El equipo vigués no está dispuesto a dejar marchar libre al jugador turcodanés, pese a que no entra en los planes de Fran Escribá
21 jul 2019 . Actualizado a las 05:00 h.Pese a que durante esta semana medios turcos dieron por cerrado el acuerdo para que Emre Mor pasara a ser futbolista del Galatasaray, parece que la resolución del caso del danés está bastante menos próxima. Según la agencia de representación con la que contactó el jugador y que le acusa de negociar a sus espaldas, el atacante internacional con Turquía tiene unas pretensiones por las que el club vigués no está dispuesto a pasar.
«Emre se ha enrocado en que sale gratis y el Celta no lo va a permitir», explicaba ayer a La Voz Erik Alonso, el agente de WDB Sports que reclama al jugador la parte que le corresponde por haber iniciado los contactos con el Galatasaray para su fichaje. El jugador tiene claro que no quiere seguir en Vigo y también que su destino debe ser Turquía, pero más allá de eso las cosas no están nada claras.
Aunque algunos medios turcos apuntaban a un traspaso por dos temporadas a cambio únicamente de un 50 % de una futura venta del jugador, parece improbable que suceda. Ese sería el deseo del futbolista, pero el Celta no está dispuesto aceptar esa posibilidad, por lo que ya no se descarta que pueda continuar una tercera temporada en Vigo pese a que su prioridad es salir.
Según apuntaba ayer Radyospor, además, el jugador también se habría ofrecido al Besiktas. El director deportivo del Celta, Felipe Miñambres, había comentado hace unas semanas, cuando explicó que Mor tenía una semana más de vacaciones para intentar cerrar su salida, que había varios clubes turcos interesados en él y que su marcha podía ser en forma de cesión o de venta. Hay que recordar que en su día el Celta hizo una inversión de 13 millones por hacerse con sus servicios y la idea es poder recuperar al menos una parte de ese desembolso.
Mor llegó a Vigo en el verano del 2017 como un fichaje estrella en el que se pusieron muchas esperanzas y que generó unas grandes expectativas que estuvieron muy lejos de cumplirse. Tras un primer año de poco protagonismo y problemas de indisciplina que llevaron a Juan Carlos Unzué a apartarle, en julio del 2018 el jugador aseguraba que tenía al confianza del entrenador y que estaba listo para cambiar las cosas.
Finalmente, la temporada 2018/2019 fue muy parecida a la anterior, de nuevo con poco protagonismo, un rendimiento pobre y problemas de conducta. Aunque Mouriño habló a finales de mayo de intentar recuperarle, a día de hoy parece que el Celta ha tirado la tolla en ese sentido y no entra en los planes del club para la próxima temporada.