La inteligencia artificial seleccionará los textiles que se reciclen en Sogama

Xosé Vázquez Gago
Xosé Gago SANTIAGO

GALICIA

Una descarga de la basura que llega a Sogama desde los ayuntamientos mezclada. El 7 % de esos residuos son textiles y suponen más de 70.000 toneladas al año.
Una descarga de la basura que llega a Sogama desde los ayuntamientos mezclada. El 7 % de esos residuos son textiles y suponen más de 70.000 toneladas al año. ANA GARCÍA

Analizará la composición de las prendas con dos cámaras, las clasificará en 24 categorías y las enviará a contenedores específicos con chorros de aire a alta presión

05 ene 2025 . Actualizado a las 10:52 h.

La nueva planta de reciclaje de textiles que Sogama construirá en sus instalaciones de Cerceda dispondrá de un sistema de inteligencia artificial (IA) que será responsable de la última fase del proceso de clasificación de las prendas. La IA tendrá capacidad para distinguir la composición y el color de los tejidos, y los separará en 24 contenedores distintos mediante chorros de aire.

La incorporación de ese programa, que deberá ser «entrenado» para asegurar una «correcta elección» de la ropa, está recogida en el proyecto de construcción de la planta, que Sogama sacó a licitación este lunes con un presupuesto de 25 millones de euros, de los que 10,2 proceden de fondos europeos. Será la primera planta pública de reciclaje textil de Galicia.

La planta también contará con operarios humanos. Cuando esté al máximo de capacidad, serán 62 empleados, incluyendo transporte interno, limpieza y mantenimiento. Las dos primeras fases del proceso de clasificación dependerán por completo de ellos.

La primera etapa consistirá en la apertura de las bolsas —de ser necesaria— y la retirada de rechazos, incluyendo los equiparables a residuos urbanos. Esos materiales serán separados y convertidos en combustible para la planta de energía de Sogama, trasladados a vertedero o a un gestor externo, según su tipo.

En la segunda fase, los trabajadores seleccionarán los residuos textiles susceptibles de ser reutilizados. Se evaluará su estado físico, su calidad y también su potencial para el mercado de segunda mano.

El resto de los textiles serán depositados uno por uno en una cinta transportadora, que los llevará a un separador óptico, la principal herramienta de la IA. Estará equipado «como mínimo con cámaras de alta resolución de infrarrojo cercano (NIR) (de tipo multiespectral o hiperespectral) y de detección de color (RGB) de alta resolución», para analizar cada prenda. La primera cámara será capaz de determinar la composición de la fibra emitiendo luz en el espectro infrarrojo y registrando los perfiles de reflexión. La segunda distinguirá al menos 16 colores.

El programa combinará los datos obtenidos por las cámaras con algoritmos de aprendizaje profundo y con la base de datos del sistema para clasificar las prendas. Distinguirá al menos 24 tipos distintos. El ejemplo que incluye el proyecto prevé que sea capaz de separar nueve tipos de algodón, dependiendo de su pureza y color; dos colores de lana pura, tres proporciones distintas de algodón y poliéster, dos colores de tejido acrílico, dos tipos de poliéster, poliamida, viscosa, y otras cuatro clases de tejido más.

Ese ejemplo es «meramente orientativo», señala el programa, ya que es «imprescindible» que el sistema de clasificación pueda adaptarse en el futuro. 

Botones y cremalleras

La ropa será apartada mediante corrientes de aire a alta presión hasta el contenedor que le corresponda. Cada grupo será dividido además en dos fracciones, una que ya podrá ser reciclada y otra que requerirá antes la retirada de «impropios», es decir botones, cremalleras, costuras, gomas o pegatinas. Su retirada se hará de forma automática, con máquinas que detectarán esas piezas, las cortarán y las separarán con corrientes de aire.

Por último, los tejidos ya limpios se prensarán y se enviarán en fardos para ser reciclados de forma mecánica o química, dependiendo de si están compuestos de fibras naturales o artificiales. Los impropios también serán reciclados cuando sea posible.

La capacidad de clasificación automática será de entre dos y cuatro toneladas de textiles por hora. Aumentará a medida que la planta, diseñada en tres fases de desarrollo, vaya creciendo.

La nueva planta estará lista en el 2026 y tratará los tejidos que los concellos deben empezar a recoger por separado

La planta de reciclaje textil de Sogama tendrá capacidad para tratar 3.000 toneladas anuales, pero el proyecto posibilita su ampliación hasta las 24.000 toneladas en el futuro. El proyecto prevé que la planta quede lista en el segundo trimestre del 2026, con el fin de cumplir los plazos marcados por el Mecanismo de Recuperación y Resiliencia (MRR) que regula los fondos europeos.

De acuerdo con ese calendario, las condiciones de licitación otorgan al adjudicatario un plazo de 16 semanas para entregar el proyecto de las obras, y otras 40 semanas para su ejecución. El contrato incluye la gestión integral de las instalaciones durante dos años con dos posibles prórrogas de un año cada una.

La construcción de la planta debe mejorar los bajos índices de reciclaje de materiales textiles. Fuentes de Sogama recordaron que en la actualidad solo se recoge de forma separada el 10,2 % de los residuos de ese tipo, cuando la media estatal asciende al 12,2 %. Además, el 7 % de la basura que llega a Sogama en la bolsa negra —como se conoce a los desechos depositados en el contenedor genérico que se mezclan— son textiles.

Aunque se trate de un porcentaje pequeño, ese 7 % equivale a 70.000 toneladas de basura al año, de ahí que Sogama incluyese en su plan estratégico para el período 2025-2030 la construcción de la planta. Además, la instalación encajará en las previsiones de la Ley de residuos y suelos contaminados para una economía circular aprobada en el 2022, que obliga a los ayuntamientos a implantar sistemas de recogida selectiva para los textiles desde el 1 de enero de este año. Sogama recordó que los concellos son responsables de implantar esos sistemas de recogida selectiva.

La construcción de la planta fue anunciada por el presidente de la Xunta, Alfonso Rueda, y por la conselleira de Medio Ambiente, Ángeles Vázquez, el pasado 30 de septiembre, cuando se autorizó el gasto de 14 millones para el proyecto.

Vázquez explicó que su función principal será preparar para el reciclaje las prendas de ropa que aparezcan en los contenedores de basura y también las procedentes de empresas de economía social. La planta se enmarca además en un proyecto estratégico de la Xunta para impulsar un polo textil autonómico, ya que se espera que en los próximos años el sector haga fuertes inversiones en materia de innovación y reciclaje.