Lidia Bedman, una discreta «influencer» al margen de la explosión mediática de Santiago Abascal
GENTE
La «instagramer» contrajo matrimonio con el líder de Vox el pasado junio. Es su segunda esposa, madre de dos de sus cuatro hijos
07 dic 2018 . Actualizado a las 13:48 h.Tiene 33 años, 2.704 suscriptores en su canal de Youtube, y más de 3.500 publicaciones y 128.000 seguidores en Instagram, influyente un rato. Pero en esta red social, Lidia Bedman se define únicamente como madre: ni rastro de Santiago Abascal -el padre de sus dos retoños, a los que sí expone sin reparos- en sus fotos; se le intuye de lejos y de espaldas en algunas, pocas y contadas, en alguna romántica instantánea de pareja y en un puñado de imágenes y stories de su boda -aquí sí-, el pasado 6 de junio en una exótica finca de San Vicente del Raspeig. El líder de Vox y la alicantina llevaban ya tiempo casados, pero hasta esta primavera no habían encontraron «tiempo» para pasar por el altar, «como realmente querían», recibiendo el «sacramento del matrimonio» en una ceremonia religiosa.
Bedman es la segunda esposa de Abascal, de 42 años, a quién conoció tras un amargo divorcio que puso fin a ocho años de vida conyugal (del 2002 al 2010). De esta primera relación nacieron los dos primeros hijos de la estrella emergente en el tablero político español, que hoy tienen 12 y 14 años y viven en Vitoria bajo techo materno. Diez años más tarde llegaron al mundo Jimena y Santiago Abascal Bedman, de 4 y 2 años, protagonistas indiscutibles de la vida de su madre. No tiene en mente parar: en más de alguna ocasión ha asegurado que quiere tener una familia numerosa.
La influencer es, además de mamá, licenciada en Publicidad y Relaciones Públicas por la universidad San Pablo CEU. Cuenta también con un máster en Dirección Comercial y Marketing y ha cursado el postgrado de comunicación y moda de un conocido grupo editorial. Además es activa -ya lo fue má de lo que es- en política: en el 2015 se presentó a la Asamblea de Madrid en las listas de Vox.
Apasionada de los caballos, entusiasmo que seguramente le habrá contagiado su marido -que heredó de su padre-, Bedman es una mujer discreta y elegante, de belleza clásica y delicada, optimista y muy enamorada: «Tengo un marido con el que si volviera a nacer volvería a buscarlo en una nave del tiempo. Mis hijos son el reflejo de nuestro amor» escribió en el pie de foto de una de las fotografías de su boda que publicó hace meses en las redes sociales. A diferencia de su marido, experto en enunciar consignas radicales e intenciones como mínimo controvertidas, el único ideario que hace público esta treintañera es el del cariño, por su pareja y especialmente por sus hijos, fácil de adivinar por sus publicaciones en las redes.
De ellas -única pista que ofrece de su personalidad- se deduce también que es una persona sana, preocupada por la alimentación, el bienestar y las tendencias. Es aventurera, amante de la naturaleza, del mar, de los viajes, del deporte y de la fotografía, también de Galicia, tierra donde no tiene raíces, pero que sin embargo visita con frecuencia y con cariño. Poco a poco, se ha ido convertiendo en todo un referente en temas de maternidad, dimensión humana que encara con ánimo y optimismo. Colabora con diferentes firmas de ropa y productos para niños y bebés, y ha participado en algunos programas de moda y en el espacio de Youtube Hellomamis, donde diferentes invitadas debaten sobre asuntos polémicos relacionados con los pequeños de la casa. También en su canal de vídeos ofrece consejos sobre lactancia, parto, postparto y educación.
Sin embargo, hay quienes discrepan con la visión que ofrece de la concepción y la crianza, e incluso de la vida. Las críticas, más templadas que las dedicadas a su marido, eso sí, la toman con su anodino estar en este mundo, compañera de un hombre que ha asegurado ir por ahí siempre armado. Lamentan sus detractores -más detractoras- su superficialidad, sus redes sociales plagadas de tópicos -contaba también con un blog al que, curiosamente, ya no se puede acceder- y su relato edulcorado de esa maternidad de la que hace gala, tan perfecta ella, tan contenta siempre. Nada nuevo. Rasgo común en todas las influencers.
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