Coudet le dio una vuelta a su planteamiento incorporando de inicio a Beltrán en medio campo
23 sep 2021 . Actualizado a las 05:00 h.Las derrotas son reflexivas, analíticas e incisivas en la búsqueda de los errores y de cómo solucionarlos. Las victorias suelen ser laxas en la reflexión y condescendientes con los errores, incluso algunos de ellos, más gruesos que los que provocan derrotas. Contra el Cádiz, hubo errores.
Contra el Levante, y con 0-0, Roger remató en soledad a 3 metros de la portería, pero su balón se fue arriba. Y en este juego de aciertos y errores tan habitual en el fútbol, el Celta salió victorioso y sumó tres puntos importantes para romper una racha que llevaba camino de convertirse en dinámica. En definitiva, un resultado que debería aportar tranquilidad, confianza y, además, apuntalar el modelo de juego celeste, pero que no debería perder la parte analítica que suelen enmascarar las victorias.
Coudet le dio una vuelta a su planteamiento incorporando de inicio a Beltrán en medio campo. Una elección que, probablemente por el perfil del jugador, convirtió el habitual posicionamiento de los dos mediocentros, en un doble pivote más acentuado sobre todo en fase defensiva. Esto ayudó sobre todo a Tapia, que vio descargada su responsabilidad después de haberse cargado con una tarjeta a los 3 minutos. Con todo, la primera parte fue de control, de pocos riesgos y de cierto temor al fallo, por lo que los minutos se consumieron sin apenas presencia en las áreas y con el balón alejado de las zonas de peligro.
Denis y Nolito salieron tras el descanso para cambiar un partido hasta ese momento demasiado predecible. Llegaron minutos de alternativas, pero con más olor a cerocerismo que a una apertura real de las hostilidades. Hasta que aparecieron los cinco nombres propios que finalmente decantaron la balanza del lado celeste. Roger, por los blaugranas, quiso evitar las conjeturas sobre el qué hubiera pasado. La tuvo en la boca de gol, pero la mandó al anfiteatro. Luego, desde los 11 metros, estrelló el balón contra un Dituro que ha parado el 75% de los penaltis que le han lanzado. El dato del portero mete miedo.
Santi Mina volvió a demostrar que la perseverancia suele dar buenos frutos y su pelea con la defensa contraria valió para asistir en los dos goles, aunque también es cierto que luego había que meterlos. Porque las dos finalizaciones de los tantos fueron, sin duda, lo mejor del partido y demuestran el talento técnico de los celestes. Aspas ofreció una lección gratuita de cómo se golpea el balón de primeras y en carrera, para ponerlo en el sitio justo entre portero y palo contrario. Mientras que Brais controló en el área en semicaída y se paró para luego arrancar dejando clavados a defensa y portero rival.
Entre medias, el Chacho recuperó la defensa de cinco para neutralizar el ultimo órdago ofensivo de los azulgrana y cerrar así un partido que supuso la reconciliación del equipo con la victoria.