Carlos González, jugador del rival del Celta en Copa, es hijo de vigués y sigue al equipo celeste desde su infancia
19 dic 2022 . Actualizado a las 05:00 h.Carlos González Pascual (Barakaldo, 2003) es uno de los integrantes del plantel del Gernika, que se enfrenta este jueves al Celta en Copa del Rey. Un cruce muy especial para todos los futbolistas del conjunto vasco, pero con mayor motivo para este hijo de vigués que lleva toda su vida veraneando en Cangas y que, aunque no niega que su primer equipo es el Athletic Club, tiene un gran cariño al conjunto celeste desde su infancia.
Cuenta Carlos que su padre, «celtista de corazón», conoció a su madre, vasca, en Galicia, donde siguen viviendo sus abuelos, y se mudaron a Barakaldo, su lugar de nacimiento y en el que ha residido la mayor parte de su vida. «Nací aquí, pero pasé en Vigo mis primeros dos años, hasta que nos mudamos», precisa. Los vínculos nunca se han roto. «Siempre que puedo, me escapo. Y en verano siempre vamos a Liméns, donde tenemos una casa. Tengo mi cuadrilla de allí», detalla.
En esas estancias, ha acudido en varias ocasiones a ver partidos en Balaídos del que ahora va a ser su rival copero. «Yo soy del Athletic, pero me gusta mucho el Celta, siempre le he tenido una gran simpatía», revela. Y, por supuesto, quería que el sorteo les deparara a los célticos enfrente. «Cuando pasamos contra el Leganés, el primer día estábamos todos emocionados y no nos lo creíamos. Pero al siguiente, en cuanto empezamos a hablar de quién podía tocarnos, yo ya tenía al Celta en la cabeza», recuerda.
Sus compañeros querían al Athletic o a la Real Sociedad, «los equipos grandes» de su zona, pero Carlos estaba loco por que fuera el Celta. «Lo dije desde el primer momento, pero cuando pasó, no me lo creía», señala. A medida que avanzaba el sorteo, además, empezaba a impacientarse y a pensar que igual se cumplía su deseo. «Salimos casi al final y los equipos que querían los demás ya tenían rival. Cuando supe que nos enfrentábamos al Celta, fue una ilusión tremenda».
En el club sabían de los orígenes de González y, aparte de alegrarse por él, tampoco hacían ascos a los vigueses aunque sus preferencias fueran otras. «Sabemos que es un partido muy complicado, pero cuando eliminamos al Leganés tampoco nos lo creíamos. No hay nada imposible», subraya. De momento, aún no ha habido muchos nervios, aunque seguramente aparezcan a partir de hoy. «Estoy tranquilo, con mi vida normal, estudiando y jugando. Hemos estado muy centrados en la liga, pero al final, sabes que viene un equipo de Primera y esos nervios se transmiten y está guay», expresa el también estudiante del doble grado de ADE e Ingeniería en Tecnologías Industriales.
Nada más acabar el partido del Leganés, él ya llamó a sus abuelos de Vigo y les habló de la opción d que tocara el Celta. «Lo veían muy poco probable. Son celtistas, sobre todo él. A mi abuela no le tira tanto el fútbol», comenta. En este cruce, tanto ellos como su padre, el más celtista de la familia, van con Carlos.
En lo personal, el defensa se lesionó el menisco externo la pasada campaña y se la perdió entera. Tuvo que operarse, hizo parte de la rehabilitación en Cangas en verano y trabajó mucho para recuperarse. «No pude empezar la temporada, seguía con cargas, pero poco a poco, con calma, me he recuperado bien», celebra. Se le ha pasado por la cabeza la posibilidad de que este duelo contra el Celta le hubiera pillado aún de baja. «Menos mal, no quiero ni pensarlo», desliza.
Al Celta lo ha visto bastante esta temporada y, aún con más interés, durante la pretemporada otoñal desde que supo que se enfrentarían a los de Carlos Carvalhal. «He estado siguiendo los amistosos de estas dos semanas. Está claro que el Celta es un gran equipo y a ver cómo nos plantean el partido».
«Larrazabal nos dice que vamos a tener que correr y trabajar mucho contra el Celta»
Carlos describe al suyo como «un equipo no profesional, de pueblo», formado por personas que son «una piña, desde los jugadores hasta el presi, pasando por los técnicos y todos los componentes del club». Esta eliminatoria de Copa la encaran como «algo para disfrutar, contentos y con mucha ilusión». Además, llegan en un buen momento en la liga tras comenzar muy renqueantes. «Desde el partido del Leganés, cambiamos el chip totalmente. Estamos muy unidos y para adelante», recalca.
Al frente del equipo está Aitor Larrazabal, exfutbolista profesional auxiliado, además, por Gorka Iraizoz como parte de su cuerpo técnico en calidad de segundo. «Como entrenador no hay nada mejor que tener a gente que ha sido profesional en esto del fútbol como es el caso de Aitor y Gorka, que han estado en Primera tanto tiempo. Es increíble poder estar día a día junto a ellos y se aprende mucho».
Asegura el deportista vasco de ascendencia gallega que son sus grandes referencias y procura empaparse día a día de sus enseñanzas. «Tomo nota de todo lo que me dicen y me lo tomo a bien para intentar aprender un poco más», afirma. Sobre este partido, les ha dicho que tendrán que «correr mucho y trabajar» durante los 90 minutos «si no hay prórroga». Promete que pondrán todo de su parte.