Una final para cambiar el destino

GRADA DE RÍO

M.MORALEJO

El Celta, rearmado con Aspas, y secundado por Balaídos, se juega la vida ante el Villarreal

30 mar 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

El Celta lo tiene todo preparado para la reconquista. El celtismo se ha levantado, no en armas, sino en compromiso, y Escribá contará con todos los generales de la plantilla sobre el terreno de juego. El escenario parece de lo más proclive, salvo que enfrente estará un Villarreal que ha reaccionado en las últimas jornadas (ha ganado los dos últimos partidos de liga y otros tantos en la Europa League) y que no pierde desde hace 13 años en Vigo. Y al que nunca le ha marcado Iago Aspas, el foco de todas las miradas el día de su regreso a Balaídos tres meses después de caer lesionado en el Camp Nou.

El Celta afronta esta tarde una final. Sin dobleces. No es un partido definitivo, pero sí decisivo. Un triunfo le acercaría al Villarreal y cambiaría el tenebroso decorado, pero un revés antes los castellonenses le dejaría a años luz de lo que aún puede ser un rival directo y con el Valladolid (que recibe a la Real Sociedad) como única esperanza en el horizonte clasificatorio.

Al rescate llega por tercera vez en la última década Iago Aspas. Lleva tres meses parado (salvo media hora en Getafe), pero una vez recuperado está dispuesto a liderar la reacción, y aunque pueda acusar el parón en lo físico, tiene intacto el talento como se ha cansado de repetir Escribá, que no quiso confirmarlo en el once, aunque nadie duda de que será uno de los elegidos. Su sola presencia ya supone un estímulo y un soplo de aire fresco para un equipo que se ha olvidado de atacar.

Con él, el tercer técnico de la dura temporada celeste podrá al fin apostar por un 4-4-2 en donde también deben tener cabida Hugo Mallo como lateral derecho tras cumplir el partido de sanción y Lucas Olaza en el izquierdo. El uruguayo todavía no ha debutado pero es el recambio natural del lesionado Juncà.

Faltaba por conocer el estado de Néstor Araujo después de padecer un traumatismo con su selección, pero el golpe no sería problema para jugar. La única duda es su estado físico después de reintegrarse todavía ayer al equipo. La otra incógnita para la batalla del 30 de marzo aparece en el costado izquierdo del ataque, un agujero negro que nadie ha podido tapar aunque Boufal ha dispuesto de un puñado de oportunidades para conseguirlo.

El primer paso que deben dar es abrir boquetes en las líneas enemigas. El Celta acumula cuatro partidos sin marcar un gol y en los dos últimos apenas ha tirado. Sin Aspas simplemente se ha quedado sin pólvora. Iago tendrá que lidiar con una defensa de cinco, el último invento de Javi Calleja tras su vuelta al banquillo castellonense tras ser destituido después de perder con el Celta en la primera vuelta.

El Villarreal llega con problema de efectivos en defensa y sin Gerard Moreno, pero con un plantel de plenas garantías liderado por un Cazorla que vive su segunda juventud después de años de penurias. De su mano el submarino se ha liberado de la presión y amenaza al Celta.

Y aunque el partido se juegue en el campo el factor diferencial estará en la grada. Como en la Reconquista, el pueblo jugará un papel fundamental. Y esta tarde, todos ellos llevarán camiseta celeste.