insistió en que la prioridad es gobernar la Xunta. «O mellor que podemos facer polo noso país e gobernar», dijo a la asamblea. «O máis urxente e necesario é acabar co réxime absolutista do PP, e que por primeira vez teñamos un Goberno nacionalista leal á nación galega», remachó.
Sirve al Bloque como portavoz nacional desde el 2016 y como diputada desde el 2004
Ana Pontón (Sarria, 1977) es la cara visible del BNG desde el 2016, cuando fue elegida por primera ver portavoz nacional del partido. Seguirá en ese puesto al menos hasta finales del 2026, ya que las ejecutivas del Bloque solo cesan cuando la militancia elige a otras personas en una asamblea nacional, y esos cónclaves deben celebrarse como mínimo cada dos años y como máximo cada tres. Eso sobre el papel, pues visto el resultado de ayer, pocos en su entorno dudan que Pontón continuará al menos hasta las próximas elecciones autonómicas, que salvo sorpresa serán en el 2028.
Pero su vinculación con el Bloque viene de mucho más atrás que esta etapa en la portavocía. Pontón es diputada en el Parlamento gallego desde hace más de veinte años. Obtuvo por primera vez un escaño el 7 de febrero del 2004, cuando tenía 27 años. Ya en esa legislatura fue portavoz en materia de juventud e igualdad de género. La vocación política y nacionalista le viene desde la adolescencia, ya que a los 16 años se convirtió en militante de Galiza Nova, la organización juvenil del Bloque. De acuerdo con esa vocación, estudió Ciencias Políticas y de la Administración y se licenció en la Universidade de Santiago.
Ese vínculo de toda una vida con el BNG la convirtió en una opción segura cuando la formación se deshilachaba. Tras la ruptura en la asamblea de Amio del 2012, con una parte de la militancia del Bloque yéndose a otros partidos liderada, entre otros, por el histórico Beiras, se produjo un derrumbe electoral que estuvo a punto de dejar al BNG fuera del Parlamento.
Desde la «refundación»
Dentro de la formación hubo voces que plantearon integrarse en las Mareas, formaciones de la nueva política en la órbita de Podemos. Pero otro sector, en especial la UPG, optó por defender las siglas. En la XV asamblea, llamada de «refundación», se optó por esa solución y por situar a Pontón como portavoz nacional. Los resultados repuntaron, hasta alcanzarse el techo en unas autonómicas este año. Esa mejora también se produjo en las municipales y generales, aunque todavía no se han alcanzado las cifras de la etapa final de Beiras.