El Celta apuesta, si se certifica la permanencia, por dar estabilidad al banquillo y se plantea ofrecerle la renovación al valenciano tras dos años de zozobra
14 may 2019 . Actualizado a las 05:00 h.Después de dos años de zozobra en el banquillo del Celta con cuatro entrenadores (Unzué, Mohamed, Cardoso y Escribá) el club piensa en darle estabilidad a un puesto tan relevante, por eso la primera opción que baraja de cara a la próxima temporada es ofrecerle la renovación al técnico valenciano siempre que el próximo sábado se consume la permanencia en Primera División. Incluso la entidad celeste podría apostar por la misma fórmula que le ofrecieron a Juan Carlos Unzué: un año con otro opcional en función de la clasificación del equipo (con el navarro había sido el décimo puesto). No obstante, los vigueses también tienen la obligación de tener un plan B y en ese escenario el primer nombre que ha aparecido es el de Pablo Machín, exSevilla, Girona y Numancia.
Escribá llegó al Celta en la primera semana de marzo con el equipo en caída libre. Sin Iago Aspas perdió los dos primeros partidos ante Betis y Real Madrid y se fue al último parón del curso a cuatro puntos de la salvación. Cuando volvió lo hizo con su delantero y con su idea de juego implantada. Quería equilibrio entre la líneas y cortar la sangría defensiva para aprovechar el potencial arriba. Y con esa pócima y muchas dosis de tranquilidad fue capaz de sumar 15 puntos convirtiendo a los vigueses en el sexto mejor equipo de la liga en las últimas nueve jornadas. Además, su lectura de partido y su intervencionismo en los descansos han dado puntos al equipo.
A su cuenta de resultados se une un dato que no parece baladí. De los candidatos con los que negoció el Celta para sustituir a Miguel Cardoso el único que no puso como condición amarrar un segundo año de contrato fue el valenciano, que circunscribió su acuerdo hasta el 30 de junio, emplazando su hipotética continuidad a una segunda negociación una vez consumado el objetivo. El club aprecia también su normalidad en la mayoría de la toma de decisiones. Su perfil de moderación es un aval vistos sus predecesores.
Por contra, no juegan a su favor actuaciones como las del domingo pasado en San Mamés, en donde el equipo estuvo a merced del rival pese a jugarse la vida. De hecho el Celta pudo haberse metido en un lío monumental si el Levante no ejerciese de salvador en Montilivi. Aun así, el cuadro vigués es a estas alturas el único equipo de la lucha por la permanencia que todavía no está de vacaciones oficiosas y tendrá que apurar sus opciones hasta el final.
Pendiente de la salvación matemática, el conjunto vigués (como es lógico) también comenzó a rastrear el mercado en busca de una segunda opción. En este escenario es donde aparece Pablo Machín, un técnico muy elogiado por casi todos pese a que fue cesado en el Sevilla esta temporada. No obstante el soriano firmó una trayectoria magnífica con el Girona y antes se había ganado un nombre en el Numancia. Su perfil no es 100 % ADN Celta, pero esta situación también se dio en su día con el propio Escribá. Un sello que sí tendría Quique Setién, quien ha estado en el radar celeste desde sus tiempos del Lugo.