Lady Di, la leyenda sigue viva

P. b. martínez

GENTE

Mañana se cumplen quince años del accidente que le costó la vida en París

30 ago 2012 . Actualizado a las 07:00 h.

Lady Di perdió la vida el 31 de agosto de 1997 tras un accidente en el túnel del puente del Alma parisino. Viajaba junto a su pareja, Dodi Al-Fayed, fallecido en el acto, al igual que el conductor, Henry Paul. Ella fue trasladada al hospital Pitié-Salpêtrière, pero nada se pudo hacer. Nacía entonces la leyenda, el fenómeno Diana. Mañana se cumplen quince años de su muerte y el mito que surgió alrededor de la que fuera princesa de Gales y primera esposa de Carlos de Inglaterra (desde 1981 hasta 1996) permanece vivo.

Los británicos -y el resto del mundo- siguen guardando en su memoria un lugar para ella. Su importante labor benéfica, así como el hecho de haber sido la mujer que, para muchos, logró modernizar y humanizar a la monarquía británica, respaldan su proyección a lo largo de estos tres lustros. Se hizo con el título de princesa del pueblo, por su cercanía con la gente y su afán de mantener siempre a sus dos hijos en contacto con la realidad, más allá de la vida de palacio.

El aniversario de su fallecimiento devuelve a la actualidad las luces y las sombras de una mujer que murió con 36 años y que cumpliría 51 el pasado 1 de julio. La efeméride ha tenido repercusión en el ámbito cinematográfico. El próximo año se estrenará la película Diana, dirigida por el alemán Oliver Hirschbiegel y en pleno rodaje en el Reino Unido. Es la actriz australiana Naomy Watts quien se mete en la piel de Diana. El filme se centra en sus dos últimos años de vida y, según lo que ha trascendido, profundizará en la relación secreta que mantuvo la princesa con el cirujano Hasnat Khan.

En estos últimos quince años no han dejado de reavivarse cada cierto tiempo las teorías de conspiración que señalaban hacia una muerte que no respondía a causas accidentales, sino a intereses de la familia real británica.

Investigaciones y dudas

El 3 de septiembre de 1999 finalizaban las investigaciones de la justicia francesa sobre el caso. Entonces se concluía que la princesa había sido víctima del siniestro, sin más culpables. Años tardaría aún -hasta enero del 2004- en abrirse la primera investigación oficial británica sobre las circunstancias que rodearon la muerte de Lady Di, descartando también razones conspirativas. Pese a ello, la sospechas siguieron coleando y Mohamed Al-Fayed, padre de Dodi, perseveró en su teoría: en marzo del 2007 demandaba a un exjefe de Scotland Yard, al que acusaba de haber ocultado indicios que apuntaban a un complot. Comenzó meses después una investigación judicial, hasta que a mediados del 2008 se descartaba el asesinato. Terminaba de este modo la batalla jurídica. Fueron numerosas las dudas y misterios en torno a aquella fatídica noche: ¿Estaba Diana embarazada? ¿Huían de los paparazis? ¿Por qué no llevaban cinturón de seguridad? En cualquier caso, su muerte se convirtió en un hito, también informativamente: dos millones de personas presenciaron el cortejo fúnebre por las calles de Londres y el funeral en la abadía de Westminster, el 6 de septiembre, fue retransmitido en todo el mundo. Tras la ceremonia de inhumación, estrictamente familiar, sus restos descansan en The Oval, una isla artificial que forma parte de las 14.000 hectáreas de Althorp Estate, cerca de la mansión donde había crecido.

Cambios en la Casa Real

Libros, exposiciones, publicaciones (llegó a ser considerada la mujer que acaparó más portadas de la historia), un paseo o incluso la fuente que la reina Isabel II inauguró en el 2004 en Hyde Park son algunos de los iconos que recuerdan a Lady Di. También el lugar donde perdió la vida se convierte año tras año en punto de encuentro de sus admiradores. Muchos han sido los cambios que, tras su muerte, se dieron en la Casa Real británica. El que fuera su marido, el príncipe Carlos, contrajo matrimonio en el 2005 con Camila Parkes Bowles. Guillermo, el hijo mayor, se casó con Kate Middleton, a quien le regaló el mismo anillo de compromiso que había lucido Diana. Mientras, las juergas del pequeño Enrique siguen dando que hablar.