El Celta pone los cimientos del muro

GRADA DE RÍO

LOF

Después de ocho partidos a domicilio encajando dos o más goles, el conjunto vigués deja su portería a cero apostando con una línea de cinco defensas que solo concedió cuatro tiros al rival

25 feb 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

La defensa de cinco llega para quedarse hasta final de temporada o al menos hasta que salga el sol para el Celta. Si en Getafe durante la media hora que permitieron las decisiones arbitrales el equipo se mostró cómodo y seguro, en Mendizorroza los números lo dicen todo: el Alavés solo tiró cuatro veces a puerta, solo una desde dentro del área, los célticos se impusieron en el 72 % de las entradas y en el 59 % de los duelos aéreos. Por encima Rubén Blanco se une al club de los porteros que dan puntos con dos paradas soberbias, una especialmente a Maripán. Como consecuencia, la portería quedó a 0 por primera vez en las últimas 21 salidas del equipo que sigue preparando Miguel Cardoso.

El Celta acumulaba ocho partidos a domicilio recibiendo dos o más goles por partido (Sevilla 2-1, Betis 3-3, Real Sociedad 2-1, Villarreal 2-3, Barcelona 2-0, Rayo 4-2, Valladolid 2-1 y Getafe 3-1). El partido del Pizjuán había sido el siete de octubre, todavía con Mohamed, y en este tramo y con semejante sangría el equipo solo fue capaz de sumar cuatro puntos. Y las dos veces en puntuó marcando tres goles: en el Villamarín y en el Madrigal.

Por eso cortar la sangría se convirtió en una cuestión de estado. Cuando Cardoso recibió la ratificación por un partido también recibió esa recomendación teniendo en cuenta sobre todo las buenas prestaciones de Getafe.

Y en Vitoria la línea de cinco defensas funcionó. Para comenzar, el Celta apenas permitió balones a sus espaldas, uno de los principales males, y obligó al Alavés a realizar sus ataques cuando el rival ya estaba organizado. Los babazorros solo dispararon entre los tres palos en cuatro ocasiones: dos muy centradas y fáciles para Rubén y otras dos a sus derecha y la única que fue a bocajarro fue el remate de Maripán en uno de los contados desajustes defensivos. El resto de los intentos, todos fuera, fueron desde el área de penalti o desde fuera.

La zaga también se aplicó en los bloqueos, con 10 balones interceptados (3 de tiros y 7 de centros) y en los duelos salió a relucir la intensidad que tanto se reclamaba (21 entradas exitosas de 29 intentos y 27 duelos aéreos ganados). El muro de contención celeste se completa con 32 despejes (11 de cabeza y 21 con el pie). El único pero a este resurgir defensivo aparece en el balón parado, ya que Alavés remató casi todas las opciones, tanto de falta como de córner, aunque ninguno de ellos cogió portería.

A nivel individual, en el índice de acierto, destaca el 100 % de David Costas en sus entradas, además de cinco despejes y tres intercepciones. El de Chapela, que se fue hasta el costado derecho, demostró que es el más rápido de los centrales y que ha ganado un punto de consistencia muy necesario.

Otra novedad en la colocación de los jugadores fue situar a Lobotka en el sitio que más le gusta, por delante de la defensa, adelantando unos metros a Okay. Con Stan cómodo, hay más recorrido y más control de balón sin que eso supusiese en esta ocasión una merma del despliegue físico habitual.

El siguiente reto debe ser ofrecer más caudal ofensivo sin retroceder en la seguridad defensiva. En Vitoria el Celta solo fue capaz de tirar dos tiros a puerta y otro desviado, poco bagaje para pensar en el triunfo. En esta ocasión apenas hubo margen para la estrategia.