La familia Costa, aficionada al equipo vigués, decidió pasar sus días de descanso en el Algarve para coincidir con el equipo
21 jul 2023 . Actualizado a las 10:15 h.El pasado lunes, en el primer amistoso de preparación del Celta, no faltaban las camisetas el equipo vigués en las gradas. Entre ellas estaban las de Diego Costa y su hija Mireia, grandes aficionados celtistas que escogieron este destino vacacional una vez que supieron que el cuadro vigués tomaría parte en el Troféu do Algarve. Del padre fueron las primeras fotos de Jonathan Bamba al lado de Luís Campos durante ese primer test de pretemporada; también fue de los primeros aficionados celestes en poder fotografiarse con el jugador llegado del Lille.
Diego, que reside en Moaña, admite que hicieron coincidir las vacaciones porque él siempre fue «celtista 100 %» y Mireia lo es «al 200 %, hasta la médula» y, de hecho, se desplazó a Cádiz en la penúltima jornada del curso pasado, aparte de haber hecho otros muchos viajes a lo largo del resto del campeonato. «Es un sitio que ya habíamos pensando que nos gustaría visitar, pero a raíz de que salió la participación en el torneo, programamos el viaje», señala. Se han cruzado algún otro celtista, pero reconoce que «muy pocos».
Llegaron al Algarve el domingo tras viajar durante toda la noche del sábado, asistieron al duelo ante el Al Nassr y, por supuesto, tampoco faltarán al de este viernes ante el Benfica. Entre medias, se han podido saludar a los jugadores durante la concentración, a la entrada del Estadio da Albufeira. «Bamba estuvo correcto y agradable. Como moañés que soy, siempre es especial saludar a nuestro buque insignia, capitán del centenario y mejor jugador de los 100 años de historia, sin despreciar a otros muchos buenos que pasaron por el Celta», señala sobre Iago Aspas, al que a la vez siente como un vecino más en su localidad.
A modo de anécdota, relata Costa que al verles en la entrada del estadio donde entrenan, algún empleado del club les saludaba con «boa tarde» hasta que comentaron que eran de Moaña. Les ofrecieron agua y tuvieron un gran trato con ellos, unos aficionados del Celta que lo querían tener presente en sus vacaciones. «Esperemos que esta temporada sea mejor que la anterior», concluye Diego.