Los vigueses fueron una caricatura en el primer tiempo y llegaron a tener un 3-0 en contra, pero reaccionaron con dos goles y les faltó la puntilla
21 dic 2023 . Actualizado a las 00:47 h.El Celta se quedó a las puertas de sumar un punto de oro. Los vigueses pasaron de su peor versión, con un 3-0 en el marcador a favor del Villarreal, a marcar dos goles por la vía rápida (Tasos Douvikas y Larsen), meterse de lleno en el partido y desaprovechar dos claras ocasiones para empatar, pero le faltó culminar la faena, algo que no consiguió ni en los 15 minutos de alargue.
Los dos tiempos fueron como la noche y el día. Los de Marcelino les pasaron por encima a los celestes,de los cuales, solo Vicente Guaita dio al cara, y se fueron con un 2-0 al descanso. A la vuelta del vestuario, pese a los tres cambios, un penalti inexistente les dio a los locales el tercero. Pero bajo la batuta de Óscar Mingueza, el cuadro vigués reaccionó, marcó dos goles, hundió a su rival y estuvo a nada de sumar por quinta jornada consecutiva, pero no lo logró y se marcha al parón navideño en descenso.
Guaita contra el mundo, ese fue el primer tiempo. El Celta olvidó todo lo que había aprendido del capítulo defensivo e hizo aguas ante un Villarreal que salió a por el partido, con intensidad, con fútbol y con un chorreo de ocasiones: siete tiros entre los tres palos, dos goles y la sensación de que jugaba solo. Dejando claro que la diferencia real entre los dos equipos es muy superiores a la que dice la tabla.
Rafa Benítez apostó por Luca de la Torre en el huérfano costado derecho y por los esperados Carl Starfelt y Douvikas. Hasta la fecha, el madrileño siempre había acertado con el plan de partido, pero ayer el único plan que hubo sobre el campo fue el de Marcelino. A los dos minutos, Sorloth puso a prueba con un cabezazo después de ganarle la espalda a Unai Núñez y tres minutos después, volvió a rematar a placer tras un centro de Pedraza y, de nuevo, el portero de Torrent evitó el gol, como hizo en una doble oportunidad con tiros del propio Pedraza e Ilias.
Pero los milagros tienen caducidad y en una jugada a campo abierto, el Vilarreal sacó a la luz la falta de intensidad total de los celestas, incapaces de contar un ataque que inició el portero local y Pedraza, con un duro disparo cruzado, abrió el marcador. Con el 1-0 el Villarreal, que perdió a su goleador por lesión muscular, se tomó un respiro, bajó la presión y esperó al Celta, cuyo único mérito fue tener en balón en el centro del campo. Un tiro inocente de Franco Cervi fue todo su caudal ofensivo.
Guaita volvió a ejercer de salvador en un tiro del recién entrado Romero (lateral del filial) pero nada pudo hacer al filo del minuto 40 cuando Mandy remató a placer, sin un rival a 10 metros a la redonda, un balón rechazado por el portero celeste tras un tiro de Álex Baena. Eso sí, el segundo tanto vino originado por una falta inexistente pitada a Unai Núñez en la zona de tres cuartos.
Benítez hizo un triple cambio en el descanso, todos ellos defensas (Carlos Domínguez, Manu Sánchez y el reconvertido Mingueza) y en la primera jugada Soto Grado se inventó un penalti de Kevin Vázquez sobre Alberto Moreno, que lanzó Parejo y finiquitó el partido aunque estuvo a punto de tocar Guaita. La jugada fue un balón al espacio, con el nigranés y Alberto Moreno en carrera, el capitán celeste toca el balón y acto seguido toca en el castellonense, que se tira.
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El Celta cogió un poco de aire poco después con una falta botada por Mingueza y finalizada por Douvikas en el palo contrario en una posición acrobática para el 3-1. Era el minuto 52 y cinco después Larsen, con el segundo, metió en el partido a los celestes. El gol llegó en una jugada elaborada, con Carlos Dotor abriendo para Cervi, este para Manu Sánchez y el madrileño para que el vikingo rematase a la red. Y poco después, el noruego tuvo el empate en un remate de cabeza en el primer palo tras un córner, que sacó Jorgensen de un modo milagroso. Botó el córner Mingueza, que fue el oráculo del Celta.
De las botas del catalán salió otra ocasión celeste en un partido que para entonces estaba loco. El ex del Barça abrió a la banda para que Dotor centrase y después de varias idas y venidas, Altimira bloqueó el disparo de Cervi que iba directo a la portería. El conjunto vigués tuvo una vida extra con los 15 minutos de prolongación que dio el colegiado, pero el Celta no tuvo la misma claridad. En parte porque Mingueza retrasó su posición y ya no había tanta claridad. Aun así, una llegada a la línea de fondo de Douvikas y un centro del catalán a punto llevaron el peligro al área del submarino.