Frente al Betis, la principal dificultad estuvo en la circulación de balón en los metros finales
14 abr 2024 . Actualizado a las 05:00 h.Tres partidos lleva Claudio Giráldez en el banquillo y en cada uno de ellos le ha surgido un problema diferente. Ante el Sevilla fueron los balones a la espalda de la defensa; con el Rayo Vallecano, la salida de balón y ante el Betis, la circulación de pelota en los metros finales, como si el Celta se estrellase con un muro imaginario cada vez que se acercaba al área rival. Las dos primeras cuestiones se solucionaron por el momento y ahora resta la finalización.
Balones a la espalda de los centrales en el Pizjuán
El problema del espacio entre los centrales y el portero solo apareció en el partido ante el Sevilla y con el paso al 4-4-2 en la fase defensiva. Después de ese primer partido, el equipo acumula más hombres para defender y sufre menos en defensa, aunque el Betis demostró con su calidad que en pocos toques, precisos, también puede encontrar grietas. No obstante, los uno contra uno que tuvo el Sevilla en el estreno de Claudio Giráldez no se han vuelto a repetir hasta la fecha.
La salida de balón provocó un circuito ante el Rayo
Íñigo Pérez le provocó el primer problema táctico a Claudio Giráldez. Presionó alto a los jugadores mejor dotados para sacar el esférico y le dejó el campo libre a Carl Starfelt, que en ningún momento pudo ofrecer una salida limpia de balón, lo que ralentizó el juego. Ese día pasaron por el centro de la defensa, en la posición de líbero, hasta tres jugadores diferentes y fue Jailson el que ofreció mejores prestaciones, de ahí su titularidad en el Benito Villamarín en un sistema defensivo de tres centrales pero con vuelta de tuerca. En esta ocasión el equipo tuvo más circulación, pero también alguna salida temeraria que le pudo costar cara.
El muro imaginario
El tercer problema, ahora pendiente de solución es convertir la posesión y el dominio en goles, y por ende en los puntos necesarios para la salvación. Ante el Betis el Celta tuvo un 53 % de posesión de balón y juntó 581 un pases, pero solo pudo marcar un gol, en el tiempo de descuento y perdiendo por 2-0. El gran problema fue que cada vez que el conjunto celeste llegaba a las inmediaciones del área bética le faltaba claridad de ideas para el último pase, para cambiar el balón o simplemente para disparar. Al final del partido, los célticos acabaron con cinco disparos a puerta, pero las ocasiones reales no pasaron de tres. Con esa cifra, el Betis hizo dos goles y se llevó el partido.
Como sucedió en tiempos no tan lejanos, el Celta fue demasiado horizontal y previsible a la hora de mover el esférico, lo que facilitaba el sistema defensivo del cuadro bético, que solo sufrió en los minutos de descuento. Dotar de colmillo al equipo es la primera tarea de Claudio Giráldez para la semana de trabajo que comienza hoy con el partido ante el Las Palmas como telón de fondo.