El equipo aragonés que recibirá 130 butacas de Balaídos tiene en su plantilla a dos jugadores hijos de un vigués y celtistas hasta la médula
24 may 2019 . Actualizado a las 16:28 h.Alhama será más celeste que nunca cuando pueda disponer de las 130 butacas de Balaídos que el Celta se ha comprometido a cederle. Pero en realidad ya lo era antes. Porque el club aragonés cuenta en sus filas con Juan Carlos y Santiago Rodríguez Sáenz de Magarola, hermanos nacidos en Zaragoza pero de padre vigués y que siempre han «mamado el celtismo», cuenta el primero.
Juan Carlos asegura que es «celtista de los buenos, desde pequeño» y prueba de ello es que tiene fotos en A Madroa posando con Revivo o jugando con Rafinha en la época de Mazinho en Vigo, adonde iban todos los veranos en su infancia. Incluso estuvo en Balaídos para el Celta-Manchester «saliendo de aquí a las 8.00 para ver el partido y volver». Por eso ahora si hay alguien especialmente orgulloso del gesto del Celta son los hermanos.
«Poder disponer de las butacas de Balaídos en nuestro modesto campo es una alegría para todos», confiesa. Y celebra que si ya había simpatía por el Celta en el pequeño pueblo de mil habitantes al que pertenece el club, ahora se multiplicará. «Está todo el mundo encantado con este gran gesto que ha realizado el Celta, que le honra como equipo, como buena gente, como afouteza y como todo», recalca.
José Carlos está especialmente agradecido a los celtistas que apoyaron la petición del Alhama e hicieron posible que vayan a poder contar con esas butacas. «Es de agradecer todo ese apoyo, y al Celta, porque en los tiempos que estamos, que cada vez desaparecen más equipos y las poblaciones bajan, han ayudado con este acto», argumenta. Ahora espera que vayan a «probar las aguas termales de este bonito pueblo y Aspas pise el Vivero», indica en referencia al campo del Alhama.
El futbolista cuenta también que cada vez que nace el hijo o hija de un amigo él se encarga de regalarle un body del Celta. «No hay nada más bonito que ver celtistas por toda España y disponer de asientos de un campo donde la gente disfrutó con los goles de Gudelj, Mazinho, Mostovoi y ahora con el Mago de Moaña», celebra. Pero concluye subrayando que «disponer de eso en un campo de Zaragoza es bonito para todos, pero sobre todo para el fútbol».