Ballerina Farm, la prometedora bailarina que sacrificó su brillante carrera para convertirse en «esposa tradicional»

Iago García
I. GARCÍA LA VOZ

GENTE

En esta fotografía alojada en la web de la granja familiar de Hannah (con camisa roja en la imagen) aparece rodeada de su marido y siete de sus ocho hijos.
En esta fotografía alojada en la web de la granja familiar de Hannah (con camisa roja en la imagen) aparece rodeada de su marido y siete de sus ocho hijos. BALLERINAFARM.COM

El fenómeno «trad wife», con Roro Bueno en España como figura destacada, tiene en la exbailarina Hannah Neeleman, Ballerina Farm en sus redes sociales, a su máximo exponente. A sus 33 años se dedica por completo a la crianza de sus ocho hijos y al cuidado de la granja familiar

30 jul 2024 . Actualizado a las 09:01 h.

Hannah había conseguido con solo 14 años uno de sus sueños. Asistir a un programa de ballet de verano en la prestigiosa Escuela Julliard de Nueva York, uno de los más prestigiosos conservatorios del mundo, con una de las tasas de admisión más bajas de Estados Unidos. Hannah Wright creció en una familia mormona de nueve hijos en Springville, en el estado de Utah. Su pasión por la danza la llevó a ingresar en el programa de ballet teatral de la Universidad Brigham Young, del mismo estado en el que residía. Pero los estudios quiso intentar acabarlos en la exigente Julliard, ya que era una de las bailarinas más brillantes de su promoción.

Sin embargo, esa carrera en las artes escénicas tan prometedora, fue truncada tras conocer a Daniel Neeleman, de Conenecticut. Al igual que ella estudiaba en la Universidad Brigham Young, y se enamoró. Él también provenía de familia mormona, en este caso muy adinerada. Hannah rechazó a Daniel en un primer momento tras conocerse la pareja durante un partido de baloncesto universitario. Y ahí habría terminado el asunto, sino fuera porque Daniel un día se enteró de que iba a volar en un avión de JetBlue, aerolínea fundada por su padre. Consiguió un asiento a su lado y el resto se ha convertido en una historia con ocho hijos, una inmensa granja familiar y una dedicación a la familia extrema por parte de Hannah.

Obligada a casarse de inmediato

Aunque la intención de Hannah era acabar sus estudios y ser la bailarina profesional en la que ansiaba convertirse, Daniel no se lo permitió. Ella quería salir unos meses antes de casarse, pero él dijo que tenían que casarse de inmediato. Y así fue, los valores tradicionales de su tradición religiosa mormona acabaron imponiéndose y contrajeron matrimonio. Hannah Wright pasó a ser Hannah Neeleman y entre los objetivos vitales de la familia figuraba encontrar una granja. Aunque al principio de su relación, por el trabajo de su marido empresario, vivirían un tiempo en Brasil.

Nueve hijos y 328 acres a los que dedicarse

Inicialmente, Daniel y Hannah tuvieron a tres hijos varones a los que han seguido cinco niñas. En el año 2018 se convirtieron en propietarios de una granja en Kamas, Utah, de 328 acres. Esa cifra equivale a 1,3 kilómetros cuadrados, 1,3 millones de metros cuadrados. En ese lugar nació Ballerina Farm, un lugar en el que crían cerdos y vacas, donde Hannah elabora y comparte en sus redes recetas tradicionales y un negocio familiar en el que se pueden pedir diferentes productos elaborados localmente. Pasteles artesanos y carne son los más valorados, pero también hay especias, harinas, útiles de cocina e incluso, ropa de trabajo para vestir como la granjera Hannah.     

¿Demasiado trabajo para una sola mujer?

Su completa dedicación al hogar como ama de casa y a la granja profesionalmente han llevado al medio británico The Times a bautizar a Hannah Neeleman como «the queen of the 'trad wives'», la reina de las llamadas esposas tradicionales. Mujeres como las de antaño, es decir, previas a la incorporación femenina masiva al mercado laboral durante el último siglo, dedicadas a servir al hogar como amas de casa y a sus maridos. Claro que entonces era una obligación que muchas, si hubieran podido escoger, quizás habrían evitado. «¿Es este un nuevo modelo empoderador de feminidad o un martillazo para el feminismo?», se plantea el diario de Reino Unido ante esta figura emergente, sobre todo en el ámbito de las redes sociales, donde mujeres como Hannah cuentan con millones de seguidores deseosos de ver cómo crían a sus múltiples retoños y elaboran en la cocina elaboradas recetas para su familia.

Todo el peso de las tareas recae en ellas, sin el mínimo atisbo de que el marido colabore de algún modo en las tareas domésticas. En el caso de Hannah, entrevistada por la periodista Megan Agnew el pasado 20 de julio, Daniel no le permite recibir ningún tipo de ayuda externa en sus labores. El nivel de intromisión en la vida de Hannah llegó al punto de que todos sus partos, salvo uno, fueron sin recibir anestesia. Las críticas por el trato que recibe la mujer según este artículo se multiplicaron desde entonces. En España, en las últimas semanas, otra figura trad wife emergente está siendo Roro Bueno, que le prepara su novio un sinfín de deliciosos platos. «Hoy a Pablo le apetece...», empieza de esa forma muchos de sus vídeos en TikTok.    

9,3 millones de seguidores y referente de belleza

Sin embargo, la vida que muestra Hannah, de 33 años, en su perfil en Instagram, rodeada de naturaleza, hijos y animales, es, por la sonrisa y el estado de ánimo que muestras en sus vídeos, aparentemente idílica. Así se lo parece a los 9,3 millones de seguidores que atesora en Instagram. Pero por muy entregada que sea, parece imposible que Hannah no tenga en esa gigantesca granja con cientos de animales y ocho hijos ningún tipo de ayuda.

El New York Times así lo llegó a expresar en un artículo titulado She Gave Birth Two Weeks Ago. Now She's in a Beauty Pageant (Dio a luz hace dos semanas. Ahora participa en un concurso de belleza). El rotativo estadounidense narró el momento en el que Hannah Neeleman se presentó al certamen Mrs. America (en 2021 ya había sido Miss Utah), en el que pueden participar mujeres casadas de los EE.UU. Durante el concurso de belleza, que acabó ganando, amamantaba a su bebé poco después de nacer. «Todavía estoy sangrando un poco», aseguraba a este medio, aunque ya no necesitaba pañales posparto, algo clave para los desfiles exigidos en traje de baño en esta competición.      

Entre quienes la siguen y escudriñan su contenido, también figuran críticos, que no se creen que una sola persona pueda cubrir tantas facetas familiares, personales, laborales y ejecutivas. «Nunca la vi cambiando un solo pañal. Esta es la cuenta falsa más grande jamás creada. El abuelo tiene una aerolínea. Pero vendamos masa madre y pretendamos que esto sea real. Por qué no», comenta a una publicación el perfil @ella_linder.