La primera apuesta de Óscar García reactiva a jugadores como Pione Sisto, Pape Cheikh o Juncà, que apenas habían contado, y pone en alerta a otros con la etiqueta de indiscutibles
13 nov 2019 . Actualizado a las 05:00 h.El estreno de Óscar García Junyent abrió un nuevo escenario en el plantel del Celta. De repente tres jugadores con muy poca presencia asaltaron el once y otros con la etiqueta de titulares probaron el sabor del banquillo. Toda una declaración de intenciones para reactivar a unos y presionar a otros.
De todos, el caso más llamativo es el de Pione Sisto. Un futbolista por el que el Celta pagó al Midtjylland danés seis millones de euros, que deslumbró en su primera temporada en Vigo y que ha ido en picado en las dos últimas. El danés, que acumula un año fuera de su selección, en la que era un fijo, no jugaba como titular desde el mes de marzo y el pasado verano el club le buscó una salida (tuvo una importe oferta del Aston Vila) que el propio futbolista rechazó. Y llegada la liga jugó cuatro ratos en otros tantos partidos pese a ser un jugador con un perfil diferente al resto del plantel. Tiene uno contra uno, buen golpeo y puede ocupar la banda en un equipo sin extremos, aunque a él siempre le tiró el juego interior.
Óscar García lo colocó al lado de Aspas en el 3-5-2 y firmó una aceptable actuación, con dos tiros a puerta, un acierto del 83 % en el pase (21 buenos de 27) y perdió dos balones y mucho trabajo para ayudar a la presión del rival en la defensa en bloque alto del cuadro vigués.
La titularidad del Camp Nou actuó como revulsivo para el jugador originario de Sudán del Sur y nacido en Uganda y cuyo valor de mercado acusa una caída en picado. De repente volvió a las redes sociales y ayer se descolgó con un «gracias por todo el apoyo en mi viaje de regreso a lo que amo». Se supone que su vuelta a estar centrado en el fútbol después de un año y medio de lo más errático en donde fue noticia por su intento (frustrado) de comer solo fruta durante 21 días. No era su primera publicación después de un partido que parece que le ha hecho sonar el despertado del fútbol.
Pione Sisto no es el único jugador con la pilas recargadas en el Celta desde el cambio de entrenador. Pape Cheikh es otro claro ejemplo del cambio de ánimo en los intramuros del vestuario. Retornado en calidad de cedido el pasado verano desde el Olympique de Lyon se dio la casualidad que en los once primeros partidos de liga en senegalés formado en A Madroa no había jugado mucho más en el Celta (188 minutos hasta la jornada anterior) que en el mismo espacio de tiempo en el conjunto galo, uno de los grandes de la Ligue 1 y clásico en la fase de grupos de la Liga de Campeones.
Pape tampoco se reprimió en público a la hora de saludar el nuevo tiempo que se abre en el Celta. «Necesitábamos que alguien venga y nos dé más caña de lo que estábamos jugando. He visto otra cara y vamos a sacar esto adelante seguro», comentó después del partido ante el Barça en donde fue uno de los destacados. Pape es uno de los grandes beneficiados de la apuesta por un trivote en el centro del campo. Aunque llegase como alternativa a Okay, que ahora está en una situación delicada, no es un mediocentro posicional y tampoco saca su mejor versión en un doble pivote en paralelo, de ahí que jugar en una línea de tres en un costado le permite abarcar mucho campo y tener llegada.
Cheikh tuvo un acierto del 96 % en el pase, solo erró uno de los 23 realizados y dio una asistencia clave que al final no tuvo rédito en el marcador.
La línea defensiva
David Juncá fue la tercera novedad. Tampoco el catalán, que estuvo lesionado, se ha prodigado mucho en el equipo. La campaña pasada jugó por última vez el 16 de marzo (en el 2-0 del Bernabéu en donde tuvo que salir tocado a los cuatro minutos) y este curso había sido titular ante Alavés y Betis, sus dos únicas comparecencias hasta que fue uno de los elegidos en el Camp Nou. Además, por primera vez coincidió en el campo con Olaza, que jugó de central. Una combinación que nunca se había dado.
En el lado contrario la suplencia más llamativa fue la de Denis Suárez, que llegó al Celta como un futbolista para marcar diferencias y que estaba atravesando un bache negativo en las últimas jornadas. Su primera visita al banquillo también se puede interpretar como un mensaje para toda la plantilla.
Sergio, Iván Villar y Juan Hernández, los que quedan por debutar
Dos porteros y un recién dado de alta son los tres jugadores que quedan por debutar en el Celta esta temporada además de Claudio Beauvue, que está lesionado y además no cuenta por decisión del club.
Hasta la fecha Rubén Blanco lo ha jugado todo y por lo tanto Sergio Álvarez e Iván Villar están inéditos a la espera de que comience la Copa del Rey. Juan Hernández prosigue con su puesta a punto después de un año parado por una grave lesión.