David Delfín lucha contra tres tumores cerebrales y muestra las secuelas de su operación
GENTE
El diseñador fue intervenido en abril, y aunque es consciente de la gravedad tiene ganas de seguir luchando: «¿Miedo? De momento, no»
21 jun 2016 . Actualizado a las 13:27 h.Tras unos meses en los que poco o nada se ha sabido de él, David Delfín rompe su silencio y explica en una entrevista en Vogue los motivos de su ausencia. Son tres. Concretamente tres tumores cerebrales que le descubrieron a principios de año tras unas molestias en el lado derecho de su cuerpo y de los que ha sido intervenido el pasado 5 de abril. «Tres tumores. Era raro, porque normalmente no se presentan así? pero decidieron que había que operar. Uno no se podía tocar por la zona en la que está, los médicos ahí no entran; otro estaba bien, se podía quitar sin riesgo de lesiones; y el tercero era complicado pero operable. Era importante que yo estuviera despierto durante la intervención para ayudarles y decirles si todo iba bien», explica el diseñador de 45 años en una sincera entrevista.
La intervención le ha dejado secuelas. David Delfín tiene pequeños problemas con el habla y la memoria, y además sufre pérdida de fuerza en un brazo y una pierna. Pero a pesar de todo no ha perdido la ilusión y ya habla de planes de futuro: «Quiero poner en marcha una colección de ropa de niño, hacer estilismo y dirección de arte, plantear una exposición con mis bocetos...».
El modisto malagueño se está sometiendo a sesiones de radioterapia y quimioterapia, y aunque es consciente de la gravedad de lo que padece, se muestra optimista y con ganas de luchar. «¿Miedo? De momento, no. Tengo una especie de espíritu de supervivencia. No paro de pensar en todo lo que quiero hacer. Me siento con ganas de luchar, me pone. Es grave, soy consciente. Y sé que es una lucha real, son tumores de grado 3 que lo que quieren es seguir adelante, pero tenemos que pararlos», comenta con seguridad.
En la portada de la publicación aparece una fotografía de David Delfín con una gran cicatriz que recorre su cabeza y que es la secuela más evidente de la operación a la que fue sometido. Es una de las imágenes que le hizo su pareja, el fotógrafo Pablo Sáez, y que en un principio no iban a ver la luz. «En realidad fue una cosa íntima, sin pensar en que se iban a publicar. Era algo nuestro, de los dos. Para recordar momentos. Nos pareció que dentro de la dureza tenían? no sé si decirte belleza, pero sí mucha verdad...», explica.