El lateral afrontó un partido en una situación delicada por segunda vez en seis meses
25 ene 2021 . Actualizado a las 05:00 h.Por segunda vez en seis meses, Lucas Olaza afrontó un partido con el Celta en una situación personal delicada. Sabiendo que podía ser el último como celeste si no hay un acuerdo entre el conjunto vigués y Boca Juniors, la entidad que lo tiene cedido en Vigo, ya que el conjunto celeste no está dispuesto ni puede pagar la opción de compra obligatoria de 4 millones de euros.
En ese escenario, cuando su cabeza podría estar pensando qué pasará el 2 de febrero, el jugador optó por dejarlo todo en el campo, con un tiro al palo, dos centros que pudieron terminar en gol y una más que correcta actuación defensiva ante un Eibar que siempre es un equipo rocoso e intenso, que no dejar de jugar al límite y buscar disputas.
«No es una situación de análisis deportivo, es una situación económica. Deportivamente no hay un cuestionamiento mío, de la dirección deportiva, de la gente ni de ustedes. Es una situación económica. La realidad que vivimos no le permite al club ejecutar lo que está firmado», comentó Coudet dejando claro que a nivel deportivo no hay ninguna duda sobre su continuidad, pero que el problema es de dinero.
Olaza acabó la contienda con un 66 % de acierto en el pase, ganando seis duelos aéreos, entrando en contacto con el balón en 58 ocasiones y sacándole al rival dos faltas.
Con ocho días de mercado por delante, falta por ver cómo se resolverá su situación. El Celta tiene claro que quiere seguir contando con sus servicios, pero no a ese precio y que si en estos días no hay un acuerdo con el conjunto argentino, le facilitará la salida para que pueda ir a otro equipo en esta ventana invernal, una situación que deja en el aire su participación en la contienda del próximo domingo en Granada. Ese sería su décimo noveno encuentro, el último que podría jugar con el Celta sin necesidad de abonar la cláusula de compra obligatoria.
