Sergio Álvarez: «Cústame camiñar, non podo correr»

x.r.c. VIGO

GRADA DE RÍO

Cuenta su calvario con la lesión de menisco y anuncia su retirada como portero del Celta ante la imposibilidad de poder volver a jugar, pero seguirá ligado al club en el que lleva 17 años

21 may 2021 . Actualizado a las 11:56 h.

La afouteza en carne y hueso dice basta. Sergio Álvarez Conde, emocionado y rodeado de sus compañeros y la plana mayor del Celta, anunció este jueves de un modo oficial su retirada. No ha podido recuperarse de la lesión de menisco que sufrió en mayo del año pasado y todavía a día de hoy, después de centenares de horas de gimnasio y de tratamientos, no puede correr y tiene molestias para andar. Por eso pone punto y final a sus 34 años sin poder despedirse en un campo de fútbol. O Gato cuelga los guantes, pero seguirá ligado al Celta en la faceta técnica en un rol que todavía está por concretar.

La cuenta atrás para el adiós anunciado ayer comenzó en enero pasado. «Falamos entón de facer un último intento por se o xeonllo acababa respondendo, se se adaptaba e eramos quen de conseguir que esa perna tivese masa muscular, porque apenas ten, perdín moita e aínda hoxe en día me falta moita, pero tiña moitas limitacións ó facer moitos exercicios», comentó Sergio Álvarez en su primera intervención pública en un año.

El portero de Catoira desveló que buscó un plan alternativo con el recuperador Pedro Docampo. «Intentamos non rendernos ata o último momento variando exercicios diferentes para que o xeonllo non sufrise tanto, pero vimos que non había ningún tipo de melloría, pedimos opinións (a médicos) e ningún nos daba unha solución dicindo: ‘Facemos isto e en cinco meses ou un ano estás xogando'», pero lejos de aportar un punto de luz, confirmaban el peor de los escenarios: «Vían o xeonllo e dicían: ‘Uf, isto está moi complicado'. E así aínda o vexo eu no meu día a día. Aínda (hoxe) me custa camiñar con normalidade e non son capaz de correr. É un proceso duro, pero tentaremos mellorar para ter unha vida normal. Por iso en febreiro ou marzo decidimos que había que tomar unha decisión, e esta non era a mellor, era a única. Non había volta atrás», comentó emocionado.

Todo comenzó a torcerse en la vuelta a los entrenamientos tras la pandemia con la rotura de ambos meniscos de la rodilla derecha en un entrenamiento previo a la vuelta a la competición. Cuando el doctor García Cota, el jefe de los servicios médicos del Celta, operó de ambos meniscos a Sergio Álvarez, tuvo constancia de varios aspectos: que tenía un proceso degenerativo muy avanzado (artrosis de rodilla) -«que coñecíamos dunha operación previa pero que nesa período de tempo avanzara dun xeito importante»-. Ese primer inconveniente provocó que la evolución ya fuera más lenta de lo normal desde el primer día cuando se realiza una sutura de menisco (que fue la intervención realizada en este caso).

La situación se complicó aún más cuando O Gato comenzó a tener problemas en otras articulaciones (tobillos, muñecas, la otra rodilla...). Un cuadro reumático que además de ralentizar la evolución comenzó a provocar una descompensación articular porque en esa rodilla ya existía una rotura anterior parcial del ligamento cruzado anterior que no le había dado ningún problema hasta entonces. «Con todo iso, ese ligamento que antes era competente deixa de selo».

Semejante panorama llevó a Cota y a otros especialistas consultados a valorar muchas posibilidades de tratamiento llegando todos a la conclusión que «calquera tratamento que se faga nese xeonllo sería para intentar mellorar a súa vida diaria, que en ningún caso ese xeonllo podería soportar o que supón a vida profesional dun futbolista».

La única pena que se lleva es no poder despedirse en donde ha sido feliz, en un campo de fútbol. «Pero as circunstancias non se dan e é inviable». De lo que no se va a despedir Sergio Álvarez es del Celta. A punto de sacar el nivel 3 como entrenador, más pronto que tarde comenzará a ejercer. «Tiven conversacións privadas co presidente e con Antonio (Chaves, el director general) e sempre me dixeron que estivese tranquilo, que as portas do club van estar abertas e eu confío moito na palabra da xente e sei que non haberá dúbida e xa falaremos nun futuro do que eu podo facer no club. Eu non quero estar aquí por estar, senón para axudar e aportar o meu gran de area». No obstante, eso es lo de menos. Lo primero es recuperarse. Cuelga los guantes como una leyenda. Como integrante de un equipo que alcanzó por primera vez una semifinal continental de celeste. Historia viva.