
Benítez alineó por primera vez juntos en el once del Celta a Iago Aspas, Douvikas y Larsen, pero los tres comenzaron muy lejos del área, para acercarse tras el 0-1
29 ene 2024 . Actualizado a las 20:24 h.Rafa Benítez, en su peor momento desde que llegó el Celta, trató de buscar algo diferente con su planteamiento de ayer ante el Girona. El técnico cambió de sistema y probó una fórmula que en alguna ocasión ya había comentado que le parecía complicado que pudiera salir bien por lo que puede aportar cada uno: la convivencia de Strand Larsen, Tasos Douvikas y Iago Aspas en un mismo once.
El griego, el que menos protagonismo está teniendo de los tres en cuanto a minutos en lo que va de liga, fue una de las dos novedades, junto con el central Carl Starfelt, que desde que superó la lesión, solo había sido de la partida en Copa. Los sacrificados respecto al duelo de liga frente a la Real Sociedad fueron Miguel Rodríguez y Carlos Dotor, que en los dos casos salieron en la segunda mitad.
Así, el técnico recuperó la defensa de cinco a la que ya había recurrido contra la Real Sociedad y apostó por un sistema de 5-2-3 en el que Luca de la Torre y Renato Tapia formaron el doble pivote. Los tres atacantes comenzaron con Larsen por la izquierda, Douvikas por la derecha y Aspas por el medio, pero los tres estaban demasiado alejados del área rival y, a los 25 minutos, el técnico tomó cartas en el asunto, intercambiando las posiciones del moañés y el ateniense.

Como el propio entrenador confirmó luego, su idea era intentar generar más ocasiones de gol con la presencia de este tridente para contrarrestar las que estaba seguro de que crearía el equipo catalán. Pero, de inicio, la idea no estaba teniendo el efecto esperado, pues Douvikas trataba de ayudar a Óscar Mingueza y Larsen, a Manu Sánchez y el resultado era que los vigueses apenas llegaban al área rival.
La modificación surtió efecto y en el tramo final del primer tiempo, cuando el equipo ya iba por detrás en el marcador desde el minuto 20, llegaron las mejores ocasiones del conjunto vigués. Dispuso Tasos Douvikas de dos muy claras, de las que hasta ahora no estaba acostumbrado a fallar en sus escasos minutos; de hecho, este fue el segundo duelo de liga que completó y el cuarto en el que fue de la partida. También Larsen pudo haber empatado, pero no estuvo acertado.
Está dinámica más positiva que daba la impresión de haber podido desencadenar el empate no tuvo continuidad tras el descanso. Además, el cansancio se hizo notar y Benítez retornó al 4-4-2, dejando a Larsen como teórico interior derecho y con Iago Aspas moviéndose entre la punta y la mediapunta. Los tres hombres de ataque celestes completaron los 90 minutos.

De los tres, Douvikas fue el único que ejerció en la posición de nueve durante todo el partido. Pero a pesar de esta apuesta, en la segunda parte apenas hubo llegadas del conjunto vigués, que aunque estaba solo un gol abajo, no daba sensación de poder arrebatarle los tres puntos a los de Míchel Sánchez. La ocasión más clara del segundo acto para los célticos la protagonizó Óscar Mingueza en una llegada a la línea de fondo.
El daño colateral de meter a los tres de cara, además, fue la falta de recambios desde el banquillo para esa zona. La alternativa más clara parecía ser Williot Swedberg, pero en esta ocasión, el entrenador del Celta no le concedió ni un solo minuto. El más ofensivo de los hombres que entraron desde el banquillo fue Miguel Rodríguez.
El cuadro vigués tiró a puerta en cinco ocasiones. Los tres atacantes protagonizaron un tiro cada uno y los otros fueron de Mingueza y Luca de la Torre. Es el segundo partido seguido de liga sin marcar.
