La agrupación de uno de los grandes capitanes del Celta se fundó en 1993
01 abr 2020 . Actualizado a las 05:10 h.Hace dos o tres años, los miembros de la Peña Vicente Domaio contactaron con su homenajeado tras un tiempo sin saber de él para que les acompañara en su aniversario. Cuentan los peñistas que la sorpresa fue mayúscula para él. «Vaia sorpresa levou, pensou que a peña xa non existía», cuenta uno de sus impulsores y el miembro de mayor antigüedad, Fran Solla, cuya hija Ana y mujer Luisa también pertenecen a a la agrupación celtista moañesa.
Corría el año 1993 cuando la pusieron en marcha y entonces también el homenajeado se sorprendió de que hubieran pensado en él. A la pregunta de si fue antes la idea de querer formar una peña celtista o la intención de homenajear a uno de los grandes capitanes del Celta, comentan que fue todo junto. «Era o único ou dos poucos galegos que xogaban no equipo e polas características que representaba, de loita e entrega, pareceunos que merecía ese recoñecemento», dice Fran, dueño del pub donde comenzó todo.
La familia Solla reconoce que la peña ha pasado etapas de más o menos actividad y que actualmente no llevan a cabo tantas iniciativas como en otros tiempos. Pero jamás ha existido el riesgo de que desapareciera. «Gústanos seguir rendéndolle homenaxe e non hai motivo para deixala», argumentan padre e hija. Además, la familia sigue siendo fiel a las citas de Balaídos como lo fueron también en Segunda «cando había 7.000 persoas», destaca Ana.
Ella, de 27 años, nació casi al mismo tiempo que la peña y pertenece a ella desde hace muchos años. Por edad, no tiene recuerdos de Vicente jugando, pero igual que le inculcaron el celtismo, también supieron transmitirle lo que significa en la historia del club de sus amores. «Temos un bar de toda a vida e desde ben pequena fun do Celta, non me quedou outra. A Vicente non o coñecín, pero sei o que representa e tamén tiven o pracer de coñecelo», dice en referencia a los actos de la peña en los que ha participado.
Actualmente son una treintena de socios que se juntan para viajar en Balaídos y para tomar algo periódicamente. La Peña Marusía, también de Moaña, es con la que más relación tienen a base de compartir autobús y sentimiento celtista al que ellos suman el reconocimiento a un ídolo. «Non sei se estaría moi ben recoñecido no seu momento. Eran outras épocas, pero era o máis emblemático e merecía ter esta peña».