En un mal partido de los celestes Murillo neutralizó el tanto de Orellana en la última jugada del partido

X. R. CASTRO
Redactor de Vigo

Por mucho que sea el resultado más repetido, a priori un empate ante el Valladolid sería un mal botín para el Celta, pero después de ver semejante partido, y teniendo en cuenta que el tanto del empate llegó en el tercer minuto de alargue, las tablas suenan a excelente botín. Porque además impiden sumar a un rival directo, el golaveraje particular entre ambos sigue igualado y los celestes mantienen los ocho puntos de margen con respecto al descenso.

No obstante, las bondades de la cuenta de resultados no pueden tapar el mar partido de los vigueses, atrapados en la presión del rival, sin ideas para derribar líneas y presas de un ataque de pánico en la última media hora, una situación imposible de entender dada su situación clasificatoria. En la recta final, los de Coudet parecían los colistas y su rival, el acomodado ciudadano de la zona templada.

El Celta enseñó su peor versión de principio a fin. Porque los locales no se adaptaron en ningún momento al áspero partido que propuso el Pucela. Los de Sergio González presionaron alto y metieron a los vigueses, un tanto dormidos por jugarse a la hora de la siesta, en un callejón sin salida de balón. A este paso, Coudet tendrá que elaborar un tratado sobre este principio fundamental de fútbol, porque tras experimentar primero con Denis, después Araujo y últimamente el triángulo Hugo-Brais-Aspas, la ecuación sigue sin resolverse. A estas alturas, todos los rivales han aprendido a buscarle las cosquillas y el Valladolid no fue una excepción a base de presión alta e intensidad.

Sin una salida de balón clara, los vigueses vivieron en un atasco de juego permanente. Los célticos nunca estuvieron cómodos con el balón, apenas crearon espacios y fueron demasiado previsibles, un escenario que derivó en un partido sin rastro de fútbol y sin apenas ocasiones. La única del Valladolid vino generada por una pérdida de balón de Tapia (que vio la quinta amarilla del segundo ciclo) en el balcón del área y que Rubén desbarató desviando el tiro a quemarropa de Weismann.

El Celta llegó un poco más, pero una visita a la línea de fondo sin rematador y una muy clara de Hugo Mallo, que se fue alta, resultó todo el bagaje. Y curiosamente cuando capitán y 10 conectaron en la banda derecha, la única productiva en esta ocasión.

La continuación

El segundo tiempo arrancó igual de plomizo, lo que obligó a Coudet a buscar soluciones en un escuálido banquillo. Pero ni Holsgrove ni Baeza le dieron lucidez al juego. El único momento de esperanza lo firmó Iago Aspas con un soberbio golpeo de falta en la frontal, pero su disparo se estrelló en la cruceta e indultó a Roberto, uno de las novedades del once vallisoletano. Quien no falló fue el Valladolid, que robó el balón en medio campo, construyó un contragolpe con remate de Weismann, y tras el rechace de Rubén, Fabián Orellana remató al fondo de la red.

Faltaban poco más de 20 minutos y los pucelanos acariciaban el triunfo. En gran medida porque el Celta, que perdió a Araujo por lesión, lejos de comenzar a combinar y a jugar en las inmediaciones del área rival, tuvo un ataque de pánico, inexplicable a todas luces viendo su situación clasificatoria. Parecía que el Celta era el colista y que se jugaba una final, lo que derivó en un montón de balones perdidos y en la falta absoluta de ocasiones ante un rival que fue llenando el campo de defensas y de centímetros.

Coudet metió en el campo a Ferreyra, jugó con dos puntas natos y el movimiento, que no sirvió para colgar balones, provocó que Iago Aspas diese dos pasos atrás para jugar casi de mediocentro, y aunque el 10 tampoco desatascó el partido, sí estuvo presente en la jugada del empate. El moañés botó una falta lejana en el minuto 93 y Murillo, levantándose por encima de todos, conectó un soberbio testarazo que le permitió al Celta salvar un punto. La mejor noticia después de semejante partido.

Ficha técnica:

1 - Celta: Rubén Blanco; Hugo Mallo, Araujo (Aidoo, min.66), Murillo, Aarón Martín (Ferreyra, min.75); Tapia; Solari (Baeza, min.56), Denis Suárez (Jordan, min.56), Brais Méndez; Iago Aspas y Santi Mina.

1 - Valladolid: Roberto; Janko (El Yamiq, min.79), Bruno, Joaquín, Olaza; Óscar Plano, Alcaraz (Fede, min.85), Roque Mesa, Orellana (Nacho, min.85); Sergi Guardiola (Kodro, min.81) y Weissman (Luis Pérez, min.79).

Goles: 0-1 Orellana, min.69; Murillo, min.93

Árbitro: Medié Jiménez (comité catalán). Amonestó a Tapia (min.33) y Aidoo (min.90) por parte del Celta, y a Weissman (min.3), Sergi Guardiola (min.40), Olaza (min.58), Joaquín (min.88) y El Yamiq (min.90) por parte del Real Valladolid.

Incidencias: Encuentro correspondiente a la vigésimo quinta jornada de LaLiga Santander disputado en el estadio Abanca Balaídos. Sin público.