Claudio Giráldez estrena renovación en un partido clave para las opciones de permanencia de un Celta que necesita recuperar su solidez en Balaídos
20 abr 2024 . Actualizado a las 13:21 h.La ilusión por Claudio Giráldez, por lo que representa como entrenador de cantera para el Celta, no debe estar reñida con la obligación y la necesidad, sino todo lo contrario. Porque el mejor aval para que el renovado entrenador de O Porriño siga gozando de semejante número de apoyos son los resultados, en este caso, para sacar al equipo de la zona complicada y dejarlo en Primera División a la conclusión de la Liga. Por eso a Claudio y los suyos les espera esta sobremesa un partido marcado en rojo ante un Las Palmas que ya está casi de vacaciones después de hacer los deberes y que no vive una buena racha, pero continúa siendo un rival muy a respetar debido a su calidad y a la forma de entender el fútbol de García Pimienta, un técnico con el ADN del Barça aunque saliese por la puerta de atrás.
«Notamos un cariño brutal. De los jugadores, de la afición y del club», comentó el entrenador al hilo de cómo fue la acogida de la noticia de su renovación hasta junio del 2025. «Espero que mi renovación sea positiva para el equipo y para el club. Soy una parte más del club, me toca dirigir al primer equipo y espero ser capaz de llevarlo a los objetivos».
Para conseguirlo, la primera premisa debe ser volver a ganar en casa y sumar el cuarto triunfo como local de toda la temporada. La última víctima, el Almería, cayó en Vigo el pasado 1 de marzo y desde entonces los vigueses solo jugaron una contienda como locales, ante el Rayo y con empate sin goles en el marcador. Fue ese el primer partido de Giráldez en Balaídos en una contienda que había levantado una gran expectación y que finalizó en empate sin goles.
Hoy tendrá la segunda oportunidad en un nuevo contexto, porque entonces era la solución para las diez últimas jornadas pero hoy el louriñés es la apuesta del Celta para sobrevivir en este ejercicio y para la próxima temporada, con independencia de la categoría en la que vaya a militar el equipo, aunque en el seno del club no hay ninguna duda de que será disfrutando de la élite por décimo tercera campaña consecutiva. «Nos estamos jugando la parte final de la temporada. Tenemos que pensar en ganar cada partido, en sumar puntos, ojalá de a tres y cuanto antes», resumió.
Y volverá a contar con la grada como aliada. No hay recibimiento al equipo declarado como tal, pero serán muchos los que den la bienvenida a los célticos cuando lleguen al estadio y una vez dentro, se convertirán en soldados de Claudio, para empujar con su aliento. El Celta no tiene margen de error.
