«Cuando Víctor vio a Denis, casi no era capaz de articular palabra»

M. V. F. VIGO

GRADA DE RÍO

Un pequeño celtista mallorquín se llevó de recuerdo de Son Moix la camiseta del salcedense; «estos gestos hacen celtismo», dice el padre

11 dic 2021 . Actualizado a las 12:15 h.

Todo empezó por un tuit casi improvisado de su padre y terminó con Víctor, celtista mallorquín de ocho años, llevándose a casa la camiseta de Denis Suárez tras el partido de Son Moix y poniéndosela nada más levantarse esta mañana. «Le queda de camisón», dice el progenitor, Sergio García, feliz del gesto del Celta y del salcedense, que incluso dedicó un tuit al niño:

Sergio, vigués que formó su familia en Mallorca y reside y trabaja allí desde hace años, ha inculcado el celtismo al mayor de sus hijos -los otros dos son aún muy pequeños, tres años y pocos meses, respectivamente-. Y también fue él quien hizo que surgiera en el pequeño un interés especial por Denis. «Lo vi jugar de pequeño. Yo jugaba en el Victoria, en el campo de Coia, en la época de Iaguito Falque, y me cuerdo de aquel rubio que destacaba. Me quedé con su nombre», rememora.

A raíz de su vuelta al Celta, le contó a Víctor lo que sabía de los inicios de aquel canterano natural de Salceda. «Le explicaba quién era y últimamente me preguntaba mucho por él. Que si jugaba, que si iba a venir a Mallorca...», comenta. Cuando tomó conciencia de que lo iban a ver en Son Moix en directo por primera vez, se le ocurrió el tuit donde se dirigía a Denis y le explicaba que un celtista mallorquín con sangre gallega y que siempre preguntaba por él estaría en la grada visitante. «Se me ocurrió, dije: ‘Voy a poner un tuit y a ver qué pasa’. La aceptación fue bárbara, con RT y ‘me gusta’. Pensé: ‘Al final va a tener relevancia esto y todo’.

Y tanta tuvo, que el Celta contactó con él ya antes del partido, haciéndole saber que Denis quería conocer a Víctor e instándole a esperarles fuera tras el partido. Así fue. «Cuando lo vio, casi no era capaz de articular palabra. Le costó hasta decirle su nombre: ‘Vic, vic... Víctor’, le dijo. Estaba en shock», relata Sergio. Agradece que Denis fue muy amable y cercano con él, parándose cuando el resto de compañeros estaban ya en el autobús para tomar el vuelo chárter de regreso a Vigo.

Tras una pequeña charla, fue el momento del abrazo y las fotos. «Estos detalles son los que hacen grande el fútbol. Que inviertan tiempo en ir junto a un chaval y hablar un poco con él es un detallazo. Gestos así hacen celtismo, consiguen que la gente se enganche», reflexiona García. Cuando Víctor llegó a casa le contó emocionado lo que había pasado a su madre, que era ajena al asunto y «flipó» cuando su marido le puso al tanto. Luego, Víctor cayó rendido pasadas las doce de la noche, pero «lo primero que hizo esta mañana fue cogerla y ponérsela».

Tan contento como el hijo estaba el padre, ya feliz de por sí de ver al equipo en Mallorca tras ocho años y a pesar de que reconoce que el viento hizo que las condiciones distaran de ser las ideales. Sergio forma parte de la Peña Celtista de Mallorca. «Es como una rutina del fin de semana. Te juntas para ver los partidos y pasar un buen rato con el celtismo como excusa para estar entre amigos y pasarlo bien», cuenta. Ahora, desea que los dos equipos sigan el curso que viene en Primera para poder cambiar el bar por el estadio.