Leticia Cores es una entusiasta del Celta que no se pierde un partido aunque tenga que ir a Balaídos sin dormir y que hace cuantos viajes puede siguiendo al equipo fuera
08 mar 2024 . Actualizado a las 05:00 h.Leticia Cores es la «número 3» de una de las peñas más representativas del celtismo, Carcamäns, de A Illa de Arousa. Aunque ella procede de Vilanova, cuando llegó al instituto, empezó a relacionarse con gente de la otra localidad y la afición por el fútbol que ya le venía de su padre y hermano hizo el resto. «En mi familia somos muy futboleros. Siempre nos interesaban los partidos del equipo que fuera, pero del Celta mucho más. Luego, mis amigas ya eran de A Illa y me metí en el mundillo de la peña», recuerda.
De eso hace más de quince años y aquellas amigas «quedaron atrás» en lo que se refiere al Celta porque «de fútbol lo justo, mas bien iban por las previas», cuenta divertida. Pero ella conoció a Bele Dios, el presidente de Carcamäns, y a Quinso, otro de sus integrantes emblemáticos, y tuvo claro que había llegado para quedarse. «Al principio, era una peñista más, pero no me perdía un partido. Daba igual que lloviera, que fuera viernes o domingo, a las seis de la tarde o al mediodía... Vas haciendo más relación y Bele se interesó en que formara parte», recuerda.
Ahora, ella se encarga de las redes sociales, de las campañas de abonados y «de cualquier cosa que surja» junto al resto de la directiva. Admite que es una responsabilidad al tratarse de una peña tan grande, pero lo disfruta. «Como me gusta, aunque a veces estemos agobiados por gestionar los buses, la gente, las cuentas, esto y lo otro, me motivo y no lo tomo como un trabajo», recalca.
Para Cores, el Celta es un elemento muy importante en su vida, y lo ejemplifica echando la vista atrás a la pandemia. «Lo que más echaba de menos entonces no era salir ni juntarme con mis amigos, sino el Celta», asegura. ¿Y qué encuentra en el equipo vigués para sentirlo de esa forma? «Es un equipo humilde, cercano a la gente, a la afición. Existe una unión entre el equipo y los aficionados que no se ve en otros equipos», valora. Y eso que su padre es «madridista a muerte»; «creces en ese ambiente, pero vas creciendo y dices: ‘Ni Barça ni Madrid'».
A la pregunta de cuándo se perdió un partido en Balaídos por última vez y a qué fue debido, se hace el silencio. «Tendría que pensarlo mucho. Realmente, mi trabajo me obliga a levantarme a las cuatro y me da igual que el partido sea a las nueve o a las diez. Igual que cuando sale el horario de un partido de fuera, ya empiezo a mirar los vuelos. Con que pueda llegar para trabajar, como si tengo que ir sin dormir, pero no me lo pierdo. Ya dormiré al día siguiente». También le da igual el rival, lo que importa es únicamente el Celta.
Esta aficionada renuncia a muchos otros planes por seguir a su equipo. «Mis amigas me dicen: ‘¿Pero de verdad no vas a salir o no vas a ir a tal cumpleaños por el Celta?'. Yo digo que si a ti te motiva salir, sal, que a mí me motiva ir al fútbol», analiza. Y constata que «planes siempre sobran», pero ella, cuando hay partido, cuenta que ya va a trabajar ese día con otro estado de ánimo. «Que si el bus, el ambiente, te encuentras con otras peñas... El fútbol es genial, pero reencontrarte con la gente es estupendo». Con ella suelen ir sus sobrinos: «La mayor me decía: ‘Tía Leti, te conoce todo el mundo'. Al final, estás en el meollo y todo el mundo te saluda. La gente es lo bonito», insiste.
El momento del Celta
Leticia dice ser «no tan optimista en la vida, pero bastante con el Celta». «Siempre pienso que hoy es el día y que vamos a ganar», aunque luego la realidad sea otra. «Contra el Almería pensamos que ganábamos fácil y al final sufres. Te vas en el autobús dándole a la cabecita, pero ya pensando en el siguiente. En que va a ser un buen partido y hay que confiar», indica.
Encantada con que Marián Mouriño sea la nueva presidenta del Celta y con que el Celta femenino esté cada vez más cerca, a lo largo de los años, y pese a su juventud, ha podido ser testigo de la evolución de la mujer en el mundo del fútbol. «Antes dabas una opinión y te decían: ‘Qué sabrás tú'. Ahora se te respeta como a cualquiera'.