El primer entrenador del canterano del Celta recuerda sus inicios en prebenjamines en en el Sárdoma
01 mar 2023 . Actualizado a las 21:07 h.Hugo Sotelo (Vigo, 2003) nació en diciembre. Eso suponía que el canterano del Celta, que reapareció el domingo con el primer equipo más de un año después, era el futbolista más pequeño en el momento en que estuvo a las órdenes en el Sárdoma de José María Arango, su primer entrenador. «Cuando lo cogí tenía camino de seis años, pero ya se le veía que podía llegar lejos. Era el mejor», dice el que también es padre de uno de sus mejores amigos, Iker. Por eso ha seguido de cerca sus evoluciones en lo personal y en lo futbolístico.
El técnico recuerda con cariño que el jugador que él solo les llevó a ganar más de un torneo, que era el elegido para lanzar las faltas por donde quería, para los penaltis, los córneres y para prácticamente todo. «Solo le faltaba rematar él mismo las que sacaba», dice divertido. Asegura que había poco que corregirle a esa edad, porque tenía «un talento innato» que le hacía sobresalir entre el resto. «Lo veías tocar el balón y alucinabas. Tenía buena pegada, regateaba sobrado. Era un superdotado, de otra galaxia, y un gran compañero», cuenta.
También lo describe, ya entonces, como «un chico con mucho carácter al que no le gusta perder». Al mismo tiempo, un pequeño introvertido mientras no cogía confianza. Y que ya jugada en la misma posición que ahora. «Aún hablé con él esta mañana (por ayer). Los sábado, si no juega, viene a tomar algo con mi hijo y ya le pregunto si va a ir convocado. Es un monstruo. Nunca se lo ha creído, por mucho que haya jugado en Primera», sostiene.
En su momento, no les «duró nada» en el Sárdoma, algo que no pilló por sorpresa a nadie en el seno del club. «Se lo llevaron pronto, pero era normal que el Celta lo viniera a buscar porque no era normal cómo destacaba».
Más allá de las cualidades que traía de serie, Arango valora la evolución futbolística que ha tenido en el club celeste. «Rodeado de grandes jugadores y técnicos, ha crecido mucho. Dio con un grupo muy bueno, para mí, una de las mejores generaciones de la cantera del Celta», dice sobre la del 2003, con muchos representantes ahora en el filial.
Suele ir a verlo a los partidos del B y frente al Valladolid, con el primer equipo, vio al Hugo de siempre. «Ahí pudo ver todo el mundo que tiene la virtud de hacerlo fácil. Lástima que estuvo cerca y no pudo marcar», añade. Pero lo importante es que llegue a consolidarse en Primera en el futuro y su primer técnico confía en que lo hará.